jueves, 11 de agosto de 2016

Mejillones para cenar (Birgit Vanderbeke)



Dentro de la megacesta de Navidad’13, este libro ocupa el Nº 34 (gracias Vanlat), priorizado por formar parte de la CLO del bimestre (culpa de Estigma). No tenía ni idea de qué iba, pero por lo menos era delgado y no iba a tardar mucho en acabarlo.

Título: Mejillones para cenar
Autor: Birgit Vanderbeke
Título original: Das Muschelessen

“Esta obra, ganadora en 1990 del Premio Ingeborg Bachmann, el más prestigioso en lengua alemana, contiene algo muy especial: una parte de nosotros mismos. Birgit Vanderbeke ha conseguido, en pocas páginas, aclarar algo que casi todo el mundo se pregunta de niño: ¿por qué tiene que existir la autoridad paterna? El carácter coercitivo de la familia, uno de los pilares más sólidos de la cultura burguesa, se tambalea, y el sueño de la familia feliz, con sus ilusiones de protección y seguridad, sufre una brutal metamorfosis cuando un padre, ausente en un viaje de trabajo, es sometido a un riguroso examen. Madre e hijos se sientan a la mesa, festivamente preparada, y ante una montaña de mejillones aguardan el regreso del jefe de familia. Pero el padre no llega…”

Desde un primer momento, Birgit Vanderbeke atrae al lector hacia una especie de misterio, sumergiéndolo en una extraña atmósfera en torno a la mesa del comedor e introduciéndonos a una familia aparentemente feliz, sojuzgada por la ominosa presencia de un horror oculto. Novela explicada desde el punto de vista de la hija, la narrative cambia de tono e intención a medida que la noche prograsa y la Madre se preocupa más y más ante la ausencia del Padre. Los hijos parecen estar aprovechando este inesperado período de libertad, sin el estricto control de su progenitor durante una noche adicional. Realmente, a ninguno de ellos le gustan los mejillones...

Realmente, el libro me ha pillado con la guardia baja y no me esperaba que me fuera a salir con éstas. Me encanta la naturalidad con que va creciendo la bola y, a medida que se ponen a hablar, empiezan a aparecer todos los trapos sucios y toda la frustración que han acumulado durante años y años. De una familia feliz a una con un padre estricto a… Vaya con el concepto de “familia normal” y “decencia” que tiene papi y cómo se las gasta. Se encuentra decepcionado con cada miembro de la familia, con su mujer por vestir de baratillo (que no tiene más remedio porque él se pule el resto), con la hija mayor (la narradora) por tener la osadía de mirarle a la cara y por no ser capaz de cumplir los imposibles requisitos académicos que él exige (ella es alumna de matrícula, pero cada vez que las trae, él se queja de que como el nivel ha bajado, las matrículas de hoy apenas habrían servido para aprobar en su época, con lo que no tienen ningún mérito), y sobretodo, está decepcionado con su hijo, que no se parece en nada a él (sensible, inseguro y académicamente justito). Si la familia hubiera tenido un perro, seguro que habría sido de la raza equivocada o el peor de la camada. Nada es (ni será) suficientemente bueno para este hombre, que culpa a su familia de su infelicidad y se cobra todas y cada una de sus frustraciones. 

Este libro está pensado para ser leído de una sentada (la propia editorial está especializada en este tipo de novelas) y sus exiguos trece párrafos se leen en un suspiro. No diré agradablemente porque no es un libro que se disfrute. Sin llegar a caer en ningún momento en la pornografía emocial, cada girar de páginas y cada nueva anécdota es un nuevo puñetazo en el estómago, que te indigna al mismo tiempo que te impide dejar de leer. Me he encontrado con la necesidad de parar para coger aire un par de veces, porque no quería dejarlo pero si quería respirar un poco. Un mínimo de alivio cómico habría ayudado a que pasara mejor.

Quizás lo que más me choca es la facilidad con que se acepta como conducta normal un comportamiento tan tóxico como éste. Si no fuera porque he visto cosas similares en otras familias, diría que es cosa de otros tiempos, pero es bien actual. Con esto, debo agradecer profundamente a la estupenda familia que he tenido, muchas muchas gracias ^^.

No es una novela como tal, más bien un relato alargado en que, por una noche se rompe el orden establecido en un hogar, saliendo a flote todos los años de sufrimiento y las frustraciones acumuladas. Es un libro muy recomendable, pero no es un libro que se disfrute, es un pequeño sufrimiento para alertar de cómo funcionaban las cosas y recordar que debemos despertar y estar atentos para evitar según que abusos.

Nota: 8
Nota goodreads: 3.51

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