viernes, 13 de septiembre de 2013

El ansia

Dentro de la CVO, este mes se ha propuesto esta película (Gracias angeluco). Una película de vampiros sin colmillos, que no brillan y que no tienen ningún reparo en alimentarse de sangre humana, aunque sea a base de cuchilladas.

Miriam es una vampiresa que colecciona amantes. Cuando se enamora de alguien, lo convierte en vampiro para que le acompañe toda la eternidad… hasta que Miriam se cansa de él. Entonces, esa persona que había permanecido siempre joven, envejece de repente y pasa a vivir el resto de la eternidad (pues no puede morir) en un estado de sufrimiento semi-vegetal (pues sin la voluntad de Miriam no puede vivir). Al desaparecer su amor por John, Miriam se fija en la científica Sarah, que investiga cómo vencer a la vejez y que parece haber encontrado la manera de detener el reloj biológico.

El inicio es más que interesante, una primera escena vampírica con mucha fuerza, música de Bauhaus, Bowie dándolo todo… pero luego todo pierde mucho fuelle. La película parece perderse en ínfulas preciosísticas, dejando de lado totalmente cualquier pretensión de contar una historia con argumento.

ACTORES: David Bowie, excelentemente caracterizado, borda la actuación de un amante que creía ser eterno pero, aterrado, ve llegar su final. Deneuve está imponente en su papel de vampiro inmortal, fría y despiadada, despliega con gran acierto una prepotencia inhumana muy lograda. Susan Sarandon completa el trío de actores con el papel más difícil con una metamorfosis bastante aceptable.

DIRECTOR: Lo que más me sorprende de la película es su autoría. Nunca hubiera esperado de Tony Scott que me deparara una película tan contemplativa y lenta como esta. La película transcurre con una calma que puede llegar a ser exasperante, cada escena viene completada por alguna imagen de cortinas al viento, palomas moviéndose… El trabajo del director de fotografía es importante, sin duda. El punto glam ochentero está más que logrado y contribuye a crear un ambiente decadente muy logrado. Toda la película transcurre bajo una atmósfera ampulosa y opresiva, consiguiendo crear el efecto de que ser un vampiro es más una maldición que te condena a vivir toda la eternidad. Luego Scott se permite no caer en efectismos y sustos fáciles, sino que se centra en narrar con pulso firme una historia. El ambiente estético y sensual es notable, pero la narración es demasiado inconsistente debido al extraño aroma a surrealismo alucinatorio. El exceso de cámara lenta tampoco ayuda a que la película sea de fácil digestión.

GUIÓN: La trama es marcadamente aparatosa y con visos de ser poética, pero que dista de poseer ningún aspecto destacable o profundo. La historia acaba siendo confusa y tramposa en algunos momentos. La atención se centra en demasiados aspectos y el conjunto no acaba de convencer en ningún momento. 

Es una película que se deja ver justamente porque "luce bien" y ese es su objetivo, por momentos hasta parece que la música de fondo no acompaña a la imagen sino que la imagen acompaña a la música de fondo: tan así es su grandilocuencia, su “glamorosidad”. En fin, aprobada con lo justo. Es para pasar un rato al lado de una película extraña que basa sus méritos en sus rarezas y en su intento de reinventar el cine vampírico, pero que puede que repela ante su delirio y atípica reformulación del mito.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.3

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