domingo, 13 de enero de 2013

Una historia del Bronx


Un poco de rebote he acabado viendo este famoso clásico del cine de Mafia. No tenía más referencias apararte de los actores y la fama que tenía, que por algo debía de ser, ¿no?

La película nos sitúa en el Bronx de los años 60. Plena época mafiosa donde Sonny es el gángster rey del lugar. Allí vive Calogero, un niño de 9 años que está descubriendo el mundo y vive fascinado por la imagen del mafioso. Cuando es involuntariamente testigo de un asesinato, Sonny lo acoge bajo su cuidado, con el consiguiente rechazo de Lorenzo, el padre de Calogero y un honesto conductor de autobús. Años después, el ya joven Calogero busca su lugar en el mundo. En su búsqueda, planean dos imágenes: la honradez de Lorenzo, dedicado al trabajo para sacar adelante a su família o la brutal vida sin escrúpulos de Sonny, que lleva al dinero fácil fuera de la ley.

A buen seguro que la ópera prima de Robert deNiro sorprendió a todos. Principalmente, porque no se trata de una historia de la Mafia, aunque ésta se halle siempre presente. No habla de familias ni de dominio, sino de un chico que sale de su cascarón y se enfrenta al mundo, descubre que existe el bien y el mal y, simplemente, intenta sobrevivir y hacer algo con su vida. Mientras tanto, los dos adalides de su infancia luchan por su influencia e intentan llevarle por lo que consideran el mejor camino, cada uno a su manera.

ACTORES: Encontramos a Robert deNiro haciendo de Robert deNiro (y muy bien) y a un excelso Chazz Palmintieri que no sólo borda el papel de Sonny sino que también firma un libreto claramente autobiográfico. Sonny es humano, carismático y oscuro como debe ser un buen capo mafioso, pero que, a su manera, también es buena persona. Francis Capra interpreta adecuadamente al joven Calogero, pero en ningún momento puede estar a la altura de los dos monstruos a los que se enfrenta. No obstante, todos ellos contribuyen enormemente a crear una historia con unos visos de verosimilitud sorprendente.

DIRECTOR: DeNiro debuta en la dirección con algo tan sencillo como “contar una historia”. Lo cual no tiene porqué ser necesariamente fácil, pero es algo que se realiza perfectamente en la película. La presentación de los personajes es muy adecuada, con el añadido de una ambientación magnífica y una banda sonora soberbia. Los primeros minutos del metraje ya son lo suficientemente descriptivos como para que podamos sentir en nuestra piel cómo era la vida durante aquellos años en ese lugar. Es excelente todo el trabajo que se realiza respecto a la dirección artística, así como de vestuario, es obvia la influencia de algunas escenas en otras películas mafiosas, como Los Soprano. A pesar de tener algunas escenas marcadamente icónicas y una ambientación impecable, la falta de experiencia ante la cámara del director se deja ver en algunas extrañas puestas en escena, con encuadres deficientes y en un ritmo exageradamente pausado que invita a la molicie y el hastío, sin importar la calidad del texto mostrado.

GUIÓN: Chazz Palmintieri no sólo actúa admirablemente sino que firma un guión magnífico. En él, podemos encontrar, punto por punto, todos aquellos detalles que conforman una historia: un planteamiento, un nudo y un desenlace, desplegados con una impecabilidad académica. Todos los diálogos son ampliamente destacables y la relación entre DeNiro y Palmintieri con el protagonista está admirablemente contada, sin rastro de maniqueísmo y profundizando en sus personajes, más allá del bien o del mal. Lorenzo propone una vida basada en la honradez y el trabajo duro, pocos placeres y mucho sufrimiento. Mientras tanto, Sonny propone una vida más corta y, probablemente menos feliz, pero disfrutada al máximo. Podemos ver -esto está reflejado a la perfección- cómo los dos quieren lo mejor para Calogero. Realmente le quieren, pero cada uno a su manera, barriendo para casa. Después, es tarea de Calogero elegir que es lo que cree mejor para su vida.
La introducción del problema racial en el barrio del Bronx está introducida un poco con calzador, pero su desarrollo es correcto, lo que conduce, inevitablemente, a un final seco e impactante, de los que dejan huella de manera admirable.
Pero Palmintieri no trata de aleccionar o ni siquiera de dar una clase de historia, sino que centra su película en una sincera y clásica metáfora vital sobre los padres e hijos, sobre el avance de la relación de ambos y sobre el tributo y la comprensión a nuestros mayores.

En definitiva, esta no es la típica película de mafiosos, ni de gangsters, sino una historia de una realidad, de un momento de la historia de NY y de la comunidad italoamericana. Una historia del Bronx. Una historia que podía haber ocurrido a cualquier niño que viviera en el Bronx de los 60.
Un poco más de vidilla y ritmo le habría venido muy bien y le habría permitido convertirse en más que un clásico de culto, pero la propuesta es francamente admirable.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.6

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