sábado, 15 de noviembre de 2014

Fruta Prohibida (Jeanette Winterson)

En el CLO de este bimestre ha tocado leer esta corta obra de la que no conocía absolutamente nada. Siempre cojo estas sugerencias con cierta intranquilidad, pero en eso se basa la CLO, hacerte leer cosas que normalmente no leerías. ¿Qué me iba a ofrecer este libro?

Título: Fruta prohibida
Autora: Jeanette Winterson
Título original: Oranges are not the only fruit (hay un juego de palabras intraducible sobre ello en el libro)

“Ésta es la historia de Jeanette, adoptada y criada por su madre como si fuera una elegida por Dios. Celosa y apasionada de su deber, parece destinada a convertirse en misionera, pero se enamora de una de sus conversas. A los dieciséis, Jeanette decide abandonar la iglesia, su hogar y su familia para vivir su amor. Innovadora, punzante y tierna, “Fruta prohibida” se adentra con acierto en los extraños caminos del fanatismo religioso y los excesos humanos.”

Y no podemos negar que el libro descoloca lo suyo. Nos hallamos ante una novela iniciática, al más puro estilo Matar a un ruiseñor pero esta vez la pequeña se cría en un ambiente fanáticamente religioso.

Y mientras Scout crecía arropada en un hogar con un padre amantísimo que le explicaba todos los extraños enigmas que esconde nuestro mundo, Jeanette se cría con una madre histérica que hace cuadrar la realidad con aquello que sus creencias le imponen, encontrando demonios y enemigos de la luz en cualquier rincón. Como cualquier hija, al principio a Jeanette le basta esto, pero cuando empieza  a ir a la escuela y comprueba que la realidad no cuadra mucho con lo que le explica su madre la pobre empieza a confundirse. Está desorientada, no sabe si hay algo raro en su madre (a la que, como todo hijo, adora y tiene en un pedestal), en su mundo (lleno de demonios) o en ella (que no es capaz de ver el mundo tal como debe ser). Esto la llena de intranquilidad e inseguridad, pues no sabe qué es lo correcto y qué no.

Cuando Jeanette llega a la adolescencia ya es consciente de que su madre está algo loca, pero perdona sus excentricidades por su amor a Dios y a las personas. Se ha convertido en una ferviente cristiana que no desea otra cosa que promover la palabra de Dios. Cuando descubre el amor con otra feligresa de su misma edad, su madre aprueba su actitud. Es mucho mejor que se divierta con una amiga fervorosa en vez de pervertirse con los “jovencitos descocados”. El problema viene cuando se descubre que ambas jóvenes son más que amigas, claro. Para la congregación tal relación es a todas luces pecaminosa pero la pobre Jeanette no entiende nada. En todo momento ha sido un amor puro, tierno y sincero que la llena de felicidad y alegría. Se le hace obvio que la felicidad que la embriaga es un regalo de Dios y es imposible que tenga origen en el  pecado. Se intenta explica, se rebela... pero su congregación llega a la conclusión de que está endemoniada, la exorcizan y la expulsan de la comunidad.
Y si la pobre Jeanette ya estaba hecha un lío y no entendía qué funcionaba mal en ella, ahora entiende menos porque la echan de la que ha sido su vida.Tendrá que reconstruirse y buscar la felicidad ella sola, sin referencias ni ayudas.

No es un libro que trate el problema del lesbianismo como tal, sino que se centra en el crecimiento personal de una chica criada en una familia totalmente disfuncional que arrastra unos problemas de autoestima y confusión bestiales (detecto muchas ganas de expulsar demonios interiores). La vida de Jeanette se queda sin referencias de qué es correcto y qué no: su madre la expulsa de casa, no tiene experiencia alguna de la vida fuera de la comunidad, lo único que había sido real en su vida resulta ser el peor de los pecados y no quiere (ni puede) eliminar esos sentimientos. El resultado es que se pregunta y se atormenta continuamente sobre qué hay mal construido en ella. Aunque la situación puede ser algo exagerada, estoy seguro que mucha gente se encontrará identificada con el hecho de que, para poder sobrellevar la vida, lo primero es conseguir aceptarse uno mismo como es y a partir de allí intentar crecer.

Lo más curioso es que no se trata de un libro triste. Al contrario, destila vida y amor. Winterson escribe el libro tal como se lo contaría a un amigo íntimo, con lo que es muy fresco y ameno de leer. Se queda en el extraño punto que existe entre la sátira y la fábula, nutriéndose con acierto de lo mejor de ambos géneros. Sabe entretenerse en pequeños relatos para expresar de otra manera cómo se siente la protagonista y así entendamos mejor lo perdida que está. No interrumpen la acción y sirven de inestimable apoyo para sus ideas.

Es un libro cortito que se lee muy rápido y con momentos muy logrados, como cuando tú sabes que la protagonista está enamorada hasta las trancas pero la pobre es tan inocente que no se da cuenta. Sabe que es más feliz que nadie en el mundo, pero no es capaz de relacionar esa felicidad con el amor ni con las “relaciones ilícitas”. También hay que destacar el paralelismo que se establece entre la Jeanette  -religiosa- que es discriminada en la escuela  con la Jeanette -lesbiana- que es expulsada de la Iglesia. El ajuste es sorprendentemente elegante, quedando patente que Jeanette acaba siendo rechazada, aislada y repudiada por partida doble en su vida por dos aspectos muy diferentes de la sociedad (pobre Jeanette).

Es un tipo de novela muy diferente del que suelo leer, pero no por ello ha sido ingrato. Al contrario, me he sorprendido disfrutando en un género distinto, con una historia fresca y una protagonista con la que es muy fácil empatizar. Muchos se sentirán muy identificados con la protagonista y, quien sabe, puedan exorcizar sus traumas pasados con el libro. Es cortita, extraña y adorablemente  adictiva.

Nota: 7
Nota anobii: 4/5

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