miércoles, 21 de junio de 2017

Middlesex (Jeffrey Eugenides)

Llegamos ya al número 13 de la Cesta’13 (je, je). Por de pronto, la contraportada contribuye a aumentar las expectativas. A ver qué tal está. Aparte, ya tocaba cambiar el libro de "próximamente", que han sido muchos meses.

Título: Middlesex
Autor: Jeffrey Eugenides

“Enamorado de una mujer pero temeroso de lo que pueda suceder en el momento de la verdad, Cal Stephanides decide revelar su secreto. Porque Cal, como Tiresias, ha vivido como mujer y como hombre. Todo empieza en 1922, cuando los abuelos de Cal huyen tras la guerra y se instalan en América, en casa de una prima de su marido. Y las dos parejas tendrán a sus hijos casi al mismo tiempo, y éstos, en un doble o triple juego de consanguinidades, se casarán y serán los padres de Cal. Que cuando nace es Calliope, y parece destinada a encarnar la leyenda sobre esas niñas que cuando llegaban a una cierta edad se transformaban en hombres. Y así comienza esta novela, que abarca ocho décadas en la historia de una familia y es uno de los intentos más ambiciosos de escribir la Gran Novela Americana.”

Como he comentado arriba, ¡cuánta grandilocuencia desborda el resumen! La verdad es que el libro no cumple lo que promete. El mito de Tiresias es ignorado sin ningún pudor durante caso toda la novela en la que seguimos la vida de tres generaciones diferentes de una familia griega que emigra a EEUU huyendo de la guerra con Turquía. Las tres partes en que se divide el libro se hayan bien diferenciadas, marcando las distintas épocas en que se sitúa la historia. Tanto que da la impresión de que están compuestas por diferentes escritores (o en momentos muy separados en el tiempo) y, la verdad, las dos primeras son bastante plomizas. Hemos leído estas historias más grandes que la vida mil veces, escritas habitualmente con bastante más acierto y frescura. Eugenides repasa todos los tópicos habituales, los adereza con la iconografía y la cultura griega y poco más, sin nada destacable que contribuya a captar el interés del lector.  Sin embargo, la última de las partes, la protagonizada por Cal Stephanides, tiene mucha más gracia y vale la pena, por sí sola, el esfuerzo de leer el libro.

Con Lefty y Desdémona Stephanides asistimos al final del dominio griego en las tierras de Izmir, con el

consiguiente exilio de la familia a EEUU, donde llegan al final de la IIGM, luego asistiremos a los esfuerzos de la familia por salir adelante.

Posteriormente, la acción se sitúa en el Detroit de 1967, cuando Milton y Tessie Stephanides son adultos, convirtiéndose en testigos de la llegada y la primera integración de los negros en la ciudad, concluyendo con la descomunal crisis que sufrió el sector a finales de los sesenta, con los consiguientes problemas sociales que ello condujo.

Durante estas 400 páginas hemos seguido, más o menos, la historia de los EEUU contada con poca gracia usando como vehículo a un puñado de personajes sin apenas personalidad y todavía menos carisma. La familia griega podría haber desaparecido y apenas se habrían quitado unas treinta páginas de una trama que me interesaba entre poco y nada. La documentación es notable, no lo vamos a negar, pero no añade nada nuevo a un género ya bastante desgastado.

Sin embargo, todo cambia cuando aparece Cal Stephanides en danza. Seguimos su vida desde su nacimiento y no tiene desperdicio. Biológicamente es XY, pero sus genes se expresan deficientemente y nace con cierta androginia. Sus padres, creyendo que tienen una niña, la crían como tal. Cal nota desde un primer momento que algo funciona mal en su cuerpo, pero su propia vergüenza, el pudor de sus padres y la incompetencia general de la sociedad impiden a la familia entender que ocurre. Bien entrados los setenta, cuando los problemas salen a la luz, Cal ya es adolescente, tiene que lidiar con médicos que no entienden lo que ocurre o que consideran su caso como un trampolín a la fama, su familia es incapaz de concebir qué ocurre y Cal no tiene idea de quién (o qué) es.

De repente, ¡vaya cambio! El estilo no tiene nada que ver con lo visto anteriormente, con un desarrollo de caracteres espectacular. Cal Stephanides (y su obvio cacao mental) es de los personajes que se te clavan con ganas en el alma y se hacen querer (y odiar y compadecer y adorar…). Cada página se degusta como un whiskey añejo, a medio camino entre el dolor y el placer, pero disfrutando de cada sorbo. No sólo por el estupendo berenjenal que supone el descubrimiento personal de su protagonista, sino también como se sumerge en el San Francisco de la época, donde la transexualidad y otros tabúes empiezan a salir a la luz –aunque sea entre la clandestinidad y los abusos de los despiadados-. Canelita fina.


Esta última parte bien vale su reconocimiento y estoy seguro de que es la mayor responsable de la fama de Middlesex. El “buen” sabor de boca que deja está al alcance de pocos libros. ¿Vale la pena soportar entonces 400 páginas tediosas para disfrutar durante las 200 finales? ¿Era necesario explicarnos las desventuras de los abuelos y padres de Cal? Quizás sí, quizás no. Entiendo que un contexto en el que ubicar a Cal es necesario (empezar del tirón con su historia no tendría la misma fuerza), pero el camino hasta los setenta se me ha hecho demasiado pesado, teniendo que forzarme a seguir leyendo durante buena cantidad de páginas.

En fin, una novela muy particular, con 400 páginas de género histórico muy anodino con la sola novedad de tener un punto de vista griego de la historia de los EEUU para acabar con 200 páginas estupendas con un personaje protagonista inolvidable. Si alguien es capaz de pagar el peaje, seguro que disfrutará enormemente del libro. Para mí, ha quedado como un sí, pero no…

Nota: Las dos primeras partes, cercanas al 1. La tercera parte, 9. Cosa vuestra como baremáis el tema xD.

Nota goodreads: 3.98/5

2 comentarios:

  1. Lo leí hace demasiado tiempo como para poder analizarlo, pero sí recuerdo dos cosas. La primera que no fue un esfuerzo leer las primeras cuatrocientas páginas, sin embargo, lo que se me quedó grabado del libro, lo que me entusiasmó, fueron esas doscientas finales: la historia de Detroit que me apasiona también fuera del libro y sobre todo la historia de Cal, así que creo que algo de razón de tienes y que depende de cada uno el que le guste o no ese primer tercio. Pero lo magistral, está en el final.

    Un abrazo.

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    1. Es que es eso, todo el último tramo es impresionante y Cal un personaje impagable. Es como si me hubieran cambiado de libro y pasé de tener una historia anodina a una que no me permitía dejar de leer.
      Lo de Detroit... Como con muchas otras cosas, lo he leído (mejor) tantas veces que no me acaba de llenar U.U

      Un saludo

      Mt

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