viernes, 13 de noviembre de 2015

El retorno del Jedi



Y se acabó la trilogía. Vaya si se ha disfrutado.

De pequeño ésta es la que más me gustaba. Es en la que los buenos ganan más mejor, con la batalla espacial más molona y las mejores peleas de espadas. Como niño no pedía más. Con los años, aprendí a apreciar que es la más floja de la trilogía original, pero eso no quita que sea, igualmente, un ejemplo de cómo hacer una gran película de aventuras. Desde el primer momento mantiene un ambiente de expectación y puro exotismo. La promesa de grandes aventuras está siempre presente.  El ritmo es vivísimo, con una sucesión de escenas molonas continua. 

Situémonos en la historia. Otra vez, ha pasado un largo tiempo tras “El Imperio contraataca”. Luke ya se ha convertido en un Caballero Jedi, la Estrella de la Muerte está casi reconstruida y la Alianza Rebelde se prepara para un golpe final al Imperio. Pero antes hay que rescatar a Han, congelado en carbonita dentro de los dominios de Jabba. 

Como ya he comentado, ésta es la película más floja. Es pura diversión pero el guion es considerablemente simple. La evolución de los personajes durante el film es nula, pues para la trama ya han llegado donde tenían que llegar. No se quiere abrir tramas ni complicar la historia. Ahora toca concluir y cerrar todo con un colofón inolvidable. Es lo que se propone y es lo que consigue.

A diferencia de las dos películas anteriores, no se esfuerza en expandir el Universo. Sí, Endor aparece, pero me refiero a que Star Wars ya es un Universo maduro. Existe por sí mismo. La historia está ya lanzada y el espacio para el drama se reduce. Hay unos buenos, unos malos y los buenos ganan -que es lo que queremos todos los niños de doce años-. Los Ewoks pueden parecer algo tontos, pero a mí no es nada que me haya molestado nunca, la verdad. Echo más en falta a un Solo que sólo se dedica a soltar chascarrillos sin parar. 

En lo que sí hay evolución es en los efectos especiales, exageradamente superiores a los previos. Perfectamente usados. El mundo generado está VIVO.  Geniales las persecuciones en moto –variadas e intensas-, el palacio de Jabba –lleno de exotismo y perversión- y el asalto final del Halcón a la Estrella de la Muerte. Sorprende que sólo hayan pasado seis años desde la primera entrega.

Pero bueno… a fin de cuentas no es por la profundidad de su guión por lo que destaca Star Wars, sino por su imaginación y su capacidad para penetrar en el imaginario colectivo. Y aquí vamos bien servidos: 

-         - Vader se redime
-         - Luke deja de ser un flojo
-         - El Emperador despliega toda su gloria
-         - La lucha con el Rancor
-         - La pelea en el pozo de Sarlacc
-         - La batalla en Endor (que los Storm Troopers no son clones, ¡coñe!)
-         - Y, otra vez, KA-BOOOM!

Y vaya clímax final: la batalla de Endor, la incursión al núcleo de la Estrella y el duelo mental  entre El Emperador y Luke por el alma de Darth Vader. Carisma a raudales y un perfecto manejo del tempo para proporcionar un final mítico y eterno. El bien y el mal, que dilema.

Es diversión sin complejos. Un broche de oro para hacerte disfrutar durante casi dos horas sin recurrir a trucos baratos, sólo con honestidad e imaginación.

En fin, la guerra civil ha acabado. La República se ha impuesto de nuevo al Imperio. Los males pasan, y nosotros sonreímos al comprobar como lo festeja la galaxia entera, y especialmente nuestros protagonistas. Eso sí, mirando de reojo a tres jedis que han salvado a la galaxia, Yoda, Obi-Wan y Anakin, ahora reconciliados y en paz. Gracias Lucas por tener una imaginación tan hipnótica y fantástica. Simplemente, gracias.

Nota : 9
Nota filmaffinity: 7.9

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