jueves, 31 de enero de 2013

Cavernas de Hielo (Sandy Mitchell)


Ya que había dicho que iba a leerme los dos primeros libros de Ciaphas Cain ahora que tenía el tercero, ¡aquí va la reseña del segundo!

Título: Cavernas de Hielo
Autor: Sandy Mitchell
Título original: Caverns of Ice



“La esperada continuación de las aventuras de Ciaphas Cain: la cara más divertida del universo Warhammer 40.000 Cuando el Comisario Ciaphas Cain y su regimiento de guardias valhallanos se despliegan por el mundo helado de Simia Orichalcae, sus esperanzas de realizar una misión sin contratiempos se ven frustradas de repente. Una serie de misteriosas desapariciones están causando un gran malestar entre los mineros y, como oficial superior, nombran a Cain para realizar la investigación. Sin saberlo él, el planeta está justo en el camino de una gran incursión orca, mientras los salvajes pieles verdes atacan, algo maligno comienza a despertar en las profundidades de las Cavernas de Hielo.”

La verdad es que el argumento está justo al revés. El Comisario y sus valhallanos van al planeta para proteger los yacimientos de promethium de una incursión orka y se encuentran que, por medio, hay unas extrañas desapariciones y algo oculto en el hielo…

Por el resto, la novela sigue el irreverente esquema anterior: lo que vemos es una transcripción que hace la Inquisición de las memorias de Cain, que nos es completada con muchas notas al pie y otros textos complementarios para que cojamos la idea general, como si de un libro “para escolares” se tratara.

La historia se centra en dos lugares concretos.
- Las reuniones del Estado Mayor en que los diferentes comandantes de la Guardia y los dirigentes del planeta se reúnen para decidir como llevar adelante la guerra en la que se hayan. Es el lugar indicado para que la arrogancia de Cain se desate y nos obsequie con una buena dosis de chistes y momentazos petulantes y jactanciosos, en los que Cain, aprovechando su “inmerecida” reputación presume y se pavonea para terror de los ignorantes gobernantes del planeta. Hay momentos en que es difícil aguantar las risas -en el metro no es conveniente-.
- En otros momentos, Cain baja a las minas para investigar las desapariciones. Ahí es cuando el libro coge el tono de comedia de acción donde encontramos una buena mezcla de tensión, acción y chistes irreverentes. No logra la particular atmósfera de la primera parte, pero consigue ser entretenido.

Es curioso el hecho de que se eviten narrar las batallas. En vez de ser explicadas con todo detalle -lo que uno se esperaría-,  se esquivan usando los textos de apoyo -con una narración muy aséptica- y comentando los hechos principales en la reunión posterior. ¡Un libro de la franquicia sin batallas, curioso! Además, se introducen dos de las razas que han visto menos juego en las novelas. Los Orkos se presentan tan ridículos y estrafalariamente brutales como siempre se ha vendido en el trasfondo, ahondando en lo extrañamente funcional de su filosofía y su sociedad. Los necrones se presentan de un modo mucho más tenebroso e inquietante, muy acorde con la imagen de misterio e impiedad que siempre se ha vendido en la poca cancha que se les ha dado siempre.

Más que un libro de acción o de aventuras, sigue siendo una comedia irreverente que se centra en un Comisario cínico, hedonista y bastante cabroncete que no puede evitar meterse en más líos de lo que le gustaría. Cuando me lo leí por primera vez eché unas buenas risas, a pesar de que tanto la historia como el desarrollo  son más flojos que en Por el Emperador. Sin embargo, esta vez me ha parecido algo más repetitivo y con chistes menos graciosos. Quizás será debido a que apenas un mes antes me había leído la primera parte y la tenía demasiado “en mente”.

El libro sigue protagonizado por el “simpático” y escurridizo Comisario Cipahas Cain, el cual sigue presumiendo de su reputación para obtener favores, aunque a veces se tenga que comer unos cuantos marrones. Tan sarcástico y sobrado como siempre, hay que reconocer que tiene su gracia.

Su ayudante Jurgen sigue siendo tan desordenadamente eficaz y excéntrico como siempre. Su higiene no ha mejorado, lo que provoca la incomodidad de los que le rodean pero ello no le impide lleva a cabo su deber con una diligencia exagerada -y peligrosa- y una falta de comprensión del sarcasmo muy notable.

El mayor problema al que se enfrenta el libro es que la historia repite la excusa de meter a Cain y al psoriásico Jurgen en una serie de galerías heladas con secuaces masilla y allí provocar una serie de situaciones divertidas. Hay que reconocer que gracia tienen, pero los dos protagonistas no tienen nadie sobre quién descargar la acción (se echa en falta un buen secundario como era Amberley May) y se nota. Aunque el libro es cortito, hay demasiada sensación de deja vu  y menos frescura que en la primera parte.

¿Sigue siendo divertido? En mi opinión, sí pero menos. Además, al haberlo leído casi seguido, se pierde la sensación de frescura y novedad que provoca la irreverencia de la narración. Si los libros se espacian algo en el tiempo en su lectura, son bastante aprovechables para echar unas buenas risas.

Nota: 5
Nota anobii: 3,5/5

domingo, 27 de enero de 2013

The Company men


Repito con Affleck en una película con bastante más enjundia y corrección de la que esperaba. Tiene momentos con una mala baba bien encontrada, aunque es mucho más radiográfica que crítica.

 Bobby es licenciado en Administración de Empresas. Tan pronto acabó la carrera, consiguió trabajo en una multinacional y se colocó en un buen puesto con un buen sueldo, aprovechando así para gastar dinero a espuertas y vivir la vida a lo grande. Pero ¡ay! Llega la crisis y su consiguiente “ERE” y el pobre Bobby se ve con un montón de deudas y sin un duro. Mientras tanto, sus superiores ven la situación con cierta lástima, pero temerosos de que ellos puedan ser los siguientes…

Wells nos ha querido mostrar el drama de la crisis y de la falta de trabajo desde un punto de vista diferente al del mileurista. Es el drama de los jefazos que viven con cochazos y sueldazos y que, de golpe, se encuentran con un montón de deudas y sin posibilidad de encontrar un trabajo, ni de mantener su nivel de vida, ni -por supuesto- de aceptar que deben rebajarse a cobrar como un currito por un trabajo. A fin de cuentas no deja de ser una descripción muy cruda y realista de lo que sucede cuando el “American Dream” se viene abajo.

ACTORES: Si la película se sostiene, es por su grandioso e inspirado elenco. Affleck (repito!), que no es que sea un primor, queda resultón con su pinta de empanado que no se entera de lo que ocurre a su alrededor. Tommy Lee Jones hace de K como sólo el sabe hacerlo, tan grandioso como se podría esperar cuando se toma las cosas en serio. Chris Cooper es sorprendentemente verosímil al mostrarnos su particular descenso a los infiernos y Costner… se dedica a tocar las pelotas y se nota que disfruta con ello. Todos se salen y componen unos papeles muy serios y realistas.

DIRECTOR: Wells debuta en el cine -es un veterano de las series- con producción de Affleck (que buen ojo que tiene este tío para los guiones) y nos enchufa una película cruda y seria, aunque se mueva entre mansiones y hoteles de lujo. No intenta en absoluto -no lo esperéis- criticar ni proponer una alternativa, simplemente nos cuenta cómo ha sido la crisis para un buen número de personas que creían tener la vida resuelta. Todos los hechos presentados dan lugar a una atmósfera tibia y fría. No busca provocar empatía -difícil por otro lado- ni comprensión, sino simplemente mostrar otra cara quizás inesperada, pero no por ello menos desesperada. Aprovechando los grandes actores de los que dispone, nos cuenta una historia de ejecutivos mediocres a los que se les acaba el chollo, aportando una lograda inyección de realismo que a mi juicio hacen de esta propuesta algo a tener en cuenta.

GUIÓN: Hay que reconocer que el guión tiene mucho mérito y está bien pensado. La radiografía te muestra principalmente la vida excesiva y descocada de tres ejecutivos que, debido a la crisis, se quedan sin trabajo. El planteamiento de buscar tres personajes tan diferentes dentro de la misma empresa tiene su gracia. Cada uno con un status diferente: un ejecutivo con ganas y talento, un pelota empedernido y un alto cargo que no está de acuerdo con la política de la empresa. La sensación de desasosiego que se encuentran muchos de "yo puedo ser el siguiente" está muy bien conseguida. Cada uno de los muchos despedidos lleva su nueva situación a su manera, mejor o peor, mientras algunos, simplemente, no la llevan. Yo creo que el autor es consciente de la nula empatía que generarán los personajes y, para arreglarlo, les dota de una personalidad muy bien trazada y un desarrollo totalmente coherente (menos el happy ending) de los acontecimientos.

Más que una crítica al sistema -que no la hay- lo que encontramos es una estupenda narración de un momento y una más que probable realidad con la que muchos se encontraron. Hay momentos muy bien escogidos y escenas muy logradas: El jefazo que quiere forzar que los números cuadren y echa a todo el mundo para poder vender la empresa y pegar el pelotazo; el ejecutivo que siempre había presumido de lo mucho que cobraba y que rechaza trabajar por menos que antes pero que luego, ante la imposibilidad de conseguir ningún trabajo, tiene que pedir trabajo al pequeño currante; la aburrida desolación a todo lujo que se encuentra el riquísimo accionista sin trabajo y sin ilusión por vivir… Los diálogos son magníficos y las situaciones bien encontradas.

Supongo que más de uno pensará “Que se fastidien” y no les faltará razón, pero…a ver, seamos justos. La película describe muy bien la situación a la que se han visto abocados muchos trabajadores cualificados. Personas con licenciaturas, doctorados y másters en un mercado laboral sin oportunidades. Ingenieros que sólo encuentran trabajo como peón de albañil o jefes de ventas de grandes empresas desperdiciando su talento en tareas que puede realizar cualquiera. Realmente es un drama dedicar tantos años de estudio y preparación para que luego, por circunstancias del mercado, nada de eso sirva para ganarte la vida con dignidad -Esto lo sabemos muy bien los que vivimos aquí en España-.

Se hubiera agradecido una crítica más feroz -que había material para ello- o un mínimo de mordiente -que no hay ninguno-, pero nos tenemos que conformar con una película con unos actorazos haciendo bien papeles difíciles y llenos de matices, un guión bien trazado y unos buenos diálogos en una historia un pelín floja.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 6.2

viernes, 18 de enero de 2013

Argo


Y mira que acabé viendo esta película de rebote. Que todas las sorpresas sean así de buenas por favor, vaya película más redonda y bien hilvanada.

La historia de “Argo” comienza con la toma de la Embajada Americana en Teherán a finales de 1979, cuando un grupo de estudiantes y militantes que exigían el retorno del shah para su judicialización en Irán (EEUU le había dado asilo) tomaron como rehenes a 52 estadounidenses, una situación que se extendería por más de un año. Ese día, seis trabajadores de la Embajada lograron escapar y encontraron asilo en la casa del embajador canadiense. La CIA, con la colaboración del gobierno canadiense, se puso en la tarea de idear una misión para extraer a los seis norteamericanos sin que fueran detenidos y ejecutados, y la idea que prevaleció es una muestra de que la realidad supera muchas veces a la ficción: con la colaboración de dos pesos pesados de Hollywood, los diplomáticos se harían pasar por el equipo de una película que buscaba locaciones para filmar en Irán, una copia barata de Star Wars que llevaría por título Argo.

El efecto documental usado durante todo el film es muy resultón y le añade un punto de tensión vibrante a este diferente thriller. No conozco la “historia real” en la que está basada, pero se agradece que los yanquis no sean presentados como buenos buenosos ni los iraníes como malos malosos.

ACTORES: Ben Affleck nunca ha sido un actor talentoso y aquí no se sale mucho de la norma. A pesar de protagonizar la película, tiene ante sí el papel más hermético e inexpresivo, por lo que no queda mal. Además, si estás rodeado de un buen elenco de secundarios -todos veteranos de muchas series de TV-, el resultado es de lo más resultón. Destaca especialmente el dueto entre el desternillante Alan Arkin y el siempre entrañable John Goodman como cínicos peces gordos de Hollywood.

DIRECTOR: A lo largo de su corta carrera como director, Affleck ha demostrado que sabe hacer películas sólidas. Ninguna ha sido especialmente maravillosa ni excelsa, pero se mueve en una notable corrección que ya quisieran muchos directores. En este caso, estamos ante la que es probablemente su mejor película. Consigue que te sientes en el sillón y que los 120 minutos pasen sin necesidad de mirar al reloj con esta mezcla de documental, suspense, thriller y crítica sociopolítica. Me recuerda mucho a la película que Spielberg quiso filmar con Munich y que no le acabó de quedar del todo bien. Aquí el resultado es mucho más redondo. Las escenas de revueltas transmiten una sensación de tensión y malestar muy bien logrados y toda la preparación del rescate está representada con un buen pulso y sin perder el ritmo. El final puede pecar de previsible, pero mantiene la tensión sin ningún problema. Sin alardes ni florituras, las labores de documentación, ambientación, localizaciones y puesta en escena son de lo más loables.
Los detalles autocomplacientes en los créditos para mostrarte la verosimilitud de los hechos huele un poco a ejercicio onanista, pero no deja de darle valor a la propuesta.

GUIÓN: El oscarizado guionista Affleck (este hombre hace todo bien, menos actuar) colabora en este guión lleno de matices, que contiene además un leve pero cínico repasito al mundillo de producción de películas de Hollywood. Los personajes gubernamentales están construidos con una fina asepsia bien conseguida, mientras que los “invitados” transmiten mucha humanidad -que creo que se podría haber aprovechado más-. Se agradece que casi toda la película esté dedicada a la preparación más que al rescate en sí. De esta manera podemos asistir a toda la minuciosa y realista preparación del despropósito de la operación. La historia está perfectamente contada, con todos los detalles bien puestos en los sitios donde tienen que estar y con la trama adecuadamente trenzada, con precisión académica. Los diálogos están muy bien encontrados, con muchos momentos que dicen más de lo que parece y unos cuantos picotazos a los estamentos oficiales dejados caer con cierta gracia.

En resumen, es una película con una trama muy bien elegida, por curiosa; con un plantel de secundarios estupendos; muy bien ambientada, lo poco que nos dejan ver (abre el plano, Ben!); con un sentido óptimo del ritmo, una pizquita de humor, y un efectivo suspense final, de lo más convencional, sí, pero también de lo más entretenido.

Podría estar mejor, pero está muy bien, Ben.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.4

PD: Tiene muchos números para forrarse este año en las nominaciones a los Oscars, que ya parecen estar perfilándose.
PPD: Escribí la reseña antes de que se anunciasen, y resulta que se ha llevado 7 nominaciones de nada (Película, Actor de Reparto -Alan Arkin-, Guión adaptado, Montaje, Banda sonora, Sonido y Efectos sonoros). 

domingo, 13 de enero de 2013

Una historia del Bronx


Un poco de rebote he acabado viendo este famoso clásico del cine de Mafia. No tenía más referencias apararte de los actores y la fama que tenía, que por algo debía de ser, ¿no?

La película nos sitúa en el Bronx de los años 60. Plena época mafiosa donde Sonny es el gángster rey del lugar. Allí vive Calogero, un niño de 9 años que está descubriendo el mundo y vive fascinado por la imagen del mafioso. Cuando es involuntariamente testigo de un asesinato, Sonny lo acoge bajo su cuidado, con el consiguiente rechazo de Lorenzo, el padre de Calogero y un honesto conductor de autobús. Años después, el ya joven Calogero busca su lugar en el mundo. En su búsqueda, planean dos imágenes: la honradez de Lorenzo, dedicado al trabajo para sacar adelante a su família o la brutal vida sin escrúpulos de Sonny, que lleva al dinero fácil fuera de la ley.

A buen seguro que la ópera prima de Robert deNiro sorprendió a todos. Principalmente, porque no se trata de una historia de la Mafia, aunque ésta se halle siempre presente. No habla de familias ni de dominio, sino de un chico que sale de su cascarón y se enfrenta al mundo, descubre que existe el bien y el mal y, simplemente, intenta sobrevivir y hacer algo con su vida. Mientras tanto, los dos adalides de su infancia luchan por su influencia e intentan llevarle por lo que consideran el mejor camino, cada uno a su manera.

ACTORES: Encontramos a Robert deNiro haciendo de Robert deNiro (y muy bien) y a un excelso Chazz Palmintieri que no sólo borda el papel de Sonny sino que también firma un libreto claramente autobiográfico. Sonny es humano, carismático y oscuro como debe ser un buen capo mafioso, pero que, a su manera, también es buena persona. Francis Capra interpreta adecuadamente al joven Calogero, pero en ningún momento puede estar a la altura de los dos monstruos a los que se enfrenta. No obstante, todos ellos contribuyen enormemente a crear una historia con unos visos de verosimilitud sorprendente.

DIRECTOR: DeNiro debuta en la dirección con algo tan sencillo como “contar una historia”. Lo cual no tiene porqué ser necesariamente fácil, pero es algo que se realiza perfectamente en la película. La presentación de los personajes es muy adecuada, con el añadido de una ambientación magnífica y una banda sonora soberbia. Los primeros minutos del metraje ya son lo suficientemente descriptivos como para que podamos sentir en nuestra piel cómo era la vida durante aquellos años en ese lugar. Es excelente todo el trabajo que se realiza respecto a la dirección artística, así como de vestuario, es obvia la influencia de algunas escenas en otras películas mafiosas, como Los Soprano. A pesar de tener algunas escenas marcadamente icónicas y una ambientación impecable, la falta de experiencia ante la cámara del director se deja ver en algunas extrañas puestas en escena, con encuadres deficientes y en un ritmo exageradamente pausado que invita a la molicie y el hastío, sin importar la calidad del texto mostrado.

GUIÓN: Chazz Palmintieri no sólo actúa admirablemente sino que firma un guión magnífico. En él, podemos encontrar, punto por punto, todos aquellos detalles que conforman una historia: un planteamiento, un nudo y un desenlace, desplegados con una impecabilidad académica. Todos los diálogos son ampliamente destacables y la relación entre DeNiro y Palmintieri con el protagonista está admirablemente contada, sin rastro de maniqueísmo y profundizando en sus personajes, más allá del bien o del mal. Lorenzo propone una vida basada en la honradez y el trabajo duro, pocos placeres y mucho sufrimiento. Mientras tanto, Sonny propone una vida más corta y, probablemente menos feliz, pero disfrutada al máximo. Podemos ver -esto está reflejado a la perfección- cómo los dos quieren lo mejor para Calogero. Realmente le quieren, pero cada uno a su manera, barriendo para casa. Después, es tarea de Calogero elegir que es lo que cree mejor para su vida.
La introducción del problema racial en el barrio del Bronx está introducida un poco con calzador, pero su desarrollo es correcto, lo que conduce, inevitablemente, a un final seco e impactante, de los que dejan huella de manera admirable.
Pero Palmintieri no trata de aleccionar o ni siquiera de dar una clase de historia, sino que centra su película en una sincera y clásica metáfora vital sobre los padres e hijos, sobre el avance de la relación de ambos y sobre el tributo y la comprensión a nuestros mayores.

En definitiva, esta no es la típica película de mafiosos, ni de gangsters, sino una historia de una realidad, de un momento de la historia de NY y de la comunidad italoamericana. Una historia del Bronx. Una historia que podía haber ocurrido a cualquier niño que viviera en el Bronx de los 60.
Un poco más de vidilla y ritmo le habría venido muy bien y le habría permitido convertirse en más que un clásico de culto, pero la propuesta es francamente admirable.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.6

viernes, 11 de enero de 2013

¿Qué fue de los Morgan?


Debo reconocer que estaba convencido -por el título- de que ésta era una película del Oeste, así que podéis imaginar la sorpresa cuando empiezo a escuchar la voz titubeante de los personajes de Hugh Grant y Sarah Jessica Parker. Estaba claro que la película que iba a ver era muy diferente de lo esperado…

Paul y Meryl son dos pijos neoyorkinos sin otro afán que elegir en qué restaurante cenar o qué traje de moda ponerse. A raíz de una infidelidad de Paul están en trámites de divorcio, pero parecen querer reconducir las cosas. Sin embargo, son testigos de un asesinato y se convierten en el objetivo del sicario en cuestión. Para evitar su muerte, el FBI los introduce en el programa de protección de testigos, siendo enviados a un pueblo rural de Wyoming, donde su carácter urbanita chocará con el ambiente campestre del pequeño pueblo.

Con esta premisa, ahora sí podemos saber que estamos entre una comedia “romántica” azucarada y blandita para todos los públicos. No se pueden pedir peras al olmo, así que no esperemos nada con un mínimo de trascendencia.

ACTORES: Los dos actores principales se dedican a hacer básicamente de ellos mismos. Grant hace del británico inseguro pero buena persona en el fondo mientras que Parker hace de pija tonta insoportable. Si a alguien le gustan estos actores, puede que le consiga sacar algo de provecho a este film, pero es una propuesta floja incluso para los fans. Sam Elliot sigue luciendo su característico bigote, que se estira casi en formato panorámico, mientras que el resto de secundarios cumple haciendo la función de topicazo que se les pide y gracias.

DIRECTOR: Marc Lawrence pertenece a ese nutrido grupo de directores que, pese a tener una larga filmografía, no han aportado absolutamente nada bueno al género de la comedia. Diría que se dedica a idear una premisa que parezca graciosa, presentársela a un estudio y redactar un guión sin la más mínima gracia para empezar a rodar. Está realizada con corrección y sin errores, por lo que se puede ver sin problemas, pero la intrascendente propuesta resultante no ofrece nada nuevo ni atrayente.

GUIÓN: La historia es de lo más floja y baladí. Aparte de la nula química entre los protagonistas, la planicie argumental se desarrolla entre lo previsible y lo obvio. Los chistes, de blanditos, azucarados y políticamente correctos que son, se quedan sin la más mínima gracia. Se abusa de tópicos entre la congestionada y estresante urbe y la simplona -“estúpida”- tranquilidad aburrida de los medios rurales, además de unos cuantos chistes pseudoecologistas que no se sabe muy bien de quién se está riendo.
Por otro lado, se debe reconocer que la película no es insultante ni provoca vergüenza ajena. El guión mantiene cierta coherencia interna y los chistes son plenamente reconocibles aunque no hagan la más mínima gracia.

El film es totalmente previsible e insulso, pero de amable y confortable visionado. Intrascendente y sin la más mínima complicación -ni el más mínimo interés-.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 4.2

martes, 8 de enero de 2013

¡Piratas!


Continuando el repaso a las obras de la Aardman, le llega el turno a ¡Piratas!, dónde estos artesanos plastelinosos demuestran su talento en una agradable parodia de todas estas películas y series de piratas que tanto abundan últimamente.


El desastroso capitán pirata llamado “Capitán Pirata” y su incompetente tripulación desean ardientemente ganar el premio al Pirata del Año, destinado al mayor saqueador. Su desesperada búsqueda de víctimas los lleva a desembarcar en Londres para robar las joyas de la corona, en una delirante aventura donde se verán involucrados Charles Darwin y una primigenia ONU muy particular.

Los talentosos genios de la Aardman nos vuelven a sorprender con una gran demostración de calidad -y paciencia- en esta locuela y exaltada propuesta, animada finamente a base de plastelina. Para esta nueva demostración de mimo artesanal han contado por primera vez con efectos visuales, añadiendo así más espectacularidad a esta propuesta que nos regala un delicioso bombardeo de colores, dinámico y sugerente.

La narración es vivaz y viene aderezada con un humor totalmente british, con un gamberrismo para todos los públicos bien encontrado. La comedia resulta totalmente refrescante y parodia todos los tópicos piratas con un estilo ágil y divertido, muy deudor de los Python o del estupendísimo Monkey Island. Escenas como los cambios de ropa de exploradoras a científicos son bastante similares al trabajo de los archiconocidos humoristas. De todas formas, el humor de la película es más infantil, sin lugar a dudas.

El guión, sin ser una obra maestra, tiene el encanto de las aventuras clásicas. Encontramos un inicio entretenido, un pequeño bache en su desarrollo, excesivamente pueril, y una gran conclusión en un final confuso y alocado pero decididamente arrollador.

En resumidas cuentas, los estudios Aardman vuelven a demostrar que su cine no se queda atrás del de los grandes estudios. Para ello nos muestran con ¡Piratas! una cinta que gustará a toda la familia por su calidad visual, su trabajo, sus historias y esos gags de humor, a veces infantiles, pero correctos.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.2

PD: Ningún dodo ha sido extinguido durante la escritura de esta reseña.

sábado, 5 de enero de 2013

Recomendaciones del año (2012)


Buenas a todos!

Ya que el blog empieza a tener su veteranía y está cerca de cumplir (¿ya?) su segundo año de vida, he pensado en hacer una entrada en la que premio con el prestigiosísimo título de “Recomendaciones del año” -conocido en el mundo entero- a lo mejor reseñado en el año.
Para que nos entendamos, premiaré a lo mejor del año, pero da igual si tiene 150 años de antigüedad. Si no lo he reseñado este año, no cuenta para los premios; lo importante es cuando lo he visto/leído.

Cómo por algo hay que empezar, vamos a los libros. Debo reconocer que ha sido muy difícil escoger porque este año ha tenido lecturas muy bien escogidas y de una calidad incuestionable. Resulta doloroso dejar a según que libros fuera de estos premios, pero como me he autolimitado a escoger únicamente tres, pues ahí van:

El juego de Ender (Orson Scott Card):
Y es que éste es, simplemente, uno de mis libros favoritos. Lo tiene todo: Una buena historia, un ritmo absorbente, personajes carismáticos y tiempo para reflexiones éticas. Uno de los mayores clásicos modernos de la ciencia-ficción fusionado con una gran novela de aventuras que no te deja parar de leer. Acepta multuples re-lecturas y permite descubrir cosas nuevas cada vez que sigues las desventuras del “gran” Ender Wiggun, que se prepara, muy a su pesar, para salvar a la Humanidad en la futura guerra contra los Insectores.
Un Must read en toda regla. Read, read this damm book!


Neuromante (William Gibson):
Este novelón de ciencia-ficción me sorprendió y me impactó sobremanera. Aunque no la conocía, esta novela sienta las bases de toda la ciencia-ficción posterior a los 70 y retrata lo peor del ser humano en un mundo oscuro y siniestro. La batalla de un personaje marginado contra el orden establecido pone las bases de una historia adictiva que seguro no deja indiferente a nadie. Muy adelantada a su tiempo, se permite acuñar un buen número de términos informáticos de Internet mucho antes de que existiera.

El Quadern gris (Josep Pla):
Este estupendo libro sirve para deleitar a los exquisitos paladares de los que disfrutan con la maestría en la palabra. En una suerte de diario de juventud, Pla nos maravilla con pequeños bocaditos de su día a día, con esplendorosas y lúcidas descripciones. No es una novela con trama, sino un compendio de “pequeños relatos” dónde Pla nos cuenta su vida y su punto de vista sobre diversos temas, descritos siempre con su maravillosa capacidad para escribir. Aunque entiendo que puede no gustar a muchos, a mí me encantó.



Ahora, para no ser menos, ¡las películas! Aquí hay muchas más donde escoger, pero el nivel no está tan parejo. Las recomendaciones del año, las que no os podéis perder de ninguna manera, son las siguientes:

Déjame entrar (Tomas Alfredson):
Empiezo con esta preciosidad del cine sueco, que todo el mundo debería ver. Es, sin duda alguna, la mejor revisión del mito del vampiro realizada en los últimos tiempos.
Disfrazada de película de terror, tenemos una de las más desasogantemente tiernas historias de amor imaginables. Poco puede achacarse a una película que con cuatro chavos consigue un guión preciso, una música emocionante, una fotografía certera, gélida y bella, dos jóvenes actores maravillosos, unos silencios que lo dicen todo y una de las mejores escenas finales de hace muchos años.



El día de los tramposos (Joseph L. Mankiewicz):
Un perfecto ejemplo de cómo hacer una mezcla de géneros perfectamente redonda. Este western/comedia/película carcelaría está perfectamente equilibrado para dar dos horas de puro entretenimiento. Un clásico con mucho sabor, unos actores inspiradísimos y un guión muy hábil y fresco que es totalmente recomendable para todo el mundo.





La leyenda renace (Christopher Nolan):
Poco hace falta añadir para presentar esta admirable conclusión a la trilogía con la que Nolan nos ha deleitado en los últimos años. Este director juega -casi- en categoría aparte y cada cosa que hace es de obligado visionado. Un gustazo en todos los sentidos, contundente y apabullante.


De la misma manera que he dado premios a las tres obras más encarnecidamente recomendables de cada categoría, es obligatorio recordar aquellas obras más penosas y odiosas para recomendar con toda mi fuerza que las evitéis a cualquier precio. Las peores del año son:

El siciliano (Mario Puzo):
Parece que el prestigioso autor de El Padrino decidió que quería sacar un poco más de dinero y, a partir de unos apuntes que le sobraban, engendró esta pequeña basura. Totalmente decepcionante en todos los sentidos, no hay apenas nada que se pueda salvar. No hay ni Mafia, ni historia, ni gracia.





Hay que reconocer que la premisa tiene su qué. Es una propuesta novedosa y sugerente. El problema es que la manera de llevarla a cabo ha sido horrenda. El guión es un despropósito, las actuaciones son horrendas y la puesta en escena es todo un ejemplo de cómo no se deben gastar 45M$.

PD: En cada recomendación están los enlaces a las correspondientes reseñas, donde me explayo en más profundidad. No dudéis en leerlas si os llama la atención y para cualquier consulta, ya sabéis.
PPD: Pronto tendré el pdf-resumen de reseñas de 2012, para vuestra colección ;). 

jueves, 3 de enero de 2013

El asedio (Arturo Pérez-Reverte)


Título: El asedio
Autor: Arturo Pérez-Reverte

“Cádiz, 1811. España lucha por su independencia mientras América lo hace por la suya. En las calles de la ciudad más liberal de Europa se libran batallas de otra índole. Mujeres jóvenes aparecen desolladas a latigazos. En cada lugar, antes del hallazgo de un cadáver, ha caído una bomba francesa. Eso traza sobre la ciudad un mapa superpuesto y siniestro: un complejo tablero de ajedrez donde la mano de un jugador oculto -un asesino despiadado, el azar, las curvas de artillería, la dirección de los vientos, el cálculo de probabilidades- mueve piezas que deciden y entrelazan el destino de los protagonistas: un policía corrupto y brutal, la heredera de una importante casa comercial gaditana, un capitán corsario de pocos escrúpulos, un taxidermista misántropo y espía, un curtido guerrillero de las salinas y un excéntrico artillero francés a quien las guerras importan menos que resolver el problema técnico del corto alcance de sus obuses.”

Esta estupenda novela quedaría englobada dentro de lo que suele llamar novela total, ya que es un libro amplio en detalles, donde los géneros se cruzan y encontramos elementos de muchos de ellos. Tal como ocurre en Los pilares de la Tierra -el mejor ejemplo de este tipo de novelas-, no tenemos una acción trepidante, sino un ritmo pausado y lento, mucho más centrado en captar todos y cada uno de los detalles de la atmósfera que de hacer avanzar la trama.
A pesar de que según el resumen de la contraportada pueda parecer que estamos ante un thriller, la investigación no ocupa más que una de las tramas que se desarrollan en el libro. Cada uno de los personajes descritos en el resumen goza de su propia trama, dónde conoceremos sus inquietudes, sus sueños y sus aspiraciones en esta Cádiz asediada. Pertenecen a diversos estratos sociales y muestran así la ciudad en todo su detalle, provocando casi que la propia ciudad se transforme en un personaje más, que despide vida y agitación, respira y lucha por su libertad, acoge horrores y luces en su seno y se revuelve, inquieta, testigo de un cambio, de un punto de inflexión en el devenir de la Historia.

Las diferentes tramas avanzan lentamente, muy lentamente. Pérez-Reverte no parece tener ninguna prisa en desarrollarlas, sino que se entretiene en describir cada momento, en añadirte información para contextualizar todo lo que ocurre para, casi, pintar un retrato de cada situación en cada momento. Todo ello se realiza con la maestría propia del autor, que tiene las mejores manos para encontrar siempre la palabra más adecuada en unas descripciones minuciosamente espectaculares. Después de todo, Pérez-Reverte es quizás el mejor descriptor español vivo, y eso se nota.

Después de la novela por encargo Cabo Trafalgar, plenamente aprovechable y con una documentación exhaustivísima, Pérez-Reverte escribió El asedio. Probablemente tenía mucho material documental sobrante proveniente de la novela anterior y decidiera ampliarlo para dejarnos con esta fantástica novela. A diferencia de Un día de cólera, no intenta ser un documental en el que se novelizan unos hechos, sino que se recrea una historia que, aunque no fue, perfectamente pudo haber sido. La ambientación es soberbiamente concienzuda. La propia densidad de la lectura, con una profusión de adjetivos, lúcidos y certeros, puede alejar a más de uno, pero reconozco que, de vez en cuando, me encanta leer libros en los que se puede disfrutar más de cómo se dice, antes de qué se dice, libros en los que puedo degustar con calma de una prosa preciosista y un perfecto retrato de un momento, con infinidad de hechos, emociones, alusiones, sentimientos y referencias.

Que se alejen de este libro todos aquellos que buscan acción o un ritmo vivo. La novela se recrea, y mucho, en mostrarnos, con todo detalle, la sociedad gaditana del 1811. Aquellos que puedan disfrutar con unos personajes perfectamente construidos, con unas descripciones vívidas y con una perfecta reconstrucción de un momento histórico no quedarán defraudados.

Nota: 8
Nota anobii: 3.5/5

martes, 1 de enero de 2013

¡Rompe Ralph!


Desde hace unos meses que había visto el tráiler y había pensado: “Ésta no me la pierdo”. Después de que las películas de animación se centraran en los juguetes, coches, robots y aviones, ¡por fin se centran en los videojuegos! Y además con una buena multitud de licencias debido a los cameos que se iban filtrando, Sonic, Zangief… No tenía ni idea de qué iba la historia, pero estaba claro que la iba a ver.



El film se centra inicialmente en el clásico “Repara-Félix Jr.” en que hacemos de unos mecánicos y tenemos que arreglar todo lo que rompía Ralph. Este entrañable malo de videojuego sufre una grave depresión, ya que él desea ser -aunque sólo sea por una vez- el bueno y ser aceptado por los demás personajes de su videojuego. Cuando vea que eso no es posible inicialmente, decidirá huir de su videojuego, colándose en otros, de distintos mundos y distintas generaciones, para convertirse en héroe, aunque no será consciente de los problemas que esto causará…

A pesar de que Disney lleva muchos años a la sombra de Pixar, haciendo películas funcionales pero menores -sólo Enredados se salvaría- parece que por fín ha aprendido un poco la lección. Ha cogido un poco el esquema de Toy Story o de Shrek y le ha dado una vuelta de tuerca, pero buscando lo mismo: Una historia muy simple pero que funciona, personajes carismáticos y un buen montón de detalles nostálgicos para el espectador más adulto. Es una de esas películas que cualquier niño puede disfrutar por su simpleza y sus chistes, y a la vez cualquier adulto sacará a la luz a su niño interior y lo gozará como si fuera la primera vez que va al cine en su vida.

Lo que más me ha encantado, por encima de todo, es el enorme cuidado que se ha tenido para incluir a cada uno de los videojuegos. Es simplemente precioso. Cómo película, se ha pensado -y mucho- en los jugones que han crecido con los videojuegos pero desde los inicios de los mismos, ya que tenemos bien reflejada la atmósfera del Tappers al que jugaba de niño, los 4bits del PacMan, los movimientos rígidos de los 8bits, el pixelado de los 16bits y las demás generaciones hasta el Hero’s Duty (Call…) o el Sugar Rush, que recuerda “demasiado” a un Mario Kart repleto de edulcorante.

Toda la película es una oda, una auténtico homenaje al mundo de los píxeles y el entretenimiento, ese del que todos alguna vez hemos disfrutado, un homenaje increíblemente divertido y nostálgico. Personalmente, adoro los videojuegos desde el inicio y creación de los mismos (aún recuerdo los primeros del ZX spectrum, el Atari, el Commodore, las recreativas de los bares... hasta la Playstation 3, la Xbox, o la WiiU) hasta la actualidad. Soy un habitual consumidor de este tipo de ocio electrónico y quizás por eso la película ha conectado especialmente conmigo. Empieza la película y ves la carátula original de la recreativa del Street Fighter II -a ver cuántos la han visto- y, tan pronto se va la gente, Ryu y Ken dejan de pelearse y se van a tomar unas birras, o ves aparecer el (!) del Metal Gear Solid (sonido incluido), setas de Mario, Pacman y sus fantasmas, a Sonic recordándonos que hay que tomarse las cosas con calmas y sin prisas, a Zangief explicando sus llaves destroza-cuellos, a Kano haciendo un fatality -así porque sí-, los múltiples cameos de un segundo de Mario, Ryu, Mr. Bison, Plok, Bowser, Lara Croft, Time Crisis, Sega Rally y así un larguísimo etcétera -que a buen seguro será aún más grande en la asegurada segunda parte-, las extrañas apariciones inesperadas de los calzones de Zangief… Son cientos de detalles bien ubicados y tenidos en cuenta, de los de apretar el Pause y empezar a repasar el montón de detalles que están de fondo en la pantalla.  A mí ya me habían ganado, y si además le añadimos una historia entretenida, una animación cuidada y una duración ajustada, pues mejor.

La historia es, obviamente, para niños, fácil de seguir y entendible por todos, pero con suficiente chicha para que el adulto veterano en videojuegos pueda disfrutar igualmente, como si se hubiera cogido a Shrek y se cambiaran los cuentos de hadas por videojuegos y se le hubiera quitado algún chiste gamberro que otro. La mezcla del Hero’s Duty con el Sugar Rush mientras son perceptibles las diferencias de personajes provenientes de diferentes generaciones tiene su gracia. Los chistes pecan a veces de pueriles y el Sugar Rush se puede hacer algo indigesto en su imaginería, pero la animación desplegada es altamente satisfactoria y el diseño del universo es brillante, realizado con un enorme y evidente cariño.
El desarrollo de la historia es totalmente predecible y hay algún que otro momento muy azucarado, pero el conjunto es divertidamente disfrutable y con un final merecedor de estar en una twisted version del Gears of War. El epílogo final es enternecedor, a pesar del exceso de azúcar.

Es evidente que es una película hecha por y para jugones -y para niños-, cualquier adulto que no posea una sólida experiencia en videojuegos -especialmente en los clásicos- se va a perder la mitad o más de los chistes del film. El resto, disfrutarán como niños pequeños, emocionados por los seguros ataques de risa y nostalgia que provocará.

Si bien es verdad que Brave era insuperable en cuanto a definición y recreación detallista de un escenario, su guión era claramente inferior, con unos personajes mucho menos carismáticos y un ritmo más cansino que Rompe Ralph. Parece que esta vez Disney ha hecho su trabajo mejor que Pixar.
Además, mientras el guión sea mínimamente potable, el variado mundo de los videojuegos y sus personajes da para muchas pelis más. La segunda parte, con Mario y Sonic como personajes relevantes, ya está incluso anunciada.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.4