martes, 2 de agosto de 2016

Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo



El Capitán América, Batman, Suicide Squad…Con toda esta invasión de adaptaciones de cómic, no sé cómo no se había hecho una reseña de nuestros héroes patrios más conocidos. Si es que son como nosotros, groseros, chapuceros y despistados, pero buena gente (más o menos).

Después de un inicio al más puro estilo James Bond, una nueva amenaza se cierne sobre la TIA. Jimmy el Cachondo, el mayor archienemigo que ha tenido jamás “El Súper” ha regresado para hundir a la organización no-tan-secreta en la más terrible de las vergüenzas.

Ya es la tercera vez que Javier Fesser se acerca a las aventuras de nuestro par de detectives favorito. Las dos anteriores, de acción real, demostraban ser comedias la mar de eficaces, pero insuficientes para captar el absurdo mundo en que se mueven este par de berzotas. Ésta vez ha aprendido de Tintín, y se ha lanzado a la captación de movimiento. Después del resultado que se obtuvo con la película de Spielberg y la sorprendente fidelidad de Asterix, era obvio que éste era el camino a seguir (por cierto, Lucky Luck y Súperlópez están en pre-producción, habría ganas y todo).

Así pues, Fesser aprovecha el poder de la captación de movimiento para obtener más libertad artística, trasladando a la perfección el mundo lleno de porrazos, burradas y otras zaranganzadas que conocemos de los cómics. El resultado es obviamente muy superior al de las pelíclas previas,  capaz de desplegar todo el festival de gags visuales que este par de pazguatos provocan a su paso. 

El esfuerzo de Fesser y su séquito para elaborar este excelente producto para toda la familia es más que notable. Su guión está a la altura de las mejores historias de Ibáñez y contiene mil guiños a los propios cómics, a Julio Iglesias, Tip y Coll, Mercedes Milà, Bruce Willis, el propio Tintín… Cada gag parece sacado del propio cómic y puesto en movimiento, con un sentido del ridículo y la burrada de lo más divertido. Mención especial al delirante prólogo y al final, calcado al de muchos de los cómics que tantas veces hemos leído. Esta locura autoconsciente no sólo es divertidísima sino que contiene un respeto absoluto hacia el humor y la simpatía de los personajes con los que tantas veces hemos reído.

Una hora y media de película que se pasa volando bajo un tremebundo bombardeo de gags y chistes. A veces se acumulan tanto en pantalla y la historia acumula tanto desenfreno que se llega a hacer dificil asimilar toda la cantidad de información que se te arroja a la cara. Su desquiciado ritmo y la acumulación de chistes (a veces demasiado estirados) puede llegar a agotar. Sin embargo, el mayor pero que le encuentro es la presencia del personaje de Ibáñez que menos me ha gustado desde siempre, cargante en cada una de sus apariciones: Rompetechos. Si se lo hubieran ahorrado, me lo habría pasado mucho mejor.
 
Dentro de la multitud de adaptaciones que estos personajes han tenido, ésta es, sin duda, la mejor. Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo tiene un argumento que bien podría haber firmado el mejor Ibáñez, el carisma de sus protagonistas, risas garantizadas, ritmo vertiginoso y un auténtico festín visual y sonoro para todas las edades. Y lo más importante para mí: Capta a la perfección el sinsentido desenfrenado del cómic. Éste es mi Mortadelo. Éste es mi Filemón. 

Si os gustaban estos tebeíllos o aun guardáis un poco de nostalgia para ellos, no podéis dejarla pasar. 

Nota: 7
Nota filmaffinity: 6.3

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