miércoles, 16 de septiembre de 2015

Aquel país desconocido


Los que me conocéis ya sabréis que nunca he sido un gran fan de Star Trek. Aprecio su imaginación y la fuerza de su trasfondo pero ni el capitán Kirk ni Picard han conseguido nunca entusiasmarme en demasía (y mira he hecho más de un intento con la serie). Sin embargo, los los de LODE me han liado otra vez (y ya van) y en el especial de Star Trek remarcaban que ésta era la mejor película de la época Kirk. Luego una cosa lleva la a otra y he acabado viendo otra vez una película sugerida por ellos.


Se avecina el fin de una era. Después de más de treinta años de servicio, El Capitán Kirk y el Enterprise acarician la idea de la jubilación. Han vivido mil batallas y arrastran una aureola de reputación legendaria. Los rencores y las alegrías se acumulan y su ansia de aventuras sigue intacta, pero la promesa de un retiro dorado parece cada vez más tentadora. Un último servicio es requerido cuando los Klingon, archienemigos de la Federación, piden un armisticio. Kirk y su gente debe escoltar al embajador en espera de las negociaciones. El asesinato del mismo pondrá en un brete a nuestro intrépido capitán que deberá descubrir las oscuras intenciones de los conspiradores para que el proceso de paz fracase.

En el momento en que se filma, “Una nueva generación” ya ha llegado. Ha demostrado su calidad y lleva varias temporadas de éxito, para goce de los fans, pero la antigua tripulación necesitaba una despedida a lo grande. Así pues, toda la película está concebida para decir un último adiós a una tripulación mítica, a un status quo que se va para no volver. Kirk, Spock, los Klingon… nombres que han marcado una era a los que se rinde un homenaje, permitiéndoles una última oportunidad de lucirse.

Teniendo en cuenta esta necesidad/obligatoriedad de dar al film un aire nostálgico, la última aventura de Kirk y sus compañeros no está nada mal. Reconozco que esperaba algo mucho más chapucero (es que la de la ballena no hay por dónde cogerla xDD). Si entendemos la película como un ejercicio de ciencia-ficción pre-Matrix, convendremos en que funciona correctamente, perfectamente asimilable y predecesora con virtudes de series que vendrán posteriormente como Stargate o Farscape. No obstante, no puedo evitar pensar que es coétanea a Robocop o Desafío Total y bueno, ahí sí hay diferencia. 

La ciencia-ficción como género es deudora siempre del tiempo en que fue creada, por ello, siempre disfruto encontrando las escenas anacrónicas debidas al paso del tiempo, como el delicioso traductor simultáneo inglés-klingon via diccionaro, o la teleportación “a donde nadie puede verlos” (que no existen los campos de fuerza para impedir esas cosas? Sería lo primero que usaría para un atentado!!).

Si destacar por su complejidad, el guión consigue cuadrar una película con suficiente empaque para tejer una correcta trama de falso culpable, con diálogos inteligentes mezclados con otros que destilan ingenuidad, pero que dan pie a que todos los personajes puedan lucirse y tengan su minutito de gloria. Rodada en los tiempos de la Perestroika, los paralelismos del fin del Imperio Klingon con la caída de la URSS son obvios. Tal como es típico en la franquicia, se aboga por el pacifismo y la concordia entre los pueblos para progresar como civilización, adentrándose en un “país desconocido” para la Federación y los Klingon: La paz ¿definitiva?

Otra de las marcas de la casa son las referencias literarias, que aparecen aquí y allá, con Shakespeare, Holmes y un buen puñado de frases conocidas preparadas para el disfrute del espectador atento. A destacar la excéntrica cena de gala entre los Klingons y los humanos, con una tirantez poco disimulada y un racismo solapado en más de un personaje, con afilados dardos verbales danzando por doquier. “No se aprecia verdaderamente a Shakespeare hasta que se ha leído en el Klingon original”. Toma ya, con un par.  

Se nota que hay mimo y cariño en la puesta en escena. Años de profundizar en trasfondo y continuidad proporcionan una profusión de detalles –presentes en pantalla- de imaginería, uniformes, insignias, razas… Hay medios a disposición y se usan con tino. Los efectos especiales son inesperadamente artesanales, pero el cariño con que están realizados y su falta de pretensión de realidad le permiten envejecer agradablemente, siendo tan entrañablemente “cutres” como esperamos en la franquicia. 

Sus veteranos actores están obviamente de vuelta de todo, cuyos personajes, deudores de otra época, están llenos de integridad y honor. Se nota que llevan tanto tiempo siendo “ellos” que ya ni necesitan el guión para saber qué deben decirse, les sale casi solo.

“Aquel país desconocido” es (fue) una tierna despedida para todo trekkie y un entrañable guiño para el inicio de la nueva. No obstante, para un profano no constituye más que un agradable entretenimiento. Ciencia ficción pre-matrix muy blanquita y bien usada, con una imaginería poderosa conocida por todos (o casi), que cumple su función de entretener al espectador medio y permitir al seguidor sacar su lagrimita al decir adiós a una tripulación mítica.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.1

2 nominaciones a los Oscar (Maquillaje y sonido)

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