domingo, 30 de junio de 2013

Los amos del barrio

Con Ben Stiller en la portada, ya sabes que viene una chorrada. Sólo que a veces no calculas el calibre de la misma…

Un extraño asesinato en los grandes almacenes de un pequeño pueblo pone en alerta a la población. El desequilibrado encargado del centro comercial decide montar una patrulla vecinal para esclarecer la muerte, pero sólo conseguirá colaboración de lo más inútil del pueblo. Entre cervezas y burradas deberían acabar en comisaría, pero se verán implicados en una conspiración extraterrestre que quiere destruir el mundo.

La historia principal no es precisamente una genialidad, pero sirve para pasar un rato entretenido -que de eso se trata-. Los chistes van de lo grosero a lo lamentable, aunque hay un par de ellos que consiguen hacerte sonreir y todo.

ACTORES: Realmente están todos muy pasados de vuelta, Stiller, Vaughn, Hill… se les va, y mucho. Estoy seguro que se lo han pasado en grande rodando la película, muchas escenas parecen literalmente improvisadas -me inclino a que lo están-. Ayoade… me ha descolocado totalmente, no sé decir si su actuación es deliberada o casual, pero ha sido… diferente. Si veis la película podréis comprobarlo. ¡Pero que mayor está ya Stiller!

DIRECTOR: Con un debut así… poco vas a repetir, probablemente. A pesar del estilo y los actores, no es una película Appatow y se nota su falta. Las suyas suelen ser salvables, pero en este producto de laboratorio, el despropósito es de los gordos. Lo más destacable son los aliens, que están medianamente bien hechos. El ritmo es excesivamente tedioso y quita las ganas de reírse. Sólo al final consigue enganchar dos o tres gags decentes, especialmente cuando empiezan los tiroteos, tan absurdamente patéticos que han conseguido hacerme gracia y todo.

GUIÓN: No hay muchos chistes que se salgan de la grosería y la chorrada argumental no es que sirva para llenar en demasía, por lo que… hay un problema (¿sólo?). Diálogos muy pasados de rosca, chistes sobre penes, fotos-FB con aliens… Buffff….

Dicho esto, la película es una idiotez que ha este servidor le mantuvo entretenido y le hizo olvidar sus problemas. Sólo espero que nadie pagara entradas para ver esta memez en su momento.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 4.4

sábado, 29 de junio de 2013

El hombre de acero

El blockbuster de este verano viene con unas mimbres muy bonitas: El desparrame orgásmico visual de Snyder colaborando con el reinventor del oscurantismo narrativo y maestro del Caos Nolan. ¡De ahí iba a salir algo bonito, seguro! Que se atrevan con un héroe con tan poco fondo como Superman… Bueno, no es tan oscura y desasosegante como Batman, ni tiene el humor de Spiderman, Ironman o los Vengadores -que Clark kent no es Tony Stark!- pero la espectacularidad está asegurada.


La película empieza con un fastuoso flash-back del fin de Krypton, explicándote no sólo los inicios de Superman sino también los del General Zod. Una vez destruido Krypton, saltamos a la Tierra, donde un joven Clark Kent busca su lugar en el mundo, intentando pasar desapercibido, pero sin poder evitar ayudar a la gente. Es consciente del miedo que le tendrá la gente cuando sepa qué es capaz de hacer, por lo que se esconde. La llegada del General Zod le obligará a mostrarse al mundo, para así evitar la extinción de la raza humana.

Mi impresión es que es una película que, por planteamiento y situación, está pensada para Nolan: la necesidad de dotar de una complejidad gratuita a todos los personajes, el planteamiento casi místico, las reflexiones éticas sobre el poder… Pero que luego perdió interés por dirigir el proyecto ¿Acoso no sabía cómo acabarlo “bien”? Y le acabó pasando el caramelito a Snyder, para que se flipara con presupuesto infinito. Si a este hombre le das un guión más o menos bien parido, tienes garantía de que te va a hacer una cosa bien bonita.

ACTORES: Cuando los fuegos artificiales no están dominando la pantalla, un buen trabajo actoral te ayuda a dar empaque a la película, esto sucede especialmente con los secundarios masculinos, pues Costner y Crowe cogen a sus endeblemente caracterizados personajes y les dotan de una enjundia destacable. Igual pasa con Michael Shannon, que compone el mejor malo de Superman que hemos visto en las películas y reparte atún para dar y tomar. Incluso Lawrence Fishburne hace un Perry White con empaque! Amy Adams, en cambio, hace una Lois Lane totalmente desdibujada y poco creíble, lo más flojo del elenco con diferencia -tampoco es que el guión le ofreciera mucho más-. Henry Cavill es quién tiene la responsabilidad de hacer a Superman y realiza su trabajo con bastante dignidad. Sabe ser lo suficientemente duro cuando tiene que serlo y evita parecer el “boy-scout salvavidas” típico.

DIRECTOR: La labor de Snyder se puede ver perfectamente reflejada en la hora final de la película. El espectáculo visual es abrumador, deslumbrante y burrísimo. Una pasada de explosiones, destrucción y desparrame apoteósica. La pelea final entre Superman y el general Zod es un prodigio de coreografía, ritmo y bastardidad.
Básicamente: PAM! Tres edificios atravesados, espera que vuelvo, abro otro agujero a los edificios, cojo una viga y te arreo con ella! A volar!! Yo cojo un coche y te lo estampo en la cabeza! Y yo un vagón del metro! Y…. Esta vorágine de destrucción se muestra con todo lujo de detalles, excesiva pero brutalmente convincente.
De la misma manera, el extenso prólogo en Krypton es un espectáculo visualmente sugerente, que da ganas de re-visitar en un posible spin-off si alguien se atreve a hacer un guión sobre ello.
Entre ambos ejemplos de fuerza visual, una serie de flashbacks nos cuentan -mas o menos- una historia que los enlaza y explica. El ritmo de este interludio es bastante lento y, aunque no llega a aburrir, se pierde entre incoherencias e intentos de profundizar en la psicología de los personajes que Snyder no es capaz de aprovechar. Muy bueno cuando se le puede ir la castaña, justito al rodar escenas “normales”.
La imaginería de la película está muy bien trabajada, como sería esperable viendo el presupuesto. El diseño Kryptoniano es precioso y orgánico, deshumanizado pero bonito. Además, Superman pierde por fin sus ridículos calzoncillos por fuera y tiene un traje bonito y acorde a los gustos actuales!

GUIÓN: Dentro del guión, encontramos muchos trazos del estilo de Nolan, ya sea por presentar a un héroe mucho menos ingenuo, por buscar conflictos morales o por la consistencia de los personajes masculinos y la falta de consistencia de los femeninos… Pero luego no está trabajado muy a fondo y aparecen incoherencias graves, como la muerte de Jonathan Kent –ridícula- o la manera de forzar protagonismo porque sí para Lois Lane. Temas planteados y motivaciones que desaparecen a mitad de película se encuentran con tratamientos decisionales mucho más serios de lo que sería esperable dando lugar a un conjunto muy irregular. Yo creo que Snyder encuentra que hay temas para entrar en profundidad pero decide pasar de todo y dedicarse a hacer una película de acción muy, pero muy pasada de vueltas.

Sorprende, eso sí, que este Superman no sea el héroe que tenga que esconderse. Por fin, deja de dedicarse a salvar niños repelentes que caen por las ventanas ni parece tener mucho aprecio por las vidas humanas, se pasea por entre los soldados como un verdadero prodigio y será admirado por todo el mundo después de salir del “armario”.

Para explicarlo recurriré a las ideas de otro flipado, el certero Quentin, en Kill Bill: “Uno de los elementos principales de la mitología del superhéroe es que hay un superhéroe y hay un alter ego. Batman es en realidad Bruce Wayne, Spiderman es en realidad Peter Parker… Tienen que ponerse un disfraz para convertirse... Y es ahí, en esa característica, donde Superman es único. Supermán no se convirtió en Superman… Cuando Superman se levanta por la mañana, él es Superman. Su alter ego es Clark Kent… Las gafas y el traje de negocios es el disfraz que Superman lleva para integrarse entre nosotros. Clark Kent es tal como Superman nos ve a nosotros… Clark Kent es la crítica de Superman a toda la raza humana”.

Es en este aspecto que Zack Snyder cumple, y de manera notable: Superman se nos aparece como el superhéroe entre superhéroes, no tiene que demostrarle nada a nadie, simplemente representa a un semidiós que protege a la raza humana de sus amenazas y debilidades.

¿Es una película buena? No. Tiene demasiados errores y su historia es notablemente inferior incluso a muchas películas de superhéroes. Las partes “Nolan” y las partes “Snyder” son demasiado reconocibles e irregulares pero… ¡vaya flipada! Pocas películas pueden presumir de mostrar una pelea de dioses tan bien como esta. Yo, al menos, me lo he pasado en grande con ella.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.5

jueves, 27 de junio de 2013

Ender en el exilio (Orson Scott Card)

Aunque Orson Scott Card nos había deleitado con una magnífica trilogía después de su magistral El juego de Ender, para celebrar el 25º aniversario de su obra más conocida decidió publicar una nueva entrega, situada entre El juego y la trilogía posterior. Es decir, inserta una segunda parte entre el resto de libros de la saga. Desde que me enteré que salía, tenía muchas ganas de atacarlo, ¡así que ya tocaba!

Título: Ender en el exilio
Autor: Orson Scott Card
Título original: Ender in exile



Ender en el exilio ocurre unos cincuenta años después de lo narrado en El juego de Ender y 2650 antes de La voz de los Muertos, y enlaza también con la serie La sombra de Ender, gracias a  un uso inteligente de los efectos relativistas.
Ender Wiggin, tras vencer a los insectores y dejar la Escuela de Batalla, parte a la búsqueda del planeta en el que se habían reunido las Reinas Colmena de los insectores para intentar entender por qué se hallaban todas en un único planeta, lo que hacía a su especia extraordinariamente vulnerable.
Ender recala en la Colonia Ganges, fundada por Aquiles. Pero el comandante de la nave que lo lleva desea convertirse en el poder en la sombra detrás de Ender o, cuando menos, enviar a éste de nuevo a la Tierra para quedarse con el poder.
Ender ve venir el golpe y lo previene, ya que sigue siendo un excepcional estratega.
Tras veinticinco años de éxito, llega al fin la tan esperada continuación de El juego de Ender, una de las novelas más famosas de la moderna ciencia ficción.”

El resumen de la contraportada es horrendo, pero sí que da una idea general. En El juego de Ender conocíamos al Ender niño que aprendía a luchar contra los insectores y en La voz de los muertos nos encontrábamos con un Ender ya adulto, buscando redención tras las guerras. Nos faltaba parte de la historia, ¿qué le ocurre al Ender adolescente antes de llegar a la colonia Lusitania? Para llenar este vacío surge Ender en el exilio,  que se sitúa inicialmente de manera simultánea a la saga de Bean y La sombra, aunque pronto la deja atrás siguiendo los pasos de Ender.

Evidentemente, no es una obra maestra como su predecesora, pero sí una buena novela de ciencia-ficción, con las intrigas, conspiraciones y luchas por el poder marca de la casa, junto con una gran calidad en la construcción de los personajes y una prosa muy sencilla pero a la vez muy profunda y bien escogida.

Se puede dividir en tres partes bien diferenciadas:
-           En la primera se te novelizan los hechos que provocan el exilio de Ender. Se  habían relatado en otros libros, pero en ningún momento se había profundizado en ellos, simplemente pasaban. Ahora se te explican en detalle. La situación sociopolítica y el efecto que el “arma Ender” tendría en la Tierra están perfectamente explicados y te meten bien en  situación para que puedas comprender todas las motivaciones de cada uno de los personajes.
-           Luego se nos cuenta el viaje a la colonia Shakespeare y los sucesos que ocurren una vez Ender llega. Como “compensación” por su exilio forzado, es nombrado Gobernador, algo con lo que Quincy Morgan, el comandante de la nave, no parece estar de acuerdo. Durante el viaje, Ender se verá obligado a defender su posición contra las ambiciones de Morgan. Card aprovecha esta disputa para reflexionar sobre las cualidades de un líder, la legitimidad con que uno puede pretender tener la autoridad y qué hacer en caso de conflicto por el poder cuando no hay con que basarlo-el gobierno de la humanidad se encuentra en la Tierra, a 40 años/luz de distancia-.
-           Finalmente, Ender llega a la colonia Ganges, dónde otra vez se encuentra inmerso en una disputa por el poder. En este caso entre Virlomi, antigua dictadora en la Tierra y legítima gobernante de la colonia, y Randall Firth, el más capaz y el mejor dotado para gobernar de todos los humanos del planeta.

En todo momento la trama está muy bien hilvanada, el planteamiento de la situación está muy logrado y el posterior desarrollo mantiene buenos niveles de tensión y ritmo. La trascendencia de los hechos es obviamente inferior a El juego de Ender, pero esto no impide que las luchas por el poder y las reflexiones éticas tengan su gracia. Como siempre en Card, las situaciones y los clímax de tensión están muy bien conseguidos y trabajados, todas las puntadas tienen hilo, los personajes están muy bien construidos  y los diálogos son agradablemente punzantes y certeros.

No obstante, se pueden encontrar dos inconvenientes obvios con la última parte del libro, que entra además en conflicto con el resumen de la contraportada. El principal inconveniente que veo al leer este libro es que todo lo que ocurre en la colonia Ganges está muy relacionado con el final de La sombra del Gigante y se requiere haber leído toda la saga de Bean para pillar todo lo que ocurre. Si no te lo has leído, la cosa pierde. Principalmente porque te chafan el final. 
Además, está el problema de la longitud de los fragmentos: mientras vas leyendo el libro, ves que Card dedica mucho tiempo a disponer las motivaciones de la marcha hacia Shakespeare, dejando caer que habrá un posterior viaje a Ganges -preparando el terreno-, es decir, da la idea de que la estancia en Shakespeare durará poco y se viajará pronto a Ganges. Cuando ves que tanto el viaje como los sucesos en Shakespeare empiezan a ocupar páginas y páginas -muy interesantes, eso sí-  y el libro se va quedando sin espacio, te viene la idea de que quizás lo de Ganges se reserva para una segunda entrega. Sin embargo, a ochenta páginas del final, se da carpetazo a Shakespeare y se despacha Ganges en un pim pam. No es que remate mal la historia, pero sí que deja cierta sensación de apelonotamiento. Como si, de repente, se hubiera quedado sin espacio en el libro y se hubiera puesto a recortar. La única explicación que le encuentro es que la historia fuera a estar situada  inicialmente en Ganges, pero que luego el resto de la historia le “creciera” y se viera obligado a quitar espacio, sin que el editor le permitiera ampliar páginas.  

Como es habitual en Card, la historia se sustenta en unos personajes muy trabajados, complejos y realistas. Despliegan una profundidad inusual que da mucho valor a lo que ocurre, incluso en los momentos más nimios consiguen que te impliques y quieras saber más.

Tal como ocurría en El juego de Ender, el protagonismo recae en la figura de Andrew “Ender” Wiggum, el genio de la estrategia, criado para ser el mejor general que puede dar la humanidad. En El juego de Ender contemplábamos como el alma de Ender se iba destruyendo a medida que avanzaba su entrenamiento, ahora Ender se enfrenta a algo para lo que su adiestramiento no le ha preparado: la vida como civil. Card lo obliga a transitar por un duro camino. Ha regresado de la guerra sin heridas aparentes, pero está roto y vacío por dentro. Se debate continuamente entre sentimientos de vergüenza y culpa por haber aniquilado y destruido a miles de millones de seres pensantes (una especie entera), pesadillas recordando todo lo ocurrido, auto-flagelación por haber fallado a todos aquellos hombres a su cargo que murieron en las batallas… En todo momento parece intentar levantar la cabeza y salir adelante, pero no se ve capaz, no es capaz de encontrar un simple motivo por el cual él merezca vivir. Convierte el resto de su existencia en una vida torturada en que intenta todo el rato compensar a los vivos por los errores del pasado, dedicándose a buscar lo mejor para la humanidad.

Ni siquiera la presencia de su hermana Valentine le permite levantar el ánimo. Tan vital y animosa como siempre y deseosa de ayudar a todo el mundo, no puede evitar sentir frustración al enfrentarse a la vastedad del dolor de su hermano, ya que es justo el único que tiene capacidad para rechazar su ayuda. Su papel se acaba convirtiendo en el de una conciencia para Ender, ya que nuestro héroe se encuentra tan devastado que parece perder el sentido de la realidad en algunos momentos.

El tercer personaje con más protagonismo es el almirante Quincy Morgan, un militar especializado en medrar en tiempos de paz que ha encontrado en la juventud de Ender un punto de apoyo para cumplir sus ambiciones y llegar al cargo de Gobernador, honor del que siempre se ha considerado merecedor. A lo largo del viaje, Ender y él van tejiendo sus redes para capturar su presa y conseguir el premio gordo. Aunque astuto y taimado, es un simple aficionado en comparación con los Wiggum, lo que no le impedirá luchar con todas sus fuerzas por el poder.

El libro destaca por su sencillez y su buen ritmo mientras se permite reflexionar sobre temas éticos importantes. Entra muy bien e invita a seguir leyendo, atrapado por el inmenso carisma de Ender. Toda la novela en sí constituye un pegamento que contribuye a cohesionar y añadir multitud de detalles que habían quedado colgados y olvidados dentro de las diferentes sagas. Por ello se convierte en indispensable para cualquier fan de estas historias. No obstante, requiere de haber leído anteriormente las sagas de Ender y de Bean y se ve lastrado por un final apresurado que desmerece el resto del libro.

Nota: 8
Nota anobii: 4/5

domingo, 23 de junio de 2013

Battleship

Hace unos años, Hasbro anunció que había vendido los derechos para que hicieran tres películas con marcas de su propiedad. Se podía esperar que se empezara con “Magic: The Gathering”, G.I Joe o incluso con “My Little Pony”, pero no, empezaron con Battleship (Hundir la flota, en castellano). ¿Se puede hacer una película basada en un juego así? Está claro que si, bueno, más o menos.

Las diversas flotas de los ejércitos del mundo se enfrentan en un torneo de simulación de batallas navales (Battleship!!!), lo que ninguna espera es que estos ejercicios simulados íban a ser interrumpidos por la invasión extraterrestre de turno. Obviamente es un mal momento, porque los mejores soldados navales están reunidos y les darán pam pam en el culete para que los aliens se vayan muy calentitos a la cama.

A mí entender, esta película es un panfleto que grita continuamente “alístate en la marina de US”. No hay otro sentido. Se dedica tanto esfuerzo a mostrar lo molones que son los marines, lo bien que te lo pasas fregando suelos y lo importante que es servir a tu país y salvar al mundo que la película se tiene que entender de esta manera. Esto también explica qué hace Rihanna actuando o una banda sonora llena de temas de AC/DC, Blink 182… ¡Hay que acercar el ejército a los jóvenes y recordar que hay malos a los que pegar palizas!

Si obviamos este panfletismo… ¿Qué tenemos? Vamos a verlo.

ACTORES: MMm… actuar… Creo que ninguno de los participantes hace nada parecido a ello. Se supone que Liam Nesson es un “súper-almirante” y más bien parece salido de Sargento Bilko. Taylor Kitsch es… bueno, eso, muy kitsch. Por otro lado, hay que reconocer el tremendo esfuerzo que hace Rihanna por actuar. No tiene ni la más remota idea de cómo se hace, pero se esfuerza.

DIRECTOR: La película no tiene el más mínimo sentido, pero el director parece completamente consciente de ello. Aparte de convertirla en un panfleto para el público afín (que lo habrá), se regodea tanto en las absurdeces y en las cosas extrañas del guión que parece reírse bastante de sí mismo. Se generan momentos tan gratuitamente estúpidos que, si superas la vergüenza ajena, pueden incluso tener su gracia.
Por otro lado, las batallas tienen su punto de tensión y el ritmo que se genera es bastante movidito. La banda sonora está muy, pero que muy bien escogida y provoca algún que otro subidón (ese bombardeo a ritmo de Thunderstuck es brutal y la escena en que realmente se ponen a jugar a Hundir la flota tiene su qué) que se agradecen aunque no acaban de salvar el despropósito que es esta película.
La imaginería es bonita, pero recuerda demasiado a Transformers, que es de mayor calidad (sí, en serio). El director sabe hacer buenos fuegos artificiales y hace un buen uso de los efectos especiales. Lo cual, unido al ritmo que le imprime, hace que la película pase agradablemente, pero el vacío alrededor es tan grotesco que disgustará a cualquiera que busque algo más en la película.

GUIÓN: Esto sí que no hay por dónde cogerlo. Las motivaciones del personaje principal para entrar en la Marina son un sinsentido. La mayoría de diálogos y frases pretendidamente molonas son de lo más estúpido que uno se puede encontrar y el desarrollo de la ¿trama? es inexistente. Hacía tiempo que no veía una invasión extraterrestre tan “porque sí” como en esta película. Todo parece enfocado para mostrar un “mira como mola la Marina, ¿Qué haces que no te alistas?” muy patriotero y poco más. 

Recapitulemos. Tenemos un montón (pero muchas muchas) de cosas que pasan porque sí, personajes de lo más estúpido e incoherente, actuaciones bastante nefastas, booms bangs y kabooms para parar un tren, junto con acción medianamente correcta y una banda sonora MUY buena. 
Tiene momentos lamentables, la historia es chusquera a muerte y las actuaciones dan vergüenza ajena, pero el ver saltar todo por los aires a buen ritmo y las cancionazas (eso sí hay que reconocérselo) que se gastan  pueden conseguir que alguien se interese por ver este film.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 4.7


Como se puede comprobar, este esperpento destaca lo suyo y se llevó 7 nominaciones a los Razzies, con todo merecimiento, - peor película, director, actor, actriz, actriz secundaria, guión y reparto-. El aún más gran engendro que resultó ser Amanecer le impidió gozar con la gloria, pues sólo Rihanna consiguió llevarse algo (peor actriz secundaria), ganado a pulso, eso sí. 

lunes, 17 de junio de 2013

Tonto, muerto bastardo e invisible (Juan José Millás)

Tenía ganas de leer un libro de humor absurdo, pedí consejo y me recomendaron éste. Con lo que me suele gustar Millás, tenía claro que, al menos, me iba a reír.

Título: Tonto, muerto, bastardo e invisible
Autor: Juan José Millás

“Cuando los directivos de la empresa donde ha trabajado durante años prescinden de sus servicios, Jesús decide sacar a pasear el tonto que lleva dentro. Tras un bigote postizo (que trata con sumo cuidado) se convierte en otra persona, y de tanto fingir se olvida de cómo era antes y todo se vuelve artificial. Desde esa nueva posición puede vivir cada suceso cotidiano como una apasionante aventura.”

Todo el libro está contado a modo de monólogo interior de Jesús que, en vista de que no le gusta el cariz que ha tomado su realidad, se inventa una nueva protegido tras su bigote. La gracia viene cuando empieza a tener problemas para distinguir cuál de las realidades en las que vive es la correcta, descubriendo que siempre ha sido un tonto, que lleva años muerto, que hipnotizó e intercambió a sus padres y que tiene otro yo invisible que interviene de vez en cuando.

Lo real y cotidiano se convierte de pronto en mágico y extraño. Millás demuestra su habilidad para pervertir la realidad y nos obliga a discurrir por caminos que nunca hubierámos podido imaginar mientras Jesús da rienda suelta a sus instintos. Con el absurdo por bandera, las sorpresas y la demencia del argumento van en un continuo aumento en una historia tan divertida como impredecible y pasada de vueltas.

No obstante, el libro peca de gratuitamente tramposo y tanta insistencia en “juegos de realidades” pueden acabar volviéndose algo irritante, además del hecho que, con tanto desparrame, la trama destaca por su endeblez y falta de consistencia. Mezcla momentos muy iluminados con otros que son auténticas gilipolleces, peligro habitual de quién abusa del humor absurdo.

Es una novela sencilla, fresca y rápida de leer. El “a ver que burrada me sueltan ahora” se convierte en un buen incentivo para pasar páginas y páginas sin enterarte, como nada. La ligereza de la trama y las buenas absurdeces que suelta hacen que sea un pasatiempo cortito y agradable, ideal para las tardes tontas de verano.

Nota: 6
Nota anobii: 3.5/5

sábado, 15 de junio de 2013

El arte de amar (Ovidio)

Una amiga me prestó este pequeño clásico, diciendo que tendría risas aseguradas. Aunque sea un ensayo didáctico, trata sobre un tema con mucho jugo y, realmente, con mucha gracia.
 
Título: El arte de amar
Autor: Publio Ovidio Nasón
Título original: Ars Amandi

“Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona el 43 a.C. y murió desterrado en Tomos (la actual Constanza) el 18 d.C. Escribió los «Amores», las «Metamorfosis», los «Fastos» y el «Arte de amar», que provocaría su destierro por el emperador Augusto, por su mensaje de libertad individual y por hacer del placer su más grande aspiración y el objeto exclusivo de su canto. Este nuevo sentido de la vida es la verdadera lección de este libro, una lección acaso hoy todavía subversiva. “

Y es que el libro no es otra cosa que un manual de seducción de la Antigua Roma. Está dividido en tres partes muy diferenciadas:

- Cómo ligar (ellos)
- Cómo ligar (ellas)
- Cómo mantener el objeto de tu amor

Está escrito en un lenguaje muy ameno y seguible, con un estilo muy mordaz y una retranca muy graciosa. Una de las cosas que permite comprobar es que, en el fondo, las cosas no han cambiado tanto en dos mil años. Muchos consejos y situaciones planteadas son perfectamente aplicables hoy día, pues sólo ha cambiado el contexto en que suceden. ¡Aprovechar el bostezo para pasar el brazo por el hombro ya se estilaba, aunque fuera en el circo y no en el cine! Como dicen algunos, "no hay nada nuevo bajo el sol"...

Por otro lado, los momentos más cachondos son aquellos en los que la realidad histórica ha cambiado y lo que nos propone Ovidio se convierte en una barbaridad. Por ejemplo, cuando habla de la conveniencia de usar la violencia para ligar  “asegúrate, ¡oh temerario! de que el placer que des sea grato, o tu exilio será obligado” o sobre si debes llevarte a la cama a la sirvienta de tu objetivo antes o después de  haber conseguido los favores de tu amor. Tiene momentos muy, muy cachondos. 

Lo que más me ha sorprendido es lo “liberada” que describe a la mujer de la época, con plena libertad para ir, venir y ligar con quién quiera. Evidentemente, se refiere a la mujer liberta, no a la sirvienta o a la esclava, que en cuanto a derechos y aspiraciones iban un poco más “justitas”.

Este “manual” está escrito con bastante ligereza y gracia, mezclando consejos claros con pequeñas parábolas mitológicas ejemplarizantes. Aunque es un libro para tomar con calma, se lee en nada y a buen seguro causará buenas risas al lector.

Nota: 7
Nota anobii: 4/5

sábado, 8 de junio de 2013

Coraje y Honor (Graham McNeill)

Pues ya tenemos aquí la quinta parte de las aventuras de Uriel Ventris, que ya son! Para los viajes me gusta llevarme lecturas ligeras, y los libros de Wh40k son siempre bienvenidos. Entretenidos y que requieran pensar poco, ¡perfectos para desconectar!

Título: Coraje y Honor
Autor: Graham McNeill
Título original: Courage and Honour

“En el universo de Warhammer 40.000 los nobles Ultramarines, guerreros genéticamente mejorados para proteger al Imperio de sus enemigos, son los Marines Espaciales por excelencia. El capitán Uriel Ventris, recién llegado del Ojo del Terror, debe redimirse a ojos de sus hermanos de batalla, que temen que haya sido tentado por el Caos. La invasión del planeta Pavonis por parte de los Tau será la oportunidad perfecta para que Uriel se una a su capítulo y demuestre que su honor está fuera de toda duda.”

Después de los hechos acaecidos en Cielo muerto, sol Negro y  en Campo de la Muerte, el Capitán Uriel Ventris ha conseguido volver a Ultramar. Allí es recibido con desconfianza y recelo. Ha cumplido su castigo y las tareas de muerte encomendadas, por lo que deberían reintegrarlo al capítulo. Pero claro, vuelve de un mundo demoníaco y no acaban de confiar en que se haya mantenido puro… Es enviado a una misión de poca monta en Pavonis (lugar donde sucedió el primer libro), donde no debería suceder nada especialmente importante, para así estudiar su comportamiento antes de darle tareas vitales. Lo que nadie se espera es que los Taus tienen pensado invadir ese planeta y, como los Ultramarines no se detienen ante nada, ya tenemos el festival montado.

Y es que es eso lo que narra el libro: tenemos una campaña completa de una invasión Tau, desde que aparecen los primeros exploradores a sondear el terreno hasta que todas las escaramuzas acaban definitivamente. No hay tramas complicadas ni conspiraciones ni espacio para disertaciones o descripciones floridas. La acción está bien llevada y desarrollada, los eventos transcurren en un crescendo muy escalonado, fácilmente seguibles y con el punto de tensión adecuado para que avances con ganas. Simple y llano, buenos contra malos, avances de los frentes, tiros por todos lados, un ritmo bien calculado y acción a gran escala al estilo McNeill. Mola.
Todo el desarrollo de las batallas es seguido desde diferentes puntos de vista, con muchos cambios de lugar, ya sea desde los Ultramarines, las fuerzas de la Guardia o la reacción de los civiles; lo que da lugar a un buen retablo de todos los hechos que ocurren. A modo de Leit motiv, se va dejando caer continuamente la necesidad de todos de luchar con “Coraje y Honor”, como recordatorio de que es la única manera de colaborar entre los diferentes batallones y eliminar así a un enemigo común. Por otro lado, la manera de combatir de los Taus es muy particular, y apenas había aparecido en las novelas. Como es diferente y está muy bien reflejada, le añade mucha frescura a la lectura.

El protagonismo sigue recayendo en el Capitán Uriel Ventris que, de vuelta en su puesto, se siente continuamente evaluado al llevar a cabo su tarea. Necesita probarse a sí mismo de que sigue siendo digno de servir en los Ultramarines y se obsesiona ante la posibilidad de cometer un fallo, sopesando en todo momento sus decisiones para evitar el más mínimo error. Ha pasado por mundos demoníacos y eso se nota, ya que ha perdido el candor y el optimismo inquebrantable que tenía antes, dando lugar a un alma mucho más madura y menos ingenua.
El Sargento Pasanius es sustituido por Learchus, (estoy seguro de que Pasanius se cayó de la obra a mitad de escritura, al molestar su presencia en el desarrollo de la acción). Este último ya había aparecido en los dos primeros libros, destacando por su rigor y su férrea defensa de la manera “correcta” de hacer las cosas. Tras la desaparición de Ventris, se había convertido en el primer favorito para sustituirle, y, justo cuando iba a ascender, reaparece el capitán. Evidentemente, esto provoca un cierto resquemor en Learchus, que le considera alguien indigno de comandar la compañía, dando lugar a algunos enfrentamientos dialécticos interesantes.
Por otro lado, me gustaría destacar el seguimiento que se hace a Plumarroja, el jefe de los Kroots. Va apareciendo aquí y allá en las escaramuzas y, sin decir una palabra en ningún momento, se convierte en un malo con bastante gracia, regando de sangre el camino a su paso.

Otra cosa que he encontrado -y no es habitual- es una velada crítica al modelo de funcionamiento del Imperio de la Humanidad. Sin ahondar en ello, se van dejando caer piedrecitas sobre los puntos más oscuros y despiadados de la forma de gobernar, comparándolos con el modelo feel good de los Taus -que luego no es tan bonito como lo pintan-. La vida de los civiles tiende a ser un aspecto olvidado en estos libros, y siempre es adecuado que te lo recuerden…

En resumen, tenemos un libro con todo lo que tiene que tener una novela de Wh40k: acción bien resuelta, una trama mínima pero aceptable, personajes sólidos, un par de momentos para fliparse un poco y un buen ritmo que asegure buena diversión. Para fans de la franquicia, se convierte en una ensalada de tiros más que correcta y contribuye a aumentar el nivel de la saga a falta del colofón final.
Un poco más de chicha en la trama se hubiera agradecido pero divierte con ganas. 

Nota: 7
Nota anobii: 4/5

jueves, 6 de junio de 2013

Lío embarazoso

Seguimos con las películas ligeritas, para descansar la mente. Con este título y la firma de Apatow, los brochazos de humor grueso están asegurados.


Ben es un “niño grande” sin oficio ni beneficio, que vive la vida padre de porro en porro y de peli porno en peli porno. Jennifer es una periodista esforzada y obsesionada por su imagen que lucha por salir adelante en el telenoticias. Una noche de juerga y estupideces hacen lo que no tienen que hacer y acaban embarazados. Obviamente, esto trastocará la vida de ambos, obligando a Ben a madurar “un poco” y a Jennifer a no centrarse tanto en su trabajo.

Miras el título, el actor principal, el director… tiene toda la pinta de comedia gamberra y grosera. Y así es durante los primeros cinco minutos. Luego, a partir del embarazo, se transforma en una comedia romántica muy azucarada. No acaba de funcionar ni como una cosa ni como otra, pero en ningún momento acaba provocando vergüenza ajena. Me sorprende la dulzura y la “corrección política” que se sigue en todo el tema del embarazo, tratado con más respeto del que esperaría en estos locos.

ACTORES: Este tipo de películas suele requerir que los actores apenas se esfuercen lo mínimo. Por ello sorprende lo naturales que están ambos actores en sus papeles principales. Aunque sus personajes son planos e incoherentes, los realizan con una inesperada sinceridad, con una química entre ellos que funciona cuando nadie lo podría prever. No obstante, los dos principales secundarios (la pareja de la hermana de Jennifer) son excesivamente histriónicos e inestables, gratuitamente paranoicos y provocando repulsión en algunos momentos.

DIRECTOR: Como siempre, Apatow hace una película fresca y ligera, a modo de entretenimiento inocuo. A pesar de su larga duración (más de dos horas), el ritmo no se hace cansino y el desarrollo pasa por todos los tópicos esperables sin excesos ni estridencias. No acaba de quedar muy claro en qué género quiere quedarse y peca de un exceso de buenismo inusual, pero no hay apenas nada que destacar o criticar.

GUIÓN: No es nada nuevo, pero el mayor problema de Apataow es el filtro. Piensa un tema sobre el que articular la película, embute todos los gags que se le ocurren y, sin quitar ninguno, los enchufa de manera más o menos coherente. Esto provoca una diversidad de chistes exagerada, encontrando buenos, ñoños, groseros y otros muy estúpidos y casi ofensivos.
Una vez situado “el problema”, la película es agradablemente predecible y pasa por unos cánones de corrección política exagerada en algunos momentos. Abusa de tópicos e histerismos del embarazo, pero parece hecha con cierto cariño.  Será que el director ha tenido un niño y tenía ganas de hacer una película sobre ello.
Los personajes son abiertamente estúpidos e inconsistentes, con todas las reacciones forzadas para que casen con las situaciones planteadas, y los diálogos se exceden de lo estúpido en algunos momentos. No obstante, ninguno de estos defectos dejan de ser algo esperado.

El embutido de chistes  groseros articulado en torno al esquema de una comedia romántica provoca un conjunto desigual, mucho menos ofensivo de lo que podía esperarse, pero no por ello para todos los públicos. Es un entretenimiento ligero y olvidable que se deja ver si no eres muy exigente y no te importan según que groserías ni según que excesos edulcorantes. Lo que sí está claro es que todos se lo han pasado en grande haciendo la película.

Nota: 3
Nota filmaffinity: 5.5