sábado, 1 de septiembre de 2012

Los Mercenarios 2


MÁS GRANDE, MÁS LARGO, SIN CORTES.


Stallone lo ha repetido y ha reunido a su antigua cuadrilla para volver a hacer saltar todo por los aires. El malvado Villain (Van Damme) mata a uno de los mercenarios de Stallone y, como debe ser, la venganza no se sirve fría, sino con todas las explosiones, golpes y muertes posibles. La magnitud del enemigo obliga a Stallone a unir sus fuerzas con otros jefes de mercenarios, cada cuál más conocido y más pasado de vueltas.

Si la primera parte vivía de buenas coreografías de puñetazos y explosiones con mucho gamberrismo y carisma, en ésta Stallone decide poner TODA la carne en el asador y la película abraza abiertamente cientos de saltos en la lógica narrativa en aras de impactar al espectador con un chute de adrenalina y nostalgia como pocas veces se ha visto en pantalla. A poco de comenzar se hace evidente que los especializados mercenarios de Stallone pierden un poco de protagonismo ante la llegada de los otros capitanes mercenarios. Schwarzennagger, Willis, Norris… Los pesos pesados han llegado y la competición por ver quién la arma más bestia es feroz. ¡Todo un desparrame, vamos!

El desarrollo de los personajes es abiertamente nulo. Es obvio que ya conocemos a todos y cada uno de ellos. La sensación de amenaza letal que crean es marca de la casa, sin necesidad de recursos narrativos para crear motivaciones. Esta película, tal como puede ocurrir con otras de Lynch o Malick, vive de provocar sensaciones y buscar momentazo tras momentazo. ¿Qué encontramos? El más tierno, emotivo y estruendoso homenaje posible a las películas de acción de los ochenta. Es la película que todo adolescente criado en esa época hubiera podido soñar. Coreografías de acción perfectamente estudiadas, violencia exagerada y sin sentido y grandes peleas cuerpo a cuerpo tan pasadas de vueltas que no pueden sino provocar nostalgia y diversión a lo grande.

Exagerada, grandilocuente y pasadísima de vueltas. Lo mejor se encuentra en que las leyendas se ríen de sí mismos, y se autoparodian unas a otras. El humor chulesco y de machos dominantes no podía faltar, y por supuesto la gran camadería y buen rollo que desprende la película. La cantidad de chistes, burradas y gamberradas autoconscientes que hay en el film es grandiosamente chusquera y brutal. "Pertenecemos al museo", dicen. A quien %$*! le importa. A ellos no, en absoluto. Su capacidad para el genocidio sigue intacta. "I´ll be back", la patada voladora del francés, el labio medio caído, la calva, la barbita. Eso nunca muere, no se olvida. Y todo en esta película, reunido.

Resumen de los motivos para ver esta película:

1º Encontrar en una sola película a todos tus ídolos de la infancia no tiene precio.

2º Da lo que promete: acción, tiros y peleas. En definitiva: adrenalina.

3º El guión está lleno de guiños a nuestros clásicos favoritos del cine de acción.

4º Es ideal para ver con amigos porque te ríes a carcajadas de lo excesivo de algunas escenas de acción.

5º Porque el que tenga las santas narices de llamarles por la espalda “viejas glorias” no tendrá el valor de hacerlo a la cara después de ver las salvajadas que hacen en este film.

6º Porque en el fondo da igual lo que nos guste el cine complejo, introspectivo o psicológico y lo pseudo-intelectuales que nos creamos al debatir sobre éste. Todos tenemos debilidad por el buen cine de acción.

7º Chuck Norris, Chuck Norris,Chuck Norris, Chuck Norris,Chuck Norris, Chuck Norris, CHUCK NORRIS

Quizás la película que es más a la perfección la película que quiere ser.

Nota: IT’S OVER NINE THOUSAND!!!!

La comicidad del personaje de Lundgren es inesperadamente descojonante para un actor tan limitado. Llegar la casa y que pongan una de sus películas de hace veinte años no tiene precio.

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