martes, 28 de julio de 2015

Del Revés


Creo que a nadie le sorprenderá si digo que Pixar se ha ganado un hueco en el Olimpo de los grandes estudios. A pesar de que sus últimos trabajos no han sido obras maestras –simplemente son buenas películas- ha conseguido que todo el mundo esté pendiente de la siguiente preciosidad que nos brinda.  El tráiler de Del Revés me había dejó descolocado, pero que preciosidad de peli, coñe.

A través del conflicto entre las cinco emociones básicas (la alegría, la ira, el asco, el miedo y la tristeza) asistimos al paso de la infancia a la adolescencia, al olvido de mundos infantiles y de amigos imaginarios, a los juguetes que cobran vida y a los pilares del mundo de los niños que se van derrumbando. Como si fuera un extraño país de las maravillas, Tristeza y Alegría entran en un mundo fabuloso que deberán explorar para volver a casa y hacer que Su anfitriona Riley recupere su entusiasmo original, aunque cuando lo haga, ya habrá crecido y nada será ya como antes.

¿Qué ocurre en el interior de nuestras mentes? A partir de la premisa de que las emociones conforman nuestra personalidad, Pixar despliega un ejercicio de imaginación apabullante. Las islas de la personalidad, el subconsciente, el área de la imaginación, los conceptos abstractos, el córtex cerebral dónde se almacenan los recuerdos que valoramos, el depósito dónde van aquellos recuerdos que perdemos… la depresión y la incapacidad de sentir. Un trabajo descomunal para crear una imaginería tan abstracta, pero al mismo tiempo, tan fácil de reconocer y de apreciar.
Ya sólo por el trabajo –enorme- para plasmar en pantalla un mundo tan abstracto y lejano como el interior de nuestras mentes, la película merece un gran reconocimiento. Además, los locos de Pixar consiguen crear una historia con la que todo el mundo (ya sean adultos o niños) pueden identificarse, con un tratamiento de los personajes impecable.
No es el hecho de que se trate de una película que está hecha para niños de todas las edades, es el hecho de que parece haber más de una película a la vez y que la interpretación de las escenas sea diferente según seamos niños, jóvenes o padres. 

Los pequeños se ven reflejados en Riley, pues comparten sus miedos ante uno de los mayores dramas para un niño: Una mudanza que lo aleje de todo lo que quiere y aprecie. Los jóvenes se verán reconocidos en la incomprensión de los padres, la necesidad de encontrar su lugar en el mundo o el temor ante la posibilidad de empezar algo nuevo, mientras que los padres seguro se preguntarán “¿Qué pasa en la cabeza de mi niño”? Todos pueden sacarle un jugo diferente y, seguro que si afrontan la película pasados unos años, les parecerá que ha cambiado y todo (A mi me pasó con Dentro del laberinto, si alguien quiere, lo explico en otro post).
  
El guión es una maravilla, con una construcción de personajes muy reconocible y ampliable a todos. Perfectamente equilibrado entre la comedia, los momentos melosos (con el punto justo de azúcar) y el espacio para desarrollar una historia más dramática de lo que uno podría esperar. De manera aparentemente simple y sencilla se acercan a temas universales, sin caer en cursilerías ni abandonar un tono decididamente adulto. Sin rehuir la moralina, se permite tener un mensaje completamente diferente al del 99% de las películas para niños, un : La tristeza es necesaria. No es malo estar triste de vez en cuando. Cuanta diferencia respecto al “todos a ser alegres y felices porque si!!!!”. Detrás de cada gag, de cada diálogo y de cada escena se puede hallar la plasmación de conceptos sobre la mente, el subconsciente y qué ocurre con nuestros pensamientos (que es lo que se quiere contar, ya que estamos). Pixar consigue que todo encaje, imbuyéndolo además en una historia que no deja lugar para el aburrimiento y que ni siquiera necesita de un antagonista para funcionar a la perfección).

Los cinco personajes que dirigen la mente de Riley son grandiosos. Cada uno de ellos es adorable a su manera, a pesar de lo odioso que pueda ser su personalidad. Se transmite perfectamente el efecto de que los cinco se necesitan para complementarse y encontrar la felicidad, pues un dominio excesivo de alguno de ellos acaba produciendo desequilibrios (y que ganas de atizar a Miedo, por dios). Siendo un detallito tonto, me encanta como se crea la nostalgia y la melancolía, cuando la tristeza del paso del tiempo tiñe de azul –de blues- los recuerdos felices del pasado y los convierte en más importantes aún. Precioso ^^.

Pixar lo ha vuelto a hacer. Toca todos los palos a la perfección, tanto en ritmo como en personajes, como en mensajes intrincados, como en despliegue artístico… Todo.
A falta de sorpresas, ya tenemos Oscar a mejor película de animación este año (y sobrado), y no discuto se acuerden también de premiar un guión tan bien parido. No es una película para niños que pueden ver los adultos. Es una obra para el que quiera disfrutar con el cine. Los pequeños se divertirán (y mucho), pero no podrán captar la profundidad del mensaje que se está transmitiendo. Tal como nos recordaban en el estudio en Toy Story 3, nos guste o no, hay que madurar, y no es fácil. Hay que saber disfrutar de las alegrías, aceptar las tristezas y afrontar los peligros. De las obligatorias para ver. Felicidades Pixar.
 
Como siempre hace Pixar, la película viene precedida por un pequeño corto de cinco minutos. En este caso se trata de “Lava” una simpática historia de un volcán que busca a su amor y comparte su felicidad y sus ansias compartiendo su Lava con los demás. Juega muy hábilmente con la metonimia entre Love y Lave en inglés (especialmente con acento hawaiano), con unas canciones muy pegadizas y un desborde de felicidad tontorrona. Ya sabes cómo va a acabar desde el primer momento y se les va un poco la mano con el azúcar, pero como se ve en un suspiro…

Nota: 9
Nota filmaffinity: 8.1

viernes, 24 de julio de 2015

Jurassic World



Cuantos recuerdos con Jurassic Park. Que emoción. Cuanto amor. Desde que la vi, quise ser científico. Quise tener los conocimientos para poder revivir a mi propio dinosaurio y tenerlo de mascota. Luego me di cuenta de que la genética es muy aburrida y acabé en la investigación médica, pero bueno… el germen ya estaba sembrado.
Y al ver que iban a hacer Jurassic World… Bueno, mucho miedo le tenía. Intentar continuar una saga cuando ya se ha hecho “una de más” suele ser muy inadecuado. Por lo menos, el tráiler dejaba ver que cuartos, hay para dar y tomar. Puede que incluso fuéramos a ver algo digno y todo. Pero es que es Jurassic Park. Mucha infancia mía hay en esa película.


Después de ver la película… Mixed feelings. He disfrutado como un niño pequeño (que no deja de ser como hay que afrontar este film). A fin de cuentas, más que una continuación, es un remake no confeso, con toda la intención de recuperar la capacidad de fascinación del parque original. Dos horas de entretenimiento. Dinosaurios que parecen vivos y aventuras y homenajes bien conseguidos. Sí. Me lo he pasado en grande con ella. 

Pero por otro lado… Colin Trevorrow no es Spielberg. Cuando tiene que resultar emotivo, para el ritmo y empalaga demasiado. Además no he conseguido creerme el parque. Mientras que los dinosaurios parecen estar vivos, el parque en sí no me parece creíble (a pesar de la crítica feroz que hay hacia los parques de animales y esa sutil indirecta a los efectos especiales que buscan el más grande, más espectacular y más salvaje sin pararse a mirar al animal (o efecto especial) que hay detrás. Incluso para los cánones de lo que debería ser un DisneyWorld, es demasiado artificioso, cuando no quiere (o no debería) serlo. 

Por otro lado, me gustaría saber cuánto ha pagado Mercedes y Samsung para aparecer a lo grande. Vaya exceso de product Placement!!  Eso sí, debo reconocer que la manera de cargarse a según que personajes es bastante más bestia de lo que esperaría para una película pretendidamente “infantil”. Un gallifante para el director, aunque sea por su valentía. 

 El argumento es casi obvio: los dinosaurios se vuelven a desmadrar. Hay que buscar un más difícil todavía ya que el T-rex se nos ha queda pequeño,  así que creamos un Frankenstein que mezcla rana, camaleón, serpiente, un pescado, raptor y T-Rex. Es seguro que va a salir mal. Lo más chistoso es que de espaldas a todos los del parque subyace una aplicación militar (¡) y el coste de un dinosaurio de últimisima generación es menor que el de Illarramendi (¡!) o ya puestos, la propia jaula hipertecnificada dónde está encerrado (¡!!)

Lo que más me ha gustado (Y lo que más miedo le tenia) es a la presencia de Raptors domesticados. La entereza de Chirs Pratt (Está pidiendo ser Indy a gritos!), los buenos efectos especiales y la gran interacción entre ellos dan carisma al asunto la película. Da gsutao encontrar una película en que los efectos especiales estén al servicio del guión y no al revés, aunque cierta persecución en moto podría discutirlo. En todo caso, son de primer nivel y están muy bien introducidos, especialmente unos dinos que parecen casi vivos. 

No podemos negar la mayor, pues la película es lo que quiere ser: Un correcto entretenimiento que apela a la nostalgia de los fans del primer parque. Esto lo consigue a la perfección, consiguiendo que las dos horas que dura se te pasen en un suspiro, a medio camino entre la fascinación de ver a tu primer triceratops enfermo y el asombro de lo que se pueden hacer con un par de tacones (remember perfecto de escena, muy grande). Como buen blockbuster veraniego, su intención es romper taquillas y entretener. Y es lo que hace. No defrauda, no da vergüenza ajena (ese raptor hablante…) y divierte. No le busquéis más que tampoco lo tiene, pero el entretenimiento está garantizado.


Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.2

miércoles, 22 de julio de 2015

El sabor del té



El DPM del mes ha decidido mandar una película que tampoco ha visto. Está en pendientes y toca embarcarnos a la aventura a ver que han deparado esta vez los japos, que normalmente muy cuerdos no están.

El Sabor del Té no tiene una historia como tal, pues se dedica a seguir el día a día de una familia convencional que vive en un pueblo rural (dormitorio) del área metropolitana de Tokyo. La gracia se haya en que la aparentemente normal familia está plagada de personajes raritos y estrafalarios. Cada uno de ellos protagoniza una pequeña pieza que se intercala con las demás para formar un retablo de la vida cotidiana. 

La familia no tiene desperdicio: Una madre mangaka que quiere volver a trabajar después de criar a los hijos, un padre dentista que hipnotiza a sus pacientes, un abuelo pintor y escritor de haikus, el cuñado es mangaka profesional, un galán de pacotilla y un violador en potencia, el tío trabaja en un estudio de grabación y se dedica a vivir la vida mientras graba algunos hits de dudosa calidad, el hijo tiene un pavo que no se aguanta, está enamorado hasta las trancas, pero prefiere ejercer de voyeur y la hija pequeña se ve acosada por una gemela gigante que la sigue a todas partes. 

Como en todas las películas fragmentadas, hay historias mejores que otras. A mí las que mas me han gustado son las de la niña y su gemela gigante, la del cagarro, el mangaka violador (je, je) y el álbum de fotos final (que “explica" toda la película con un extra de ternura). Son descaradamente imaginativas, con una estética muy alejada de nuestras costumbres, pero otras son directametne para atizar al autor. ¡Buf!

La película puede hacerse muy aburrida, por no decir indigesta. Después de todo, el ritmo es prácticamente nulo, la estructura narrativa es francamente cuestionable, los sinsentidos aparecen desde un primer momento y las historias no guardan mucha relación unas con otras. Por otro lado, el espectador paciente podrá disfrutar del punto onírico que invade toda la película. El despliegue de imaginación es desmesurado, demostrando mucho ingenio al presentar las situaciones. El director se permite unos cuantos momentos hipnóticos que te dejan pegadito a la pantalla, aunque sea para intentar procesar qué demonios estás viendo, dudando si es mejor poner un documental sobre la tala de árboles con arenques o si hacer un monumento al autor. Que los japos son unos horteras no es nada nuevo, pero me sorprende verlo acompañado de tanta sensibilidad.

Es obvio que el autor sabe lo que está haciendo. La composición de escenas es compleja y se nota que todo lo que aparece es decisión consciente del autor. ¿Por qué toma esas decisiones? ¿Qué busca conseguir? Ahí ya no puedo responder. No tengo ni idea. Ha conseguido asombrarme, dejarme con la boca abierta y tener ganas de mandarlo a tomar viento en cinco minutos. Su humor absurdo desarbola al más pintado, especialmente al no desplegarse de manera controlada. El realismo mágico flota por el ambiente, acercándose peligrosamente al surrealismo o directamente al delirio, combinando las escenas más deliciosas con otras que dan directamente vergüenza ajena. En conjunto es como la maldita canción de la montaña. Es estridente, te funde el cerebro, no sabes si es obra de un necio o un genio, pero no puedes dejar de mirarla.

Me he aburrido mucho con ella, pues sus momentos inspirados no palian su patente irregularidad. Su metraje es disperso y falto de nervio, pero su fabulosa construcción de personajes y su delicioso lirismo me acaba obligando a reivindicarla (un poco). Quién conecte con ella quedará más que fascinado.

Hay que ver "El sabor del té" porque contarlo no es lo mismo que verlo
Nota: 2? Me faltan datos. Hay savoir-faire, hay profundidad, pero no le encuentro el significado
Nota filmaffinity: 7.3

lunes, 20 de julio de 2015

Star Wars - Una nueva esperanza



Después de escuchar el correspondiente especial en La Órbita de Endor, me han entrado unas ganas horribles (y ya van unas cuantas) de ver la película sobre la que han hablado. Hacía demasiado que no me adentraba en una galaxia muy, muy lejana, ¡y ya iba siendo hora!


¿Hace falta decir el argumento? Aquí está la primera parte (aunque sea el capítulo 4), el inicio de todo y responsable del éxito.
Y el éxito no suele venir de la nada. Hay muchas cosas que se hacen bien en esta película. Aunque Tiburón sea considerado como el primer Blockbuster, Star Wars también pone su señor grano de arena en la cuestión. Pone una historia de fantasía clásica en un ambiente nunca visto  y convierte la ciencia-ficción en un divertimento vacuo, algo que prácticamente nadie había hecho, (recordemos propuestas más sesudas como 2001 o Soylent Green).
No vamos a negar que el argumento no tiene nada de complicado. Cuenta una historia muy tópica y vista, pero está desarrollada de manera impecable, aprovechando además para crear un mundo fascinante. Apenas nos da unas pinceladas de él, pero es capaz de hacerte ver que es profundo y carismático, como una promesa de ahí enterrado hay un vasto universo presto a ser explorado con ganas e ilusión.

Todo el mundo asocia a Star Wats con uno de los mejores villanos que hemos visto en la pantalla grande: el grandioso Darth Vader, sin embargo no es hasta El imperio contraataca cuando despliega toda su maldad y su carisma, contentándose aquí con tener un extraño puesto intermedio como representante del Emperador pero bajo las órdenes de Moff Tarkin (¡ese viejuno Peter Cushing!), con el poder destructor de la Estrella de la Muerte de fondo.
A fin de cuentas, tiene ciencia-ficción (poca), aventura (mucha), acción, épica… y un humor bien encontrado, especialmente el que viene a cargo del Gordo y el Flaco de este Universo, C-3PO y R2-D2, una pareja cómica impagable.
Si nos ponemos picajosos, podríamos opinar que ninguna de las actuaciones destacan por su virtuosismo. Han Solo, Luke, Leia… son personajes que no exigen nada en especial a unos actores que tampoco se esfuerzan en hacer más que de sí mismos. Es probable que ésta sea la razón por la que parecen tan naturales y creíbles. Los duelos a espada, más insinuados que espectaculares, mantienen el equilibrio justo para prometer antes que dar, suficientemente escasos para llenarlos de misticismo y conseguir que tengas ganas de fliparte cada vez que veas a un Jedi encender su espada (efecto que se pierde en las precuelas).

Un punto y aparte está en la brutal banda sonora que John Williams creó para la película. Faltan las palabras para el precioso equilibrio que reina en todo el trabajo. Épica cuando debe serlo, emotivo cuando toca, íntimo y romántico para los momentos sentimentales, grandilocuente en las celebraciones… Una música inconfundible llena de carisma, que se mezcla con las imágenes en una perfecta sinergia para remarcar cada escena y convertirla en inolvidable.

Sin tener unos grandes actores, ni una gran historia, ni unas grandes escenas de acción, Star Wars, se convirtió en un referente imborrable en nuestra sociedad. El motivo está en el hecho de concentrar una promesa de fascinación que mola un montón y da pie para mil flipadas. Después de todo, Lucas no es un gran director. Sí es un gran arquitecto y un imaginativo feroz, construyendo una galaxia de la que apenas te enseña, luego una pizca de talento, mimo y el cariño que hacen el resto. Es una cuestión de pasión, tener las cosas claras y, por qué no, un poco de suerte. Un sesgo naif de cuento de hadas galáctico lo alejaba de las sesudas referencias y lo convertían en único. Conseguía que cada niño –yo entre ellos- quisiera ser un piloto de X-Wings o tener el Halcón Milenario para surcar el Espacio sideral (Yo nunca quise ser Jedi :p) y explorara cada rincón de la vasta galaxia imaginada por Lucas. Y eso no es nada fácil.

Hay gente a la que no le puede gustar esta película, y hay varias razones que pueden justificarlo
- Ha tenido una infancia terrible.
- Es demasiado joven y ha mamado de todos sus derivados antes que de la película madre.
- Ya era viejo cuando se estrenó. 

Y no hay más, porque para un niño es muuuy chungo no abrir los ojos como platos y admirar una invitación a imaginar como nunca antes habría visto: esos mortíferos cruceros imperiales, el Reverso Tenebroso del que se alimentan los malvados, los místicos sables láser, unas batallas galácticas acojonantes, las razas humanoides llenas de mutantes, aventuras vibrantes, el galán de los galanes, la sabiduría intrínseca del mejor de los tutores, un triángulo amoroso incestuoso y el humor sano y ingenuo de la pareja de androides…. Y la mejor banda sonora de la historia (o casi). Para mí, el orgasmo es casi inevitable ^^.

Es una película a la que hay que acercarse cada año, casi. Una promesa de ilusión, de entretenimiento puro. De cine para ver con el alma inocente y las ganas de dejarse fascinar.

Que la fuerza os acompañe. Siempre.

Nota: 10
Nota filmaffinity: 7.9

Como ya he comentado antes, lo que le más valoro ahora ya adulto es el trabajo concienzudo para dar vida a una aventura galáctica que ciertamente inauguró una nueva forma de hacer cine. Dejó a todo el mundo con la boca abierta y se las arregló para arrasar en todos los apartados técnicos de los Oscar: Dirección artística, bso, sonido, montaje, vestuario, efectos visuales, efectos sonoros…(Además de estar nominado a Mejor película, director, guión, actor secundario). 7 Oscars y 5 nominaciones más. ¡Casi nada!

Comentarios sobre la versión: Tengo la remasterizada del 25º aniversario. La tecnología digital le permitió a Lucas hacer retoques y meter cositas y escenas porque sí, porque podía meterlos. Se notan cuales son las escenas nuevas –mucho más pulcras visualmente y con cositas extrañas que se mueven aquí y allá- que además no añaden NADA a la historia y bajan el ritmo. Aquí Lucas había descubierto que tenía un juguete nuevo y quería usarlo, aunque no sabía hacer que le quedara bien.