miércoles, 27 de abril de 2016

Salt



Ahora ya está (casi) retirada de la gran pantalla, pero hubo un tiempo en que, entre Tomb Raider, Wanted y otras cosas por el estilo, Angelina Jolie consiguió erigirse como una heroína de acción pura muy solvente en un mar de actores masculinos. Con mejor o peor resultado, todas ellas abrazaban la propuesta de convertirse en acción desfasada. Entre ellas destacó Salt, quizás la más sólida y de un argumento más (ejem) coherente.


No es que lo tuviera mucho, pues las influencias de las tramas retorcidas made in Bourne son obvias, pero sí que intenta dar algo más que mamporros gratuitos. Aquí la Jolie es Salt, una super-espía de la CIA que es acuasada de ser agente doble. A partir de aquí, deberá escapar y demostrar su inocencia mientras todo el mundo (la policía, la CIA, el FBI, el KGB) va tras ella en una conspiración en la que no falta nadie y un topo misterioso. Una vez empieza la fiesta, los disparos, tortazos, caídas y persecuciones no pararán mientras la historia se lía y se lía confundiendo amigos y enemigos por igual.

Angelina Jolie se conviritió en una indiscutible heroína de las películas de acción en un terreno que parecía casi vedado a los hombres. Sin embargo, parece haber nacido para interpretar este tipo de papeles. Su capacidad para atizar a diestro y siniestro sin perder ni un ápice de carisma o de mala leche está al alcance de muy pocos. Mola ver como salte entre camiones, da palizas a un puñado de secuaces o se pone a hacer el saltimbanqui en el hueco de un ascensor.

Lo que diferencia a Salt de otras propuestas similares es su intención de sumergirse (un poco) en el thriller. Las toñas sin sentido siguen existiendo, pero ahora se hacen al servicio de un guión tramposo pero efectivo. Se han pasado un poco de rosca con tanto giro gratuito pero, si nos hacemos un poco los tontos, funciona con efectividad para mantenerte 100 minutos en el asiento. No es sutil ni está desplegado con gracia, sus personajes son meros arquetipos, las motivaciones de los malos son de risa y sólo está concebido para lucimiento de la Jolie, pero esta mezcla de Bourne con Bond y con 24 no deja un segundo de respiro para que te des cuenta de sus muchísimos fallos. 

La fiesta está a punto de empezar
 
La suerte (o la explicación) la hayamos tras las cámaras, pues al mando estaba Philip Noyce, un veterano director de buen pulso curtido en los thrillers de acción resultones. Aquí da otra muestra de eficiencia. Sabe dónde poner la cámara cuando no vuelan las toñas, pone fuerza cuando se debe y se las arregla para montar un puñado de coreografías molonas con las que aprovechar muy bien los recursos que dispone. Además, a diferencia de otras propuestas palomiteras, no se hace alarde de fuegos artificiales gratuitos, sino que los efectos especiales se hayan al servicio de la acción, bien integrados, lo que el espectador agradece para no perder el interés.

Una vez dicho esto, la película tampoco tiene mucho más. Es un largometraje tan fácil de ver como fácil de olvidar que cumple durante sus 100 minutos. Salt es un thriller pasado de página como hay muchos, con persecuciones tanto sin vehículo como con vehículo, disparos, explosiones, peleas, saltos imposibles, un guión simple y flojo, una guapa protagonista, un malo malísimo y un final complaciente; con la ventaja de estar rodado con cierta eficiencia y gozar del carisma de la heroína más badass del panorama actual.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.5

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