lunes, 26 de marzo de 2012

Malditos bastardos


Tarantino es todo un bastardo. Que jodío el tío.

La película nos cuenta que durante la IIGM se crea un escuadrón de judíos cazadores de nazis que tiene aterrados a los soldados alemanes. Descubren la posibilidad de matar a Goebbels en el estreno de una película y van a por ello, pasando por encima de todo y de todos. Mientras tanto, Shosanna, que ha visto como los alemanes matbaan a toda su familia, trama su venganza contra el ministro de propaganda. Los dos planes, unidos en su despropósito, colisionan en un atentado en que la propia vida de Hitler peligra.

Parece que el director más excéntrico e inclasificable de Hollywood le ha dado por el cine bélico. Mm… ¿Bélico? ¿Seguro que es bélico? La primera hora de película está salida de un western de John Ford con algunas escenas de spaghetti-western, situado en la IIGM y con el humor gore y salvaje de Quentin. Luego, la cosa sigue sin ser bélica, ya que, aunque esté Hitler por medio, se mantiene con un pie en el thriller y otro en la comedia absurda y disparatada. Hace tiempo ya que Tarantino ha demostrado que le gusta romper moldes. Por si sus diálogos extraños, eternos e impagables, su gusto por la violencia desmedida desternillante y su original sentido estético al construir las escenas fuera algo ya común, parece que se está dedicando a jugar a mezclar géneros y a transgredir las normas que se usan para hacer películas. Coge la historia, hace con ella lo que le da la gana ¡Y encima le sale bien!

La película empieza con una escena en una cabaña que dura veinte minutos. Un diálogo totalmente teatral, realizado en tres idiomas -los juegos de lenguas tienen mucha importancia a lo largo de la película. VEDLA EN VOSE- que te deja con el culo pegado al asiento. Luego, tienes una hora de western para desembocar en el inicio de una historia de espías que concluye con un diálogo de veinte minutos en un bar francés que, aunque no añade nada a la historia, está lleno de una tensión y unos diálogos impagables. Tanto el Akinator como el desenfunde pistoleril Made in Tarantino son…No diría al alcance de muy pocos, porque nadie es tan estúpido, loco y genial para rodar una escena innecesaria tan bien como él. Toda la hora final de desenlace en el cine es un despropósito delirante y deliberado. Tiene poco sentido, se le va la castaña y manda la historia a tomar viento, ¿y qué? ¿Acaso esperabas que este hombre fuera a hacer algo normal?

Entre todos estos juegos -y su típica división por capítulos- encontramos una cantidad enorme de referencias cinéfilas: El discurso inicial de Aldo casi salido de una película de John Huston, la caza de cabelleras, la presencia de Winnetow y King Kong, Brad Pitt imitando a Marlon Brando, el psicópata que sólo quiere leche, el cine como unión de culturas (mas o menos) y el lírico final tan pasado de vueltas son cosas difíciles de ver juntas en una película que no sea de este hombre.

Finalmente, pero no por ello menos importante, el degenerado villano Hans Landa destaca sobre todas las cosas. En una actuación memorable, Christopher Waltz compone a un malvado cazador de judíos que roba cada escena en la que aparece. Consigue que su personaje sea inteligente y efectivo, desprendiendo un aura de depravación y locura difíciles de olvidar. Es capaz de ponernos los huevos de corbata en una escena y sacarnos una carcajada en la siguiente frase. Es que es genial hasta haciendo algo tan simple como comerse un pastel con nata... El resto del elenco no lo hace nada mal, con un Brad Pitt autoparódico muy estimable, pero ninguno a la altura de Christopher Waltz y su delirante Landa.

El particular estilo de Quentin puede desagradar. La película muestra poco respeto por la tragedia de la IIGM, realizando casi una película de género y no pseudohistórica. Se mea y desternilla en los hechos históricos y se pega gustazo tras gustazo cada cual más fantasma. Ofende, mucho y con ganas, y convierte la IIGM en un videojuego. Pero técnicamente es magistral, cada escena está trabajadísima y cada canción muy bien escogida. Tarantino nos ha regalado (mas bien, se ha autorregalado) una obra a la altura de Reservoir Dogs y Kill Bill en cuanto a calidad. Muy grande, en cualquier caso.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.7

Nominada a mejor película, director, guión, montaje, sonido y se llevó el Oscar a actor secundario (Waltz). La calidad de Tarantino se ve reflejada en la cantidad de nominaciones. Y un Waltz inconmensurable que se lleva un merecido Oscar.

domingo, 25 de marzo de 2012

Chungking Express


Chungking Express es, ante todo, una película diferente a lo normal. Dirigida por uno de los autores más particulares de Hong Kong, es una propuesta ciertamente interesante.

La película nos cuenta las historias de dos policias que, en su descanso para comer, van al “Midnight Express” de Chungking, un restaurante de comida rápida de un barrio de Hong Kong. A pesar de que por medio hay una cierta trama criminal, la película no se centra en el thriller. El foco se posa en el hecho de que los dos policías están intentando empezar una relación amorosa -no entre ellos-. El policía 223 acaba de ser abandonado por su pareja y busca alguien para olvidarla, mientras tanto, el policía 633 es consciente de que su antigua “follamiga” ya no quiere nada con él y va dando tumbos para buscar un sentido a su vida.

Aunque hay elementos de thriller o de drama en el film, no tienen importancia para el director. No le interesa. Kar-Wai se centra en otras cosas: las causas del amor, la lucha contra la soledad y la búsqueda de la felicidad; todo ello en medio de una sociedad dónde la gente vive con espacios vitales muy reducidos, pero muy alejados unos de otros. La trama es una mera excusa para mostrarnos las dos relaciones, cada una con sus peculiaridades, muy cercanas a las historias de cada día y, al mismo tiempo, muy alejadas de nuestra realidad.

ACTORES: Correctos. No se puede decir otra cosa. Cumplen con suficiencia con lo que se les pide sin tampoco hacer grandes actuaciones.

DIRECTOR: Wong Kar-Wai es famoso en Occidente por ser uno de los directores de referencia de Tarantino. No es por tener gusto por la sangre y el esperpento violento, sino porque ambos tienen una manera de narrar las historias muy particular. Cinematográficamente podrán contar cosas diferentes, pero hablan el mismo idioma. Toda la primera parte está contada usando los elementos que veríamos en un thriller, pero con la salvedad de que se nos cuenta lo que es (o pudiera haber sido) una relación amorosa. La segunda parte entraría dentro de la comedia romántica clásica, pero con unos elementos fantásticos simplemente sorprendentes. Lo que se cuenta queda en segundo plano frente a cómo se cuenta. Kar-Wai nos plantea una película simple, repleta de un lirismo intrascendente. Puro esteticismo -tanto visual como en sus diálogos- que no tiene más ambición que mostrarse bella y vacía de grandes discursos. No se rinde cuenta a la narración, tan sólo al ritmo y a la belleza plástica de las imágenes.

GUIÓN: Wong Kar-Wai, experto en presentar una historia rompiendo el hilo espacio-temporal, plantea en esta película dos historias independientes contadas sin saltos. La primera abusa de las elipsis y las suposiciones y nos hace añorar a la enigmatica femme fatale de gafas de sol y eterna gabardina y al policía obsesionado con las fechas de caducidad. Luego vemos la hermosa historia de una excéntrica camarera (que es un claro precendente de Amèlie) y el segundo policía de la película. Es una película en la que las cosas que pasan son mucho menos importantes de cómo pasan, donde abundan las imágenes y metáforas sobre el amor que el autor te va dejando. Ya sea por su simpleza, su alegría o por lo casi improvisado de su filmado, la película destila frescura y un ambiente diferente para explicarnos dos historias del día a día.

Personajes comunes y corrientes que viven con total intensidad las trivialidades de la vida; como si esa preocupación insignificante fuera lo único relevante, como si ese amor o desamor fuera lo más importante, como si las cosas de la vida cotidiana fueran lo más primordial (situación que uno vive a diario pero que raras veces se representa en el cine). Es poesía y filosofía cinematográfica, tanto en torno al tiempo como al amor o la soledad. Las escenas donde el fondo o el primer plano van a diferentes velocidades que los actores logran mostrar esa plasticidad del tiempo de fluir según el momento.

Aviso para navegantes: no veáis esta película con motivos de entretenimiento. Si intentas seguir el argumento o esperas simple diversión, probablemente acabes frustrado. Si eres capaz -o te gusta- apreciar el estilo al narrar, si te quieres entretener en reflexionar qué está haciendo Kar-Wai en cada momento, Chungking Express funciona. Es una película de un autor minoritario destinada a un público minoritario. Si estás acostumbrado a los blockbusters hamburguesiles, probablemente te desconcertará. La película es una experiencia cerebral que se disfruta más según lo que tú sabes de cine antes de lo que explica el film de la vida.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.6

sábado, 24 de marzo de 2012

Sin Cobertura (Jordi Bordas y Eduardo Martín de Pozuelo)


Título: Sin cobertura
Autores: Jordi Bordas y Eduardo Martín Pozuelo

“Cuando Estados Unidos decide unilateralmente invadir Irak, esgrime dos razones: que Irak posee armas de destrucción masiva y que apoya a Al Qaeda. Para comprobar su veracidad, los Servicios de Inteligencia de todo el mundo despliegan sus agentes de espionaje. En España, Sebastián Villanueva, jefe de Inteligencia Exterior del CNI y máximo responsable del Servicio de Información de Oriente Medio, pulsa su red de colaboradores iraquíes. Rodeado de fuertes presiones nacionales e internacionales, y en una frenética carrera contra el tiempo, descubre la falsedad e informa al Gobierno para detener la participación española en el conflicto. Pero las motivaciones políticas hacen inútiles todos sus esfuerzos y, tras la Cumbre de las Azores, el mundo asiste perplejo al estallido de la guerra. Ya en pleno conflicto, la red de colaboradores iraquíes al servicio del CNI reclama que no se les abandone a su suerte en Irak -sin cobertura- y Sebastián les promete ayuda. El Gobierno, sin embargo, le pone trabas para cumplir su promesa… una decisión que dispara la tensión y enciende los deseos de venganza. Y lo más terrible: la semilla de la mayor tragedia ocurrida en suelo español ya está plantada y sólo es cuestión de tiempo…”

Éste es uno de esos casos en que el resumen de la contraportada se excede en su tarea, ya que te cuenta todo el libro. No obstante, hay que tener en cuenta el hecho de que todo el mundo (casi) conocerá los hechos principales que cuenta la novela. El libro empieza tras la “extraña” invasión a Perejil y acaba con las consecuencias derivadas de la participación de España en la guerra de Irak.

Como planteamiento -contemplar todos los hechos desde el punto de vista del CNI-, el libro es original y funciona durante sus primeras páginas como una aceptable historia de espías. No es nada habitual encontrar una novela de espías al típico estilo Forsyth o Clancy realizada en España.
Es necesario remarcar el hecho de que el libro no intenta en ningún momento “destapar la verdad” ni “asegurar que sucedió así”, aunque probablemente haya cosas ciertas. Simplemente es un ejercicio de política ficción, contando una historia conocida desde un punto de vista diferente. Es verdad que seguro que hay una gran tarea de investigación a la hora de diseñar la forma de funcionar de los servicios secretos, pero no se aprecia intención alguna de desvelar secretos.

El mayor problema al que se enfrenta la novela es el hecho de estar escrita en lenguaje periodístico, alejado del estilo novelístico habitual. Esto provoca que todas las cosas que pasan están contadas en un tono muy detallista, abrumador en datos y absolutamente falto de ritmo. Además, cada vez que aparece un personaje nuevo, se detiene la acción durante un par de páginas mientras el autor te hace un resumen de su biografía. Esto ocurre incluso cuando el personaje no vuelve a salir en todo el libro. No pasa nada -ejem…- si estás interrupciones se producen en las primeras páginas del libro, pero que a treinta páginas del final te entretengas en decirme qué carrera (y en qué Universidad) estudió un personaje que no ha salido ni volverá a salir… pues bueno, no es lo mejor para la historia.

En cuanto a los personajes, hay dos perfiles distintos:

Tenemos a Salvador Villanueva y a su gente: Salvador es el jefe de los servicios secretos para Oriente Medio y tiene un equipo a su cargo. Es inteligente, justo, buen investigador y consciente de sus deberes. Intenta siempre realizar su trabajo a la perfección y proteger a su país sin importar quién esté al mando. Eso sí, siempre consciente de sus deberes y de respetar la cadena de mando. Se preocupa de sus hombres, todo lo hace de buena fe… Vamos, un dechado de virtudes. El trabajo de caracterización está bien hecho y el personaje, a pesar de su esxagerado buenismo, está bien construido, pero es imposible diferenciarlo de ninguno de los hombres a su cargo -cortados por el mismo perfil-, ni de otros agentes de otros servicios secretos que forman parte de “los buenos”. Son todos iguales. Para darles un poco de personalidad, los autores dicen dar cierta particularidad a cada uno de ellos. Los autores te destacan -y te recuerdan casi cada vez que pueden- que Margarita es de deducciones rápidas, que Miralles es de un humor muy agudo, o que Sergio es dado a los exabruptos… Pero en ningún momento les vemos hacer el más minimo uso de esas cualidades. Además, oficialmente, Salvador se lleva mal con todos los agentes de otras organizaciones pero, -¡oh, que casualidad!- por causas mas o menos peregrinas, es amigo o enemigo secreto de todos y cada uno de ellos -sin excepción- y siempre por cosas similares. Si este recurso se usa una vez queda bien, ¡pero es que se usa como unas veinte veces!

Por otro lado tenemos a Pato Borrego, director de CNI, que es un ser repulsivo, racista, chabacano y cutre, cómo salido de una película de Torrente. Cree a pies juntillas todo lo que dicen los yanquis y, a pesar de todas las evidencias en contra de esa opinión, no tiene ningún asomo de duda. Al principio, puedes creer que es por simple desconfianza, pero posteriormente te das cuenta de que no le importa lo que digan sus subordinados. Está a favor de los yanquis y le da bastante igual cuál es la verdad, simplemente quiere que ganen para tener su porción de gloria. No es que sea mala persona o tenga ansias de grandeza, simplemente, es idiota. De la misma manera que todos los “buenos” están cortados por el mismo patrón, todos los “malos” -esto incluye a todos los yanquis y miembros del PP- también lo están. Son abiertamente estúpidos, ignorantes, tramposos y orgullosos de su ¿estupidez?

Durante el libro, vamos viendo las diversas actuaciones del PP en sus dos últimos años de legislatura. Se puede discutir el acierto o el desacierto de las mismas -invasión de Perejil, Prestige, Gescartera, Iraq, “ha sido ETA y quién diga lo contrario es un miserable”- pero en el libro se produce una demonización gratuita de los políticos del PP. No la cagan por estar equivocados, ser incompetentes o obedecer a un “bien superior” -bueno, Aznar quizás esto último…- sino simplemente por ser idiotas. El libro deja claro que saben que sus decisiones son incorrectas y que la van a cagar, pero aún así las hacen con toda su energía. Entonces, cuando las cosas salen mal, es culpa de los “buenos” por… esto… porque son los “buenos”.

Además de tener un ritmo lento, un estilo farragoso y “dos personajes”, al libro también le pesa su previsibilidad. A todo el que conozca un poco la historia reciente de España sabrá punto por punto que va a pasar en cada momento. Esto unido a que cada “problema” se resuelve siempre de la misma manera hace que el libro se vuelva cansino y repetitivo. ¿Transmite tensión el libro? Durante las primeras cincuenta páginas, sí. Luego se vuelve machacón y aburrido.

Celebro y alabo la pretensión de crear una historia de espías en España. El punto de partida es original y no discuto que haya un buen trabajo de investigación, pero los defectos pueden demasiado y el resultado es un mal libro.

Nota: 2

jueves, 15 de marzo de 2012

Caballo de Guerra


Si papá Spielberg hace algo, es casi obligado verlo, ya que suele valer la pena. Eso si, no siempre le acaba de quedar bien…

La película sigue la historia de un purasangre que nace en un pueblecito inglés. Es un magnífico ejemplar equino y despierta admiración allá por donde pasa. A lo largo de su vida va teniendo diversos amos, cruza el canal de la Mancha y se ve envuelto en diversas batallas de la I Guerra Mundial. Su único objetivo es sobrevivir para volver a reunirse con Albert, su primer amo.

El mayor problema al que se enfrenta la película es su mezcla de edulcorante con horror. Dejando de lado lo inverosímil de su historia -hay demasiadas escenas inexplicables-, toda la película está plagada de momentos destinados al público infantil y que provocará el rechazo de cualquiera con más de diez años de edad. Unido a ello encontramos retratada toda la crudeza de la guerra (pero sin sangre ni vísceras) en mas de una escena, que provocará el rechazo de cualquiera con menos de diez años de edad. Como fácilmente podremos darnos cuenta, la película tiene un serio problema que lastra el grandísimo trabajo realizado.

ACTORES: El elenco es amplio, extenso y bien escogido. Todos los actores realizan un gran esfuerzo para ser creíbles y transmitir sentimientos de amistad, superación, amor… No me acaba de gustar que a los “extranjeros” les hagan hablar inglés con acento, pero bueno, se puede entender que a los niños no les guste leer en una película y el acento ya sirve para adivinar el país que toca en cada momento. A destacar el trabajo de doma de los diversos caballos, ciertamente magnífico y que debe de haber costado horrores en algunos momentos. Los caballos “hacen” unas interpretaciones magníficas y hay momentos en que ves a algunos de ellos hacer gestos totalmente humanos. Cualquier admirador de los caballos seguro que disfrutará de esta película, ¡sin duda!

DIRECTOR: A estas alturas, hablar de la pericia tras la cámara de Steven Spielberg es innecesario. El Rey Midas es uno de los más hábiles narradores de todos los tiempos, un pintor de imágenes, un realizador con una elegancia innata en su planificación que otros jamás tendrán. Caballo de Guerra es un plato visual de maravilloso gusto, todo elegancia (como digo) y belleza, gracias a la colaboración de Spielberg y Janusz Kaminski en la fotografía (que homenajea por partes a David Lean, a John Ford y, muy claramente al final, a la mítica escena de Vivien Leigh de Lo que el viento se llevó. Ya saben, la de "A Dios pongo por testigo..."). La primera hora es simplemente perfecta en su planteamiento y la elección de cada escena. El final roza también esa perfección a pesar de su exageradamente forzado happy ending. Todo el conjunto desprende una emotividad apabullante y una clara añoranza de un cine más elemental, más primario, más cercano a las emociones de la gente. Las escenas de batalla -que las hay, y unas cuantas- son simplemente magníficas. En Salvar al Soldado Ryan Spielberg dio una lección de cómo se tienen que rodar las películas de guerra y aquí vuelve a demostrar que no se ha olvidado de ello. La carga de caballería o las salidas de las trincheras son escenas al alcance de muy pocos. Me parece muy curioso que, habiendo hecho una guerra tan gráfica como en Ryan, en ésta no vemos ni una gota de sangre, ni una mala explosión, ni visceras en ningún momento e incluso con algunos momentos duros algo dulcificados -la ejecución en un off escogidísimo-.

GUIÓN: Parece que Spielberg tenía tantas ganas de hacer una película de caballos en medio de la IGM que se olvidó de darle un guión con empaque. El caballo va pasando por diversos amos a modo de mini-capítulos dentro de la historia (anda que no es gafe el jodío caballo). Cada uno de ellos funciona bien por separado, pero a la que empiezas a cogerle el sentido al “capítulo” y empatizas con el personaje, se produce un cambio que provoca la aparición de un nuevo amo, dando la impresión de que la película va un poco a trompicones. Sólo las escenas de Albert son mas largas, aunque en ellas hay demasiada casualidad y buenismo. La película avanza muy lentamente y quizás se podrían haber saltado alguna escena para dar un poco más de vidilla. Lamentablemente, la mezcla de géneros no funciona de ninguna manera. No se puede hacer una película bélica para niños. Ni aunque seas Spielberg.

La historia está perfectamente narrada -aunque lenta-, el contexto histórico es creíble y está espectacularmente recreado, encontramos algunas escenas sobrecogedoras pero también un tono de fábula infantil que al final pasa factura. Todo esto es Caballo de guerra: una mezcla imposible de crónica de guerra y cuento para niños, muy buena en las dos facetas, pero indigesta en su mezcla. En conjunto, ni es bélica, ni es para niños.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.7

Nominada a los Oscar en todos los aspectos técnicos -normal- y a mejor película (!), pero no se llevó nada -normal-.

lunes, 12 de marzo de 2012

Un asunto pendiente (John Katzenbach)


Título: Un asunto pendiente
Autor: John Katzenbach
Título original: Day of Reckoning (el día de ajustar cuentas)

“Megan y Duncan Richards son gente normal. Él es banquero; ella, agente inmobiliaria. Tienen dos hijas adolescentes y un hijo. Todo indica que sus días de activistas políticos, allá por 1968, han quedado muy atrás. Pero Megan y Duncan son distintos. Ellos fueron un poco más lejos. Empujados por una hermosa mujer que se hacía llamar Tania y que dirigía un grupo radical llamado Brigada del Fénix, tomaron parte en un robo que sería sencillo y sin derramamiento de sangre, pero no fue así. Han pasado dieciocho años. Y ahora Tania está a punto de salir de la cárcel, deseando vengarse de las dos personas a las que culpa de lo que ocurrió aquel día. Empezará por su hijo…”

Para empezar, el resumen está un poco “muy mal” hecho, ya que la historia empieza cuando Tania ya ha salido de la cárcel y lo primero que hace es secuestrar al hijo de los protagonistas. Tania era una revolucionaria convencida que no ha cambiado ni un ápice en los veinte años que ha pasado entre rejas, sigue rigiendose por los mismos ideales violentos en los que creía y, sobretodo, no olvida que Megan y Duncan la traicionaron y la abandonaron en la cárcel. Lo único que la ha mantenido viva es el ansia de venganza, sabe que le deben estos veinte años de libertad en que han renunciado a aquello en lo que creían y piensa cobrárselos, uno a uno.

La historia del libro es mucho menos elaborada que otros libros de Katzenbach. Además, no es una novela negra, ya que la investigación es inexistente y prima mucho más la descripción de la tensión y la desesperación en la relación entre secuestrado y secuestrador. Esta simplicidad se explica porque éste es uno de los primeros libros de Katzenbach. En él ya se notan las que serán sus principales neuras de escritor: la culpa y los remordimientos, cómo los errores del pasado vuelven para atormentarte, su extraño gusto por mostrar lo frágil que es la aparente seguridad en que vivimos y las anormales reacciones de la gente “normal” al ser trasladadas a situaciones límite. Se puede reconocer en el libro que algunas de estas ideas no están del todo maduras y se nota que la trama no está tan bien trenzada ni tan bien rematada como en otros libros escritos posteriormente -la experiencia es un grado-. No obstante, a estas alturas ya sabía escribir buenos thrillers excitantes, que te obligan a seguir leyendo unas páginas más, sin darte descanso, ni respiro alguno.

Como siempre, Katzenbach se mete muy bien en la mente del criminal, describiendo con mucho acierto su carácter y enriqueciendo una historia que se desenvuelve a un ritmo frenético.

Tania: como “mala” y maestra de ceremonias, es la protagonista indiscutible de la historia. Astuta y maligna, ha planeado cuidadosamente su venganza durante años y años y sabe cuál es la mejor manera de atormentar a nuestra feliz pareja para hacerles pagar todas las deudas que considera que existen -insiste mucho en ello-. Se comporta con una seguridad en si misma insensatamente elevada, lo que le acaba costando más de un disgusto, ya que a veces se sobrepasa al intentar prever las reacciones de los demás. No obstante, es un personaje cuya maldad y creencias están muy bien reflejadas al que se dota de unas buenas dosis de carisma sobre las que articular la historia.

Duncan y Megan: antaño jóvenes ingenuos que creían que atracando un banco podrían cambiar el mundo. Cuando escaparon indemnes rehicieron su vida y se han convertido en aquello en lo que odiaban -unos burgueses que cierran los ojos a las injusticias del mundo-, intentando ser buenas personas que pasan desapercibidas. Sin embargo, siguen teniendo claro que harían lo que fuera necesario por la seguridad de sus hijos -lo cual no siempre puede ser lo esperado-. Durante gran parte del libro, se entretienen en discutir éticamente sobre las medidas que están tomando y sobre el precio a pagar para proteger lo que quieren realmente. A pesar de que la situación planteada es ciertamente un despropósito, estos dos personajes y sus reacciones son perfectamente creíbles y lógicos. Lástima que en las últimas cincuenta páginas, Katzenbach decida mandar la lógica a tomar viento y claro, los personajes se resienten de ello.

A pesar de ser más una historia de acción que un thriller, el planteamiento sigue el mismo patrón que usará posteriormente en muchas de sus novelas. Una vida aparentemente tranquila y feliz ve truncada su bucólica existencia debido a la aparición de un ser extraño, proveniente de una vida anterior, que se creía haber dejado atrás. Una vez rota la armonía, llegan el crujir de dientes y los lamentos para los protagonistas. Pero ya no hay vuelta atrás y durante sus 400 páginas no puedes parar de leer. Hay que reconocer que se echan de menos las atmósferas insanas que Katzenbach sabe crear ya que, aunque encontramos muchos momentos de tensión impactantes, no llegan a la malignidad enfermiza a la que el autor nos tiene acostumbrados. El mayor defecto del libro es que Katzenbach no acierta a rematarlo, dándole un final muy flojo (aún le quedaba por aprender a terminar bien los libros, parece).

El libro engancha cosa mala, funciona estupendamente y te atrapa durante todas y cada una de sus páginas. Es verdad que es una obra mucho más simple que las grandes novelas de Katzenbach -El Psicoanalista o La historia del loco-, pero sigue siendo entretenido-. Lástima que el final no acabe de estar a la altura.

Nota: 6

SPOILER: ¿una familia feliz en modo Rambo, llamando a las ambulancias después de haberse cepillado a nosecuantos malos? Creía que se había quedado en dejar a la Policía al margen… No, no, el final no acaba de tener su lógica. Mas bien ninguna.

viernes, 9 de marzo de 2012

Underworld 3: La rebelión de los licántropos


No sabía que esta película era la precuela de Underworld hasta que vi los primeros uniformes de vampiro. A partir de aquí, uno ya se podía esperar cualquier cosa.



Estamos en algún momento de la Edad Media. Los vampiros dominan a los humanos, que pagan diezmos de sangre a cambio de protección. Mientras tanto, los licántropos, bestias salvajes sin mente, asolan los campos. El nacimiento de un hombre lobo con capacidad de razonar rompe el status quo en que está organizada la sociedad. Su relación amorosa con la princesa de los vampiros no ayuda a la tranquilidad en el reino.

A aquellos que hayan visto la primera película, seguro que la historia les suena. No en vano en ella hay un flashback de cinco minutos en que cuentan esta historia. Esta tercera entrega consiste en coger esos cinco minutos y convertirlos en una película de cerca de dos horas de duración. Es decir, el film retrocede al pasado y hace de precuela. No se basa en la creación de las razas (que a nadie le importa), sino en el origen del conflicto. La verdad es que no se molesta a explicarlo mucho, simplemente se llevan mal y empiezan las tortas. Y no paran durante dos mil años. ¡Así de complicado!

ACTORES: El guión no da para otra cosa que decir tonterías y pegar tortazos, con lo que pedir a los que participan que hagan algo parecido a actuar es quizás pedir demasiado, no?

DIRECTOR: Tatopoulos se había ocupado de los efectos especiales en las anteriores entregas. Ahora parece que lo han ascendido a dirigir ésta. Es evidente que los productores querían hacer una película que funcionara mínimamente en taquilla por el mínimo precio, así que no se han molestado lo mas mínimo en hacer una buena película. La gran cantidad de diálogos sin sentido, incoherencias y escenas innecesarias es buena muestra de ello. Para no complicarse la vida, casi todo son los interiores de un castillo repleto de vampiros que, curiosamente, no tienen ningún tipo de poder especial y se dedican a morir como masilla contra los hombres lobo -que siempre sirve para atraer según que público-. Además, los trajes que llevan parecen reciclados de El Señor de los Anillos, como si les hubiera sobrado atrezzo. Casi todo el film está rodado en modo “sombrío”. Lugares oscuros, interiores de celdas…etc. Dejando de lado que el efecto está bastante mal hecho, esto provoca que haya ratos donde no se ve nada. No obstante, los efectos especiales son medianamente aceptables y las coreografías de lucha no son demasiado cutres, con lo que, bueno, puede entretener mínimamente. De esa estética particular que podía llamar la atención en la primera película no queda ni rastro.

GUIÓN: Básicamente no tiene ningún sentido. No llega a haber un motivo para que los dos clanes se peleen y la historia de amor que se supone que hace de detonante es inexistente. No hay un solo personaje que se comporte de un modo coherente o sea capaz de decir dos frases con sentido. Con esta premisa no vamos a esperar una buena película. Simplemente empiezan a llover hondonadas de ostias, a diestro y siniestro, sin ton ni son, a tontas y a locas y los vampiros mueren por todos lados y no dejan de aparecer cuerpos mutilados, miembros amputados, chuletones humanos, las rastas de Melendi y el costillar de Baute.

Para un día en que apetezca dejar el cerebro en un tarro, comer palomitas y ver un recital de tortazos, puede servir. Sin embargo, considero que hay películas mejores para ello.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.6

martes, 6 de marzo de 2012

El festín del amor (Charles Baxter)


Título: El festín del amor
Autor: Charles Baxter
Título original: The feast of love

“En esta recreación de Sueño de una noche de verano, hombres y mujeres evocan y desean a los compañeros perfectos que podría haber escondidos en una esfera ignota de posibilidades. El dueño de una cafetería recuerda el día en que su primera mujer pareció alcanzar un instante de simple perfección; ella, por su parte, rememora su fascinación ante la belleza de una contrincante en un partido de softball. Una pareja de adolescentes pasa horas en el café nutriendo la idea de su amor ardiente. Un profesor de filosofía intenta explicar, ante una taza de café, lo que sabe que es inexplicable: las razones del corazón. Gentes diversas, unidas por las sinuosidades del amor, componen un tapiz que describe la fuerza más irresistible de la vida.”

Después de un inicio ciertamente inusual -el “autor” se despierta una noche, decide salir a pasear y se encuentra a un amigo noctámbulo, Bradley. Comienzan a hablar sobre el libro que Baxter está escribiendo y Bradley se ofrece como personaje-, encontramos el desarrollo de una serie de tramas muy bien hilvanadas. Son diferentes historias que tratan sobre el amor y de cómo cada persona lo vive de una manera diferente, con unas expectativas y una entrega diferente. Lo mejor de la obra es que el autor consigue dotar de autonomía a cada historia por separado entrelazándolas de manera que se van intercambiando con una frescura y una ligereza remarcables. Todos los personajes y las historias están interrelacionados, son creíbles y cercanos y despliegan una gran ternura sin caer en el exceso de edulcorante en ningún momento.

Conoceremos las relaciones de distintas parejas, encuentros y desencuentros, y vemos los efectos del amor y el desamor en cada una de las personas. Poco a poco se van desgranando las historias de todos los personajes tejiendo un entramado amoroso variopinto y sorprendente, pues cada uno de ellos tiene conceptos diferentes del amor y busca algo diferente en la vida.

Bradley: El personaje principal de la obra. Busca a alguien a quien valga la pena amar y quedarse a su lado. Deseoso de entregar amor, sólo espera encontrar a alguien que quiera aceptarlo sinceramente, al que idealiza al momento. Es un personaje muy bien construido con un carácter muy “achuchable” sobre el cual fluye la historia pasando de situaciones melancólicas a otras cómicas con una facilidad sorprendente. Durante su tiempo libre se dedica a pintar y expone “El festín del amor” -su mejor obra- en su cafetería, pintura a través de la cual gira toda la trama.

Chloe y Oscar: Son dos jóvenes díscolos que han encontrado en su relación un destino en común para sus vidas. Su amor es pasional, sincero y de entrega plena en todos los planos, tanto emocional como físicamente. Son conscientes de que la vida es corta y que es necesario aprovecharla al máximo, a pesar de los fantasmas que cada uno arrastra del pasado.

Kathryn: Primera mujer de Bradley, con quien se casa simplemente porque él es buena persona y la quiere. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, busca otras cosas más prohibidas en su matrimonio.

Diana: Segunda mujer de Bradley, eminentemente práctica. Se casa con Bradley porque es un buen partido, aunque en ningún momento llega a quererlo. Para ella, las relaciones de pareja son algo conveniente y práctico. Su amor es totalmente racional y reflexivo, ya que está con alguien porque añade algo que ella no tiene, no por estar enamorada de esa persona.

David: Es todo un musculitos, para él el amor es algo puramente físico. Si hay buen sexo, no se necesita nada más. No se siente cómodo expresando sus sentimientos y no quiere complicarse la vida. Quiere pasárselo bien e ir a la cama rápido.

Henry y Esther: Son los vecinos de Bradley y llevan muchos años de matrimonio. Para ellos el amor se ha convertido en una amistad a toda prueba llevada a unos límites insospechados. Se conocen tan a fondo que muchas veces no necesitan decirse nada para saber que necesita el otro. Henry es profesor de filosofía y hace las veces de narrador que va explicando las diferentes vertientes del amor e introduce las diversas historias.

Como la mayoría de historias historia corales de “gente corriente”, no tiene ningún afán de trascendencia ni busca sentar cátedra. Es un libro muy ligero y agradable de leer que viene muy bien como intermedio entre otras obras más densas. Su historia es fresca y divertida, despliega ternura sin saturar y resulta fácil identificarse con los personajes ya que son muy cercanos y realistas.

Nota: 6

domingo, 4 de marzo de 2012

Nowehere Boy


¿Qué provocó que John Lennon, un adolescente tímido e introvertido, se convirtiera en una estrella de la canción? Siguiendo la moda de otros biopics que se centran en todo lo sucedido antes de que la celebridad se vuelva famosa, la película se centra en la juventud del protagonista, antes de que se centrara en la canción.

John es un adolescente problemático. Se ha críado con su tía, una mujer estricta y poco amistosa, y encuentra en la música una válvula de escape para soportar su vida. La muerte de su tío y el reencuentro de John con su madre son duros golpes que ponen a prueba la cordura de nuestro protagonista. Los primeros éxitos domésticos y el encuentro con el imberbe y talentoso McCartney sirven como trampolín hacia ell estrellato.

Tardé bastante en darme cuenta de que se trataba de John Lennon. Después de todo, en ningún momento de la película hacen referencia a Los Beatles. Simplemente vemos la dura juventud de un chico con una familia desestructurada que se refugia en la música con el objetivo de huir de sus fantasmas. Es una biografía muy correcta de esos primeros años antes de saltar a la fama.

ACTORES: Es difícil reconocer al desgarbado Beatle en el guaperas Aaron Johnson, en principio esto puede parecer un problema pero hay que reconocer que este hace un trabajo aceptable haciendo de un adolescente problemático que no sabe qué hacer con su vida. En la película destacan Kristin Scott-Thomas y Anne-Marie Duff, que topan con unos papeles dramáticos muy exigentes y componen un interesante duelo dramático -premiado con dos nominaciones a los BAFTA- haciendo de progenitoras de John, intentando comprar su cariño por todos los medios.

DIRECTOR: Atreverse con una biografía de John Lennon en tu debut cinematográfico es tenerlos muy bien puestos. Si a ello le añades una puesta en escena muy cuidada y le dotas de un sentido del ritmo bien conseguido y un acertado tono dramático sin caer en sentimentalismos, tienes mucho ganado. La recreación del Liverpool de los 60 es más que correcta y la banda sonora es, indudablemente, magnífica (eso sí, olvidaos de oír algo de los Beatles, que eso pasa después).

GUIÓN: El biopic está trazado con mucha simpleza, pero sin errores. No busca el misticismo ni se regodea en banalidades. Se centra principalmente en la relación de Lennon con las dos mujeres que lo crían (su madre y su tía, de caracteres muy diferentes) y de cómo se sumerge en la música.

Consigue ser diferente de otros aburridos biopics para fans que están centrados en los inicios, ya que es ciertamente verosímil y da luz a la personalidad del pre-ídolo añadir detalles absurdos e innecesarios. Y sobretodo, es una película por si sola. Es la historia de un adolescente que sueña con triunfar en un mundo difícil, que lucha por escapar de sus miserias. Da igual si se llama John Lennon que Juan Pedro, y eso la hace funcionar. No es que tenga una gran profundidad, pero destila honestidad y credibilidad. Ah, y tiene una muy buena banda sonora!

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.5

sábado, 3 de marzo de 2012

Días de Trueno


Sin sutilezas ni compliaciones. Olor a neumáticos quemados, gasolina y coches de carreras. Velocidad y emoción que harán las delicias de cualquier fan del automovilismo que se precie. ¿Acaso se necesita más para pasar un buen rato?



Tom Cruise es Cole Trickman, un joven recién llegado al mundo de las carreras NASCAR. Impetuoso, osado y a veces temerario, tiene un buen equipo, calidad y el punto de locura necesario para buscar el título. Sin embargo, su juventud e inexperiencia le provocan malas pasadas y tendrá que vencer a sus miedos para poder triunfar.
El argumento es la base típica para cualquier película de deportes, en este caso basada en el mundo de las NASCAR, las espectaculares escenas de carreras junto con la inestimable colaboración de un actor tan carismático como Tom Cruise hacen de esta película un producto de entretenimiento perfectamente disfrutable para los fans de las cuatro ruedas.

ACTORES: Tras hacer Top Gun, Tom Cruise se había convertido en una estrella del cine. Como tonto nunca ha sido, aprovechó su fama para hacer una serie de películas con él como protagonista absoluto y usar su inmenso carisma para llenar taquillas -Esta película sin Tom Cruise no valdría ni la mitad de lo que vale-.  Se dedica a hacer lo que más sabe (de guaperas carismático) y se rodea de un elenco de actores que no le hace sombra pero que tampoco desentonan. Ninguno se luce especialmente, pero no destacan negativamente. No es una película que requiera mucho de los actores, que se dedican simplemente a cumplir.

DIRECTOR: La película podría haber sido simplemente visible y olvidable, ya que la historia no es precisamente para tirar cohetes y ninguno de los actores destaca por su trabajo. Ahí es donde destaca el buen hacer de Tony Scott para las escenas de acción. La mayor parte del metraje se centra en las carreras de coches, que Scott rueda maravillosamente para pegarnos al asiento con escenas de acción y adrenalina vibrantes y emocionantes. Carreras perfectamente coreografiadas, con una música deliciosamente machacona para ponernos en escena. En definitiva, entretenimiento con estilo y elegancia.

GUIÓN: La historia es una mera excusa para pasarse cincuenta minutos rodando en circuitos. Se trata de dar un mínimo de profundidad a los personajes para que no todo sean carreras y haya algún tipo de motivación por competir. Guión simple y efectivo para entretener sin buscar ningún tipo de lucimiento.

Quién espere ver una obra maestra, se ha equivocado de película. Días de Trueno es una película para soltar adrenalina y vibrar con las carreras. Un actor tremendamente carismático y unas escenas de carreras muy bien filmadas la convierten un referente para todos aquellos apasionados de la gasolina y los coches de carreras, que disfrutaran como niños pequeños con la cinta (los no-fans, mejor abstenerse).

Nota: 6
Nota filmaffinity: 4.8

(Admito que está más cerca del 5 que del 6, pero mi nota es una (débil) forma de premiar al cine de coches de carreras, simple y ligero, pero que siempre entretiene cuando se hace con ganas y personalidad).

jueves, 1 de marzo de 2012

El temor de un hombre sabio (Patrick Rothfuss)


Y he aquí un libro que se ha hecho MUCHO más corto de lo que uno esperaría de sus 1200 páginas. Es la segunda parte de las Crónicas del asesino de reyes, que muchos esperaban con ansia.

Título: El temor de un hombre sabio
Autor: Patrick Rothfuss
Título original: The wiseman fear.


“El hombre había desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino. Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para contar la verdad tras la leyenda.”

En su primera novela El nombre del viento Patrick Rothfuss nos ofrecía una de las operas primas de más calidad de los últimos años. La historia estaba ambientada en un mundo de fantasía muy verosímil y muy alejado de la imaginería clásica de la fantasía épica, mucho más cercano a un steam-punk victoriano que a la Dragonlance. Su estilo denotaba un gran gusto por los detalles y mucho mimo en la creación de un universo muy “realista” con una gran influencia Tolkeniana en la descripción del mismo.

La historia continúa justo dónde se había dejado. Kvothe el “multitarea” había regresado a la Universidad para terminar su primer año. A partir de allí, vemos como sigue aprendiendo cosas y forjando esa identidad que le hará famoso en un futuro. Sin embargo, la Universidad se le queda pronto pequeña a nuestro héroe y se marcha a buscar nuevas aventuras.

En sí, este ejemplo de “lectura ligera” está dividido en 4 historias de unas trescientas páginas cada una. Se agradece que el autor haya conseguido editarla en un solo ejemplar, en vez de permitir que la editorial nos torture con tomos de más.

La primera parte va a renglón seguido de la historia anterior, como si fuera parte del libro anterior pero que, por alguna razón, ha pasado al segundo tomo. Básicamente, Kvothe sigue molestando a todo el mundo mientras persigue a su Denna y evita que le expulsen de la Universidad.
En cambio, la segunda parte -la historia del noble- es totalmente diferente, encontrando muchos elementos de intrigas cortesanas y juegos de política relativamente entretenidos. Esta parte me agrada mucho porque parece totalmente una novela de Martin, pero narrada con el estilo de Tolkien. No es que pasen muchas cosas, pero sigue gustándome el estilo tan profuso en detalles que utiliza Rothfuss para describir el mundo que rodea al protagonista.
Luego Rothfuss decide cambiar de ambiente y se va hacia una fantasía más clásica. Esto destaca mucho de todo lo anterior, ya que, de golpe, nos vemos transportados hacia la fantasía épica de toda la vida. ¿Está peor esta parte? No. Sólo es muy diferente. Eso sí, la aparición de las hadas es toda una sobrada del autor, que quería darse un gustazo con cincuenta páginas de sexo a “su manera”. Es un poco un pegote, pero sigue siendo divertido.
Finalmente, Kvothe se va a un “país oriental” (ese Assassin’s Creed…) y se pone a aprender artes marciales como un Karate Kid de tres al cuarto. Si Rothfuss se había pegado un gustazo para meter la parte anterior, se pega otro aún mayor para explicarnos cómo Kvothe demuestra que no sólo tiene cerebro y se pone a aprender Ketan (vamos, kung fu o una flipada marcial del estilo). Rothfuss le da un cambio de aires radical al ambiente de la historia y nos manda a un mundo parecido al de Kung Fu Panda y, encima, le queda bien (para mi gusto, lo mejor de toda la saga, por ahora).

Durante todo el libro, el protagonista único de la historia es Kvothe, al que vemos cometer las mismas tonterías derivadas de su inmenso ego y de su gran talento para meterse en líos. Además, el protagonista empieza a hacerse adulto y añade el sexo a las meteduras de pata -lo que le tiene su  gracia, o no-. Si en la entrega anterior te cargaba lo “sobrado” que va Kvothe, aquí cargará más, ya que el autor le da aún más bola y exagera más su capacidad de aprendizaje.
Esta segunda parte tiene el mismo problema que el primer libro, la historia como tal es nimia y poco interesante, pero la manera que tiene Rothfuss de contarnos todo como una sucesión de mini-anécdotas con un aire costumbrista en medio de un mundo de fantasía sigue funcionando para que las páginas pasen como nada. No obstante, sí es verdad que hay más historia que antes y, como empezamos a ver al Kvothe héroe, la cosa tiene más gracia que antes.

Al leer una segunda parte, uno siempre teme que el autor no haya estado a la altura de las expectativas creadas y que el resultado sea muy inferior a la primera entrega, mientras suspira con que simplemente se mantenga el nivel. En este caso Rothfuss ha hecho un gran trabajo y El temor de un hombre sabio es mucho mejor que El nombre del viento. Si la primera parte te gustó, ésta segunda parte te encantará.

Nota: 8