martes, 28 de agosto de 2012

El Sabueso de los Baskerville (Sir Arthur Conan Doyle)


Título: El Sabueso de los Baskerville
Autor: Sir Arthur Conan Doyle
Título original: The hound of Baskerville

“Sherlock Holmes aplica su pensamiento lógico y racional para vencer las supersticiones de una antigua leyenda que atribuye la muerte de Sir Charles Baskerville a un perro infernal. Holmes va recopilando pruebas mientras el fiel doctor Watson cuida de Sir Henry, el heredero de la saga, hasta que encuentra al verdadero asesino de Sir Charles.”

Aunque la maestría de Conan Doyle y Sherlock Homes es más palpable en la creación de los cortos procedimentales -relatos de misterios y casos a resolver en apenas veinte páginas, a modo de las series CSI actuales-, los semanarios requerían a Conan Doyle que de vez en cuando escribiera novelas cortas para ser publicadas por entregas. De ellas, la más famosa es, sin duda, El Sabueso de los Baskerville.

Hay autores que te pueden gustar por su gran talento al escribir, describiendo sensaciones, lugares, momentos… con maestría y belleza. Otros, en cambio, pueden destacar por su capacidad para sumergirte en una trama hechizante y una historia adictiva. Éste último es el caso de Conan Doyle. Sus descripciones son siempre frías, llenas de detalles y datos poco líricos, pero importantes -o no- para la resolución de los misterios planteados. En cambio sabe dotar, y muy bien, a sus historias de intriga y misterio para pegarte al asiento y “obligarte” a pasar páginas.

En esta novela, la acción deja la cosmopolita Londres para trasladarse a los desolados páramos de las colinas galesas. En medio de un ambiente lóbrego y malsano, Watson y Holmes deberán hacer gala de sus conocimientos para encontrar al desalmado y astuto asesino. Este cambio de ambiente permite a Conan Doyle lucirse en la construcción de un páramo desolado y fantasmagórico, sumido en una permanente neblina dónde nadie es quién parece y la magia parece flotar en el aire. La ambientación de la novela es muy lograda, con obvias influencias de Poe y acercándose a la novela de terror en algunos momentos, con gran acierto.

El libro se encuentra dividido en capítulos para leer en unos 20-30 minutos y lo que recomendaría es no intentar leer nunca dos de ellos seguidos, sino leer uno, descansar y, otro día -o luego- retomar la historia. De esta manera, se puede leer la historia tal como fue concebida su lectura y se permite que la trama deje poso y se pueda apreciar más la indudable calidad del carismático detective.

Tanto el arrogante y genial personaje de Sherlock Holmes como el abnegado y eficaz Doctor Watson son parte intrínseca de la cultura occidental y conocidísimos por todo el mundo, buena muestra del carisma y la genialidad de su creación.

Además del genial dúo, los personajes principales son:

Sir Henry Baskerville: Recién llegado de Estados Unidos, es el prototipo de hombre moderno yanqui, sobradamente seguro de sí mismo y descreído. Heredero de la fortuna Baskerville, viene con ganas de comerse el mundo, pero quedará hechizado por la misteriosa malignidad que desprende el páramo.

Dr. Mortimer: Es el médico del páramo. Es una persona casi tan obsesiva por los detalles y las deducciones como Holmes, pero sin rastro de la desconfianza y bajos instintos naturales del detective. Inesperadamente ingenuo y bienintencionado, su preocupación por la seguridad de Sir Henry es el detonante de la investigación.

Mr. Stapleton: Es el vecino más cercano de los Baskerville. Es un entomólogo alegre y amable que no tiene otra afición que la caza de mariposas. Siempre dispuesto a echar una mano, no parece creer la teoría del perro infernal que circula como la causa de la muerte de Sir Charles

Miss Stapleton: Hermana del anterior. Dotada de una belleza que destaca en la sórdidez del páramo, no podrá evitar enamorarse de Sir Henry, al que intentará salvar del perro infernal que ha maldito a la familia Baskerville. Posee algo exótico y tropical que forma un contraste singular con la cotidianeidad de su hermano.

John Barrymore: Mayordomo de la casa Baskerville. Atento y elegante, es el prototípico mayordomo perfecto inglés. Cómo no, ha sido el confesor de su amo y guarda muchos secretos bajo la manga.

A medida que pasan las páginas y como si de un capítulo de CSI se tratase -no en vano Holmes es casi el inventor del género-, vamos siguiendo como se desarrolla la trama, hilvanándose una historia atrayente, con unas dosis de intriga y terror muy bien introducidas.

Imprescindible para cualquier fan de la novela negra y lectura recomendada para el resto, esta corta novela es una de las más preciosas muestras de la intriga policíaca por entregas de principios de siglo. Lectura rápida y cortita, muy disfrutable y absolutamente recomendable para las vacaciones -o cuando sea-.

Nota: 9

domingo, 26 de agosto de 2012

El legado de Bourne


Un nuevo producto ha surgido siguiendo la estela de la entretenida y vibrante saga Bourne. Un momento… No está Matt Damon… forma parte de la saga ¿o no?

Aaron Cross es un agente secreto de la CIA. Forma parte de un selecto grupo de soldados del programa Outcome, mejorados químicamente para misiones en solitario. La filtración del programa de asesinos programados Treadstone por parte del conocido Jason Bourne provocará que Outcome deba ser cancelado y todos sus miembros eliminados. Sin embargo, Aaron no se mostrará muy de acuerdo con su supresión y se rebelará.

Si uno se para a mirar el elenco técnico de la película, podrá ver que repite casi todo el personal de la trilogía Bourne, excepto el actor principal. Esto puede hacer pensar que nos vamos a encontrar acción de la buena. Sin embargo, aunque la acción no es mala y consigue entretener, hay varios errores y lagunas que lastran el resultado. La relación con la historia principal es  un poco... peregrina, enseñando secretos escondidos "en lo profundo" sólo para poder tener la excusa de poner Bourne en la portada.

ACTORES: Lo reducido del guión no permite mucho lucimiento a los actores y su esfuerzo por tener cara de palo durante toda la película no ayuda mucho a que los personajes estén bien caracterizados. Convertidos en meros arquetipos, desfilan por la pantalla diciendo sus frases y pegando sus puñetazos.

DIRECTOR: Repite el equipo de Bourne y paga el mismo Damon, entonces, ¿por qué esta enorme lentitud al empezar y el ritmo cansino y repetitivo? Pues porque Matt querría ganar algo de dinero a bajo coste. Bajo el amparo del paraguas de Bourne, se permite realizar un spin-off de la película en plan facilón y devorable. El enorme prólogo se puede entender ya que parece ser la primera película de una saga que ligará con la historia de Bourne de alguna manera. Sin embargo, no acaba de ser excusa para una presentación tan desangelada y fría. Una vez entrados en materia por fin, la película sigue con una serie de escenas de acción marca de la casa que funcionan bastante bien. Por otro lado, el camino hasta llegar ha sido arduo, ya que el director no se molesta -sabemos que sí es capaz- de darle un mínimo de viveza a la película, sin brillantez. La fotografía de las escenas iniciales sí es bastante destacable. Algo es algo.

GUIÓN: Hacer una continuación de Bourne, sin Bourne, pero estando Bourne continuamente en la trama no es tarea fácil. La presentación de la historia es lenta y confusa, con multitud de planos mareantes. Los personajes están apenas esbozados y el desarrollo de la trama, pretendidamente misterioso, está plagado de lagunas, errores y cosas inexplicadas, amén de un par de patilladas que no concuerdan con lo que ha sido el universo Bourne. Siempre han gustado de hacer películas complicadas, pero esta vez no pasa de tramposa y absurda. Rápidamente se hace obvio que habrá una continuación -si la taquilla permite- que espero se entronque con la historia original y permita el retorno de Bourne en toda su extensión. Además, como sucede justo después de la saga Bourne, el visionado de El Ultimatum de Bourne se convierte en imprescindible para comprender el planteamiento de la película, lo que provocará que el espectador incauto tenga más facilidad para perderse y aburrirse.

Siendo una continuación muy floja -que desmerece el nombre que lleva-, puede servir para una tarde aburrida, para apagar el cerebro y ver una buena cantidad de disparos y explosiones sin mucho sentido.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.7

viernes, 24 de agosto de 2012

En llamas (Suzanne Collins)


Es el segundo libro de la trilogía de los Tribunos de Suzanne Collins, ¡así que atentos todos los que no quieran saber cosas de antemano!

Título: En llamas
Autora: Suzanne Collins
Título original: Catching fire (Enciendiéndose)

“Contra todo prónostico, Katniss ha ganado Los Juegos del Hambre. Es un milagro que ella y su compañero del Distrito 12, Peeta Mellark, sigan vivos. Katniss debería sentirse aliviada, incluso contenta, ya que, al fin y al cabo, ha regresado con su familia y su amigo de toda la vida, Gale.
Sin embargo, nada es como a ella le gustaría. Gale guarda las distancias y Peeta le ha dado la espalda por completo. Además se rumorea que existe una rebelión contra el Capitolio...”

Tenía cierto miedo de que esta segunda parte se convirtiera en más de lo mismo o, peor aún, que la historia se centrara en el triángulo amoroso planteado y dejara de lado la aventura. Ni por asomo. ¿Ésta el libro a la altura de su predecesor? A ver…su lectura sigue siendo muy fresca y las páginas pasan como nada, además, la historia es más rica y compleja sin perder por ello ritmo e intensidad en la aventura. Así que si os gustó la primera parte, la segunda os gustará aún más.

En este libro, la historia comienza justo dónde acababa la primera y se puede dividir en tres secciones bien diferenciadas.

En la primera vemos como Katniss ha regresado a casa después de su victoria en los Juegos, pero ha pagado un alto precio moral por ello. Regresa a casa torturada por las pesadillas y los recuerdos. Espiada por el Capitolio se ve obligada a fingir su romance con Peeta mientras suspira por Gale. La historia peca de previsible, pero la autora consigue que no se exceda en azúcar y le añade detalles de thriller político muy bien entrelazado con los traumas de Katniss.

Para callar las incipientes rebeliones, el Capitolio decide hacer unos nuevos Juegos del Hambre. La particularidad estriba en que ésta vez sólo participarán los ganadores de anteriores Juegos del Hambre. Casualmente Katniss es la única ganadora viva de su Distrito, por lo que su participación está ¡uy! asegurada. Así el Capitolio se asegura probablemente que Katniss muera y de paso eliminar a unos cuantos héroes de los distritos. En la segunda sección, veremos la preparación de unos Juegos del Hambre muy especiales, pues hay en ellos mucho más en juego que otras veces. Esto provoca que todo el proceso sea mucho más complejo, Katniss es más experta, se fija en más cosas y hay más personajes a los que prestar atención, obligándote a centrarte mucho más en los detalles.
Debo reconocer que cuando esta parte se planteaba estaba pensando todo el rato que la autora se estaba metiendo gratuitamente en un berenjenal al repetir una retransmisión de los Juegos. Había muchas posibilidades de parir un truño enorme pero la autora se saca de la manga un desarrollo argumental bien conseguido y una serie de escenas con una fuerza inesperada que hacen de ésta parte lo mejor de lo que he leído en la saga. En dos segundos consigue dar a estos Juegos una importancia épica espectacular sin olvidar la trama política de fondo.


Finalmente, la tercera sección consiste en el descenso a la Arena. Los Juegos del Hambre empiezan de nuevo y lo hacen con toda su crueldad. La Arena ya no es un simple campo deshabitado dónde matarse unos a otros, ahora está construida con unas dosis de letalidad y mala leche muy altas. Además, los participantes ya no son chiquillos asustados. Son ganadores de otros concursos, asesinos feroces, astutas estrellas que saben ganarse al público y, en modo alguno dudarán de usar todas sus armas para ganar los Juegos. Si antes los Juegos ya eran bestias, ahora alcanzan nuevas cotas de salvajismo retransmitido. Tampoco diré qué pasa en la Arena, sólo que se les va mucho la pinza.

El punto de vista sigue siendo el mismo. Nosotros sólo nos enteramos de todas aquellas cosas que Katniss ve o piensa. Si ella no está o no se le ocurre, no “nos enteramos”. Sigue siendo una chiquilla que no desea otra cosa que tranquilidad, pero su acto de desobediencia al ganar los Juegos la ha convertido -muy a su pesar- en un símbolo de la rebelión. Ni quiere, ni está preparada para ello. A medida que avanza el libro, podemos ir intuyendo que algo gordo se está preparando -ya se veía en el anterior libro, que había algo más de lo que parecía-, pero la pobre Katniss ni se entera del percal, ocupada como está en permanecer viva y decidir con cuál de los dos tortolitos quedarse. Realmente, la manera que tiene la autora de dejarte caer los detalles discordantes hace que a veces tengas ganas de dar unos buenos sopapos a Katniss por su empanamiento. Esta incapacidad de Katniss de enterarse de lo que ocurre alrededor me deja muchas veces con las ganas, ya que intentas leer más a ver si te lo explican y lo que consigues es pasar más páginas sin que te den más detalles (a veces).

No obstante, Katniss hace menos cosas y observa más, lo que permite que haya más variedad en la acción y en el desarrollo de los personajes. Además de Katniss, destacan:

Peeta: El yerno ideal de la historia se ha convertido en la pareja oficial de Katniss a ojos del público. Perdidamente enamorado de ella, empieza a sentir celos y a ser más manipulador y chantajista para conseguir que Katniss no pueda escoger qué hacer con total libertad.

Haymitch: El antiguo mentor del Distrito 12 está dejando la bebida y esto le convierte en alguien con mucho mas reflexivo y calculador. Si en la primera parte era obvio que buscaba la supervivencia de Katniss, ahora sus lealtades se vuelven algo más cuestionables y sus objetivos más difíciles de desentrañar. Uno de los personajes que más cambia, pasa de ser un mero borracho a tener un carácter y un mal humor muy bien conseguidos.

Finnick: Anterior ganador de los juegos. Un adonis ligón del distrito 4 que con doce años no tuvo reparos en comportarse como un gladiador y usar el método red+tridente para eliminar rápidamente al resto de sus rivales. Físicamente poderosísimo e inteligente, su comportamiento resulta sospechosamente agradable y amistoso.

Johanna: Ganadora de los juegos del distrito 6. Experta en el uso de todo tipo de hachas, tanto para echar abajo a un árbol como para hacer salir volando unas cuantas cabezas. Mayor que el resto de los Tribunos, su actitud malhablada y pasadísima de vueltas la convierte en un rival sanguinario, impío y peligroso.

Si en la anterior novela encontrábamos diversas pinceladas de crítica social “desaprovechadas” para convertir el libro en pura diversión, ahora la autora se acuerda mucho más de esos detalles. A partir del retorno a los Juegos, podemos leer bastantes diálogos y reflexiones sobre la necesidad o la ética que hay detrás de una rebelión armada -¿Cuándo es lícito rebelarse? ¿Acaso la sangre derramada es menos importante que la caída de un sistema de gobierno?-que le añaden gracia a la historia. Como el libro se centra únicamente en Katniss, no se ahonda en demasía en estos temas, pero están continuamente pululando “de fondo” mientras ella se intenta quitar el pavo de encima.

En resumen, la novela gana en espectacularidad y profundidad, la trama está mejor desarrollada y tiene muchos más momentos puñeteros que su primera parte. Pierde un poco la simpleza de su predecesora y da aventuras y emoción pura, pero con más enjundia y (leve) complejidad. Se trata de un libro en el que las páginas pasan como nada y asegura buenos ratos de entretenimiento. Me sigue fastidiando la simpleza que le da el punto de vista único, pero no se puede negar que la agilidad y la frescura con las que pasan páginas es de felicitar.

Nota: 8
Nota anobii: 4.5/5

viernes, 17 de agosto de 2012

Soy un gato (Natsume Soseki)


Título: Soy un gato
Autor: Natsume Soseki
Título Original: Wagahai wa neko de aru

«Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre.» Así comienza la primera y más hilarante novela de Natsume Sōseki, una auténtica obra maestra de la literatura japonesa, que narra las aventuras de un desdeñoso felino que cohabita, de modo accidental, con un grupo de grotescos personajes, miembros todos ellos de la bienpensante clase media tokiota: el dispéptico profesor Kushami y su familia, teóricos dueños de la casa donde vive el gato; el mejor amigo del profesor, el charlatán e irritante Meitei; o el joven estudioso Kangetsu, que día sí, día no, intenta arreglárselas para conquistar a la hija de los vecinos.

El punto de partida es ciertamente curioso y tiene capacidad para llamar la atención. El libro está narrado como si fuera un diario en el que el gato sin nombre explora su mundo y explica lo que va descubriendo sobre la vida de su amo. De esta manera, por medio de un punto de vista muy inusual, vamos poco a poco descubriendo un “mundo” nuevo en el que se nos describe como era la clase media japonesa en la era Meiji (1905).

Como representante del japonés típico, el elegido es el profesor Kushami, un intelectual presumido, botarate y estúpido. Experto en cultura griega clásica y en literatura inglesa, considera inútil cualquier otro campo de conocimiento y los desdeña vivamente. Asimismo, desconfía de todas las modas o costumbres importadas de occidente que no hubieran aparecido ya en la Grecia clásica. Gracias al trabajo del entrometido gato narrador conoceremos sus costumbres y rutinas diarias, su esfuerzo en el trabajo, su poca gracia en el uso del dinero, sus costumbres higiénicas…
Además, al gozar de una relativa popularidad en el barrio, es frecuentemente visitado por una corte de personajes, todos los cuales son ampliamente diferentes entre sí, añadiendo variedad al retato que Soseki dibuja de la sociedad japonesa.

Con asombro y desde su evidentemente superior punto de vista felino, el gato nos retransmite los diálogos que transcurren durante las visitas que va recibiendo Kushami y la relación de éste con sus vecinos más cercanos.

Meitei es el principal visitante, un carota incorregible, cuentista y escéptico ante todas las cosas. Dispuesto en todo momento a rematar una discusión con una conclusión para empezar otra rebatiéndola en el momento siguiente. Dotado de habilidad para la dialéctica disfruta mostrando su superioridad moral y intelectual ante todos los que tiene alrededor. Tiene momentos muy divertidos y otros en los que te dan ganas de molerle a palos. Un ejemplar de cínico incurable muy bien logrado.

Kagetsu es un joven ingenuo que está estudiando para ser doctor en física. Una ciencia novedosa y no muy apreciada en la sociedad japonesa. Dedica todos sus esfuerzos al estudio y está bastante aislado de la realidad social de su momento, dedicado al máximo a cumplir lo que se considera “lo correcto”. Lo original de un científico en el barrio atrae la atención del cacique local, ya que su hija parece mirar con buenos ojos al joven Kagetsu que, incompetente en tales temas, no tiene otra ocurrencia que pedir consejo al inepto Kushami.

Los Kaneda son los caciques locales. Amos de la mayoría de tiendas del barrio, no valoran otra cosa que el dinero. Rechazan cualquier aspiración que no tenga que ver con hacerse rico y, por tanto, son contrarios a toda idea intelectual o estética -a menos que sirva para ganar dinero-. Abiertos a las ideas de occidente, especialmente aquellas para explotar a sus trabajadores o aumentar la producción, descubren que su hija siente atracción por Kagetsu. Como ha demostrado ser alguien inteligente, consideran que puede ser una atracción de feria amaestrable para subir en estatus en la sociedad, por lo que no verán con malos ojos el enlace y harán la vida imposible a nuestro maestro, que parece querer torpedear el matrimonio.

Toito es un joven exestudiante de Kushami que sueña con ser literato y vive centrado en la creación literaria y valora la belleza estética por encima de todo. Sus excesos en temas relacionados con la literatura le han convertido en un excéntrico que vive al margen de la realidad.
Su personalidad contrasta con la de otro exalumno, Suzuki, que vive por y para el dinero. Su actitud es la del constante peloteo para congraciar a sus superiores. Sus principios son totalmente mutables siempre y cuando le sirvan para prosperar económicamente.

Las escenas descritas carecen muchas veces de acción. Apenas ocurre otra cosa que una sucesión de diálogos en que el gato nos describe, o casi dibuja, un retrato de una sociedad que ha visto caer al Shogunato que ha gobernado durante quinientos años y se debate entre abrirse al nuevo mundo que supone occidente o aislarse y respetar las tradiciones “como debe hacerse”. Aunque al gato, estas consideraciones se le antojan indiferente, el punto de vista del autor se sitúa en una critica abierta a ese inmovilismo japonés, pero al mismo tiempo rechaza las teorías económicas importadas de occidente que consideran al dinero como un único Dios. Estos debates se ven muy bien reflejados en los diálogos de los personajes, aderezados por las inestimables aportaciones felinas, obviamente superiores a las humanas.

En modo alguno se trata de un libro para leer del tirón. Es necesario degustarlo lentamente, disfrutando de cada pasaje, aprendiendo cosas sobre la sociedad japonesa, meditando sobre los variados puntos de vista y, por qué no, riéndote de la pateticidad del profesor. Su mejor lectura es a modo de acompañamiento de otro libro, para los "descansos", ya que requiere ser leído con mucha calma y frecuentes pausas para digerir lo explicado.

La gatuna manera de escribir, a modo de diario autobiográfico, la casi total ausencia de acción, la inexistencia de la trama y la especificidad del público objetivo puede alejar a muchos de su lectura. Sin embargo, de vez en cuando, disfruto degustando una delicatessen como ésta. No obstante, una reducción de su longitud total o una división más clara de los temas -que a veces cambian a una velocidad inesperada- podrían hacer del libro aún más disfrutable.

Nota: 7

miércoles, 15 de agosto de 2012

A todo gas 4 (Aún más rápido)


Todo el que conozca la saga, ya sabrá que es lo que ofrece A todo gas. Coches, carreras y persecuciones y… bueno, poco más. La simpleza de su planteamiento es lo que permite que no se agote. Es una simple película hecha para los fans de los coches sin más pretensiones que ofrecer gasolina, derrapes y adrenalina.

En esta cuarta parte volvemos a ver por primera vez al protagonista inicial, el temible Toretto y su cochazo pasadísimo de potencia. Éste no tiene más remedio que colaborar con el agente del FBI Brian para ir tras la pista de un narcotraficante llamado Braga, que recluta a pilotos de carreras callejeras para transportar drogas y que ha asesinado a la novia de Toretto. Ambos se infiltrarán como pilotos en su organización para así poder acabar con él.

ACTORES: Los dos protagonistas no dejan de poner la cara de “tio duro que te odia pero te respeta” durante toda la película. Tampoco se les pide otra cosa, claro. Los protagonistas absolutos de la historia son los coches y son los que acaparan la mayoría de los planos. Se agradece que se haya intentado alejar del horterismo tunnero-neónico de las dos anteriores partes y se centren en simple burricidad en la conducción.

DIRECTOR: Lin parece haber encontrado la fórmula para hacer dinero arriesgando poco. Actores poco conocidos con cara de duros, cochazos y escenas de persecuciones y carreras por doquier. Al retomar a los personajes originales parece querer trabajar más las escenas de acción. Esto se nota en la escena inicial, sorprendentemente vibrante y trabajada. Luego el desarrollo de la historia es nulo y se centra en escena tras escena de persecuciones rodada con músculo y potencia. Caballos desbocados y neumáticos quemados para una película con mucha diversión y poco sentido.

GUIÓN: Ni un ápice de originalidad. No hay nada en esta película que no hayamos visto antes. El guión se podría resumir en:

-Persecución.
-Pelea.
-Pum.
-Explosión.
-Zasca.
-Tías buenas.
-Persecución.
-Carrera.
-Piernas.
-Pelea.
-Zurras.
-Zas.
-Culos.
-Final.

El desarrollo de personajes es nulo y los diálogos son bastante chusqueros. Por otro lado, tampoco se necesita más cuando lo único que quieres es una excusa para mostrar coches a todo gas y así satisfacer al público afín
Sólo para aquellos que saben qué es lo que van a ver. Ruidosa y simple, coches al máximo y sus exageradas dosis de neumáticos quemados. Una película ruidosa, palomitera y pasada de vueltas en la que los GPS tienen tecnología de videojuego, las tramas son de videojuego y la voz femenina que acompaña a los pilotos es de… videojuego. Testosterona y padre y señor mío, sólo falta el volante de la consola.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.6