martes, 28 de febrero de 2012

The Green Hornet


Después de bombardearnos con un montón de películas de superhéroes con sus buenas dosis de acción y aventuras (de mayor o menos calidad), era cuestión de tiempo que los estudios intentaran hacer una versión más graciosa de los mismos, abusando de las mallas y las piñas para reirse de ellos y hacer películas desternillantes. Ésta es un ejemplo de un intento de ello que, evidentemente, se queda en intento.



Britt Reid se ha críado con la única compañía de su autoritario y rico padre, lo que le ha llevado a una vida de placer y disipación, sin intentar hacer nada en serio debido a una total falta de autoestima. Cuando su padre muere, y Britt hereda su imperio mediático, no se le ocurre otra cosa que usar su dinero para convertirse en un superhéroe malvado (estilo Batman) pero, indudablemente con mucha menos gracia y carisma.

Éste se supone que es el argumento, aunque hay que reconocer que lo que es la película no tiene mucho sentido. El malo maloso es un gángster ruso con pocas luces y una pistola muy grande y “El avispón verde” es más un gamberro idiota que otra cosa. Los chistes (o intentos de) no tienen la mas mínima gracia y Seth Rogen no hace más que irritar al personal. 

ACTORES: Se me ocurren pocos actores más sosos y con menos gancho que Seth Rogen para hacer de graciosete. No tiene la más mínima gracia y no contribuye precisamente a darle un aire carismático a su personaje. Por si fuera poco, ninguno de los secundarios se esfuerza lo más mínimo por trabajar, aunque es obligatorio reconocer que el guión no les manda más que estupideces (no hay más que ver lo que hacen Christopher Waltz o Cameron Díaz).

DIRECTOR: Gondry ha demostrado que si quiere sabe hacer una buena película, pero ahora le han contratado para hacer esta tontería guionizada por Rogen. No se molesta mucho en dar sentido a lo que rueda, con lo que el resultado es altamente irregular. Inesperadamente, las escenas de acción están rodadas con cierta gracia, imitando el estilo de las series setenteras (no olvidemos que la película está basada en una de ellas) pero con las técnicas actuales. El efecto es entre ridículo y divertido, aunque supongo que dependerá del estado de ánimo de cada uno. Para aprovechar el 3D original de la cinta (sí, está hecha en 3D, con dos cojones) se usa y se abusa del bullet time. No acaba de quedar mal, pero sí que se ha usado mucho mejor en otras películas (las recientes Sherlock Holmes, por ejemplo). Visualmente sigue imitando el mismo estilo setentero, cosa que puede ser estimulante o -en mi caso- hortera.

GUIÓN: La historia es simple a más no poder, casi todos los personajes están mal desarrollados y la mayoría de chistes se quedan en pretendidamente graciosos. No hay demasiado que destacar, por lo menos la película dura poco tiempo y no llega a cansar. El planteamiento es cuanto menos cuestionable y, a medida que la historia se desarrolla, menos detalles encajan. Se nota que no se le ha puesto alma y todo se genera a partir de un guión simple, ceñido y encorsetado que no deja expandirse ni a los personajes, ni a las situaciones que les rodean. No fluye como debería y no nos identificamos con nada. La forma en la que los protagonistas se conocen, la primera pelea, la modificación de los vehículos… queda la sensación de que se podría haber hecho todo mucho mejor.

No se para qué la compañía se ha dejado un pastizal para intentar hacer una adaptación de la antigua serie dándole un aire a lo Kick-ass manteniendo la estética setentera pero con chistes groseros de Rogen o cúal es el motivo por el que se ha hecho una versión de superhéroes de una película mala de Bud Spencer y Terence Hill, pero el resultado es una película cutre, muy cutre. No obstante, para apagar el cerebro un rato y entretenerse viendo patochadas sin gracia y alguna escena de acción decentilla… puede servir.

Nota: 2
Nota Filmaffinity: 5.0

domingo, 19 de febrero de 2012

Novecento


No conocía este “monstruoso” monumento de Bertolucci. Más de 6 horas de duración para esta película, una gran crónica sobre el origen del comunismo y del fascismo en Italia y una suerte de complejo recorrido político y social por la Italia de los primeros cincuenta años del siglo XX.


La película empieza a principios de 1901, en los albores del siglo XX, coincidiendo con la muerte de Verdi (¿alegoría de muerte del arte y lo bello en el mundo?). El mismo día nacen dos niños: Alfredo, el hijo del patrón y Olmo, el hijo de un campesino sin tierra. A lo largo de los años, los dos niños se hacen amigos y, una vez adultos, consiguen que la amistad permanezca. Sin embargo, los diferentes estratos sociales de los que provienen les llevan a acercarse a ideologías distintas. Olmo es un ferviente comunista, mientras que Alfredo tolera las ideas fascistas aunque no acabe de estar de acuerdo con ellas. Los años pasan y tras la I Guerra Mundial, los fascismos triunfan. Son malos tiempos para los comunistas, pero la amistad de Alfredo y Olmo permanece a pesar de las adversidades.

Este monstruo de más de 300 minutos (versión íntegra) está dividido en dos partes bastante diferenciadas.

-       En la primera, Bertolucci nos hace una espectacular crónica del inicio de los dos movimientos políticos en Italia. Mientras los niños van creciendo, podemos contemplar la miseria de los campesinos, que poco a poco se van “despertando” y el miedo de los patronos a perder sus privilegios, lo que lleva a la financiación del fascismo, que nace como “anticomunismo”. Durante alrededor de dos horas y media, impresiona y sobrecoge. Aunque no conozco la crónica histórica a fondo, desprende verosimilitud por los cuatro costados. Vemos la miserable vida de los campesinos, que temen ser substituidos por las máquinas en contraste con la disoluta vida de los patronos, que permite entender porqué consideran a los campesinos seres inferiores merecedores de castigos y vejaciones.
-         En la segunda, vemos a los dos protagonistas convertidos en referentes dentro de su órbita social. Se nos muestra como todos los fascistas son unos “perros sedientos de sangre” que no piensan en otra cosa que en matar, destruir y oprimir. Personalizado en el depravado personaje de Attila, se nos demoniza a todo aquel que siquiera tolere que alguien así exista. Asimismo, los comunistas son todos grandes personas, solidarios, amables y divertidos. Hacen esfuerzos por volverse cultos, demostrando su superioridad hacia los “perros camisas negras” que sólo piensan en destruir. El fin de la II Guerra Mundial lleva a la derrota de los fascistas y, en un happy ending exageradamente edulcorado, a la victoria de los comunistas que provoca la llegada del paraíso, la bondad y la felicidad eterna de la humanidad.

ACTORES: En ésta película me he encontrado un par de sorpresas. Nunca había visto a un deNiro ni a un Depardieu tan jóvenes, apenas imberbes. Me sirve para entender también porqué al francés se le consideraba un sex-simbol en su momento (cuando yo siempre lo había visto como un gordo de nariz grande). Los dos demuestran su calidad y construyen a unos personajes muy sólidos pero con cierta tendencia a sobreactuar a lo largo de la película. Mucho más creíbles son los personajes de Burt Lancaster (padre de Alfredo) y de Donald Sutherland (Attila), que consiguen hacerse odiar en unos papeles especialmente repulsivos.

DIRECTOR: Este mamotetro era una invitación a hacer una película horriblemente aburrida e insoportable. Pero Bertolucci no es un cualquiera. En esta película consigue, con escenas perfectamente rodadas, tenernos seis horas delante de la pantalla sin que sintamos necesidad de irnos a hacer otra cosa. La primera parte es una muestra magistral de cómo hacer una crónica de una época, escena tan escena encontramos un realismo y una eficiencia inigualables y sirven como una perfecta crónica de los primeros 50 años del siglo XX en Italia. Son dos horas y media que sobrecogen y ayudan a entender de dónde salen unos y otros. Sin embargo, la segunda parte no funciona tan bien. No se puede olvidar que Bertolucci era ferviente comunista y, especialmente en esta parte, se desprende cierto mensaje: “Hay tres tipos de personas: La gente buena, que es comunista. La gente mala, que es fascista. Y los idiotas, que no son ni una cosa ni otra y merecen todo lo malo que les pase”. Esa demonización “gratuita” de los fascistas y de Attila, al que vemos cometer todo tipo de perversiones por pura maldad de una manera totalmente gratuita, sirve para provocar repulsión y que odiemos aún más a los fascistas. Mientras tanto, todos los comunistas son grandísimas personas que colaboran y no tienen malos pensamientos (menos con que no son comunistas, que se lo merecen). Durante su segunda parte y especialmente en su desenlace, toda la película se transforma en un panfleto pro-comunista bastante alejado de la realidad. Eso sí, magníficamente contado. El happy ending que Bertolucci nos propone se encuentra muy fuera de lugar respecto al inicio y el conjunto me chirría bastante, a pesar de la gran calidad que destila la película.

GUIÓN: En seis horas tienes tiempo para tomarte las cosas con calma y explicar lo que quieres decir sin precipitación. Bertolucci toma parte también en la elaboración del guión y hace bien su trabajo. Además de la historia principial, se desarrollan otras subtramas bien tejidas que ayudan a contruir el armazón en que se basa esta arriesgada propuesta. Si bien no todas las seis horas de la cinta son de atención máxima, en ningún momento llega a hacerse aburrida o repetitiva. En todo momento mantiene su interés mientras deja caer su mensaje. El primero es servir de crónica (magnífica) y el segundo, de recalcar la bondad del comunismo como forma política (que uno puede estar de acuerdo con ello o no, pero ¡qué bien está contado!).

Este monstruo tan inusual no es en absoluto para todo el público. No todos están dispuestos a soportar una película de seis horas con la atención adecuada y su panfletaria segunda parte puede ofender a más de uno, pero es una magnífica epopeya en la que se nos muestra maravillosamente la evolución que sufrió el campo con su progresiva mecanización, el hambre, las desigualdades sociales, la lucha de clases y las injusticias; con un trabajo actoral muy bueno, una dirección magistral y una buena banda sonora. Esto me hace bastante difícil de calificar y de ponerle una nota.

Si nos paramos a ver sólo la primera parte, la película es de 9. Es un fresco italiano de una época, precioso y realista. Si nos atenemos a la segunda parte, el carácter panfletario de la propuesta contrasta mucho con su reflexivo inicio y me costaría ponerle más de un 3 o un 4 (esa última hora de desenlace utópico me puede).

Nota filmaffinity: 8.3

sábado, 18 de febrero de 2012

Legión (Dan Abnett)


Título: Legión
Autor: Dan Abnett
Título original: Legion (Oh, que original!)


“Se avecina una Gran Guerra, un enfrentamiento que devorará al Imperio de la humanidad. Los marines espaciales de la Legión Alfa, la última y más hermética de toda la hermandad de los Adeptus Astartes, llegan a un mundo enemigo para apoyar al Ejército Imperial en su campaña de pacificación y en su lucha contra unas fuerzas enigmáticas y sobrenaturales. Pero ¿qué es lo que impulsa los actos de la Legión Alfa? ¿Se puede confiar en ellos? ¿Qué bando escogerán cuando empiece la Gran Guerra?”

Libro VII de la saga de la Herejía de Horus. Dentro de todo el “berenjenal” que comprende toda la Herejía de Horus, de la Legión Alfa apenas se sabe nada. Fue la última Legión Astarte en crearse y su primarca nunca llegó a conocer al Emperador en persona. No tomaron parte en ninguno de los acontecimientos importantes y en todas las crónicas aparecían siempre envueltos en misterios y enigmas. Lo único que se sabe de ellos es que eran expertos en operaciones encubiertas, evitando siempre el combatir en campo abierto.

A partir de estos datos, Abnett nos deleita con una historia repleta de secretos, conspiraciones, sombras y amenazas, dónde nada es lo que parece y se confunden bandos y aliados. Con una gran cantidad de giros, trampas y quiebros, el guión entrelaza conspiraciones dentro de conspiraciones que te mantienen confundido e interesado por la historia, con ganas de leer unas páginas más.

El punto de vista principal no es el de la legión Alfa, sino el de dos atamanes (o capitanes) de un ejército humano que están llevando a cabo una misión de pacificación en un planeta dominado por el Caos. En un primer momento, se hace patente que hay traidores infiltrados dentro de la cadena de mando del ejército. Cuando las cosas de ponen feas para la Guardia, los Marines de la Legión Alfa aparecen e intervienen, aunque sus intenciones no parecen del todo claras. ¿A favor de quién van a luchar estos recién llegados Marines? Por otro lado, los servicios de Inteligencia del ejército detectan que uno de sus espías parece estar jugando a un doble juego… ¿Su lealtad es para su ejército o la Legión? ¿o sirve a Señores mucho más oscuros? Página tras página podemos ver cómo las intrigas se desarrollan jugando con nuestras ideas y nuestras deducciones con la maestría que siempre despliega Abnett en estos casos.

Resulta inusual que el protagonismo no recaiga en los Marines, sino en uno de los ejércitos humanos que luchan a su alrededor. Los personajes principales son:

Hurtado Bronzi: un veterano capitán (atamán) de la Guardia. Es un gracioso carismático con cierta habilidad para salir siempre de cualquier apuro y progresar. Buscando siempre salvar la vida a sus soldados, se comporta como un Comediante que ha descubierto una broma mayor de lo que puede soportar y intenta hacer lo correcto, sin saber muy bien si existe una opción como tal.

Peto Sodeka: Otro capitán (atamán) de la Guardia. Gran amigo de Bronzi, acaba de padecer la destrucción de casi toda su unidad como “cebo”. Debido a ello, su suspicacia hacia cualquier orden extraña por parte de la cadena de mando ha crecido a niveles paranoicos. Donde había un hombre seguro y equilibrado no queda más que un amasijo de nervios que cree ver conspiraciones y amenazas veladas detrás de cada sombra, sin sospechar lo cerca que puede llegar a estar de la realidad.

John Grammaticus: El mejor espía de la Guardia. Sin embargo, esconde secretos mucho más oscuros, jugando a confundir para quién trabaja realmente. Soporta una pesada carga a sus espaldas, fruto del exceso de años de servicio, que le han llevado a perder a muchos amigos y conocidos. La misión en la que se haya envuelto es la de mayor dificultad de su vida, pues el propio Imperio está en juego y John duda de ser capaz de llevar a cabo su cometido.

Con su estilo ágil y vibrante, Abnett nos mantiene en vivo durante las 350 páginas del libro, en la que no nos deja ni un segundo de descanso. Esa continua tensión que consigue mantener en sus páginas, unida a la falta de piedad que suele mostrar hacia sus personajes nos deja durante páginas y páginas en vilo intentando entender que es lo que ocurre en cada momento y las repercusiones que se desprenden de cada acto que realizan los personajes. Si os gustan las novelas de espías, aquí hay agentes dobles, tramposos, espías y contraespías por todos lados.

No obstante, Abnett va directo al grano y no deja espacio para la descripción del mundo ni de la imaginería, insinuando casi todos los detalles, por lo que aquellos no familiarizados con la franquicia se verán algo perdidos. Éste es el mayor inconveniente del libro, ya que impide a los profanos disfrutar plenamente de este estupendo thriller de espías que no te deja respirar ni un segundo. Sin embargo, al estar en "un aparte" de la historia general, se puede apreciar sin tener muy en cuenta el resto de libros de la historia.

Nota: 8 (pero un poco reservado a los que conozcan el universo del Wh40k).

SPOILER: Considero que el final es deliberadamente ambiguo y abierto. Después de todo, la Legión Alfa no tuvo ninguna repercusión durante la Herejía, por lo que todo lo que derive del libro debe pasar inadvertido a ojos del "Universo". Ese final tan confuso y críptico, unido al carácter misterioso y poco comunicativo de la legión que se desprende durante toda la obra se juntan para crearuna conclusión acertadísima de la historia; una manera muy buena de “cerrar sin cerrar”. No obstante, entiendo que pueda haber a quién no le guste. 

martes, 14 de febrero de 2012

Guards! Guards! (Terry Pratchett)


Título: Guards! Guards!
Autor: Terry Pratchett

“Aquí es donde los dragones fueron. Ellos yacen… no muertos, no dormidos, pero… durmientes. Y aunque el espacio que ocupan no es como el espacio natural, están fuertemente empaquetados. Como si fuera una lata de sardinas, si es que puedes concebir que las sardinas puedan ser enormes y terroríficas. Y seguro que en algún lado está la llave…”


El libro es la VIII novela del Mundodisco y la primera dedicada a la saga de la Guardia de la Ciudad. En un primer momento conocemos a los diferentes personajes de la Guardia nocturna, los cuales malviven sin un propósito claro ya que el Clan de Ladrones y el Clan de Asesinos se ocupan de autogestionarse y de mantener la cantidad de crímenes bajo control. La aparición de un grupúsculo de ocultistas disidentes que buscan invocar a un Dragón para restaurar la monarquía tendrá consecuencias catastróficas para la caótica tranquilidad de la ciudad. El Capitán Sam Vimes se verá obligado a tomar cartas en el asunto personalmente. Nadie puede prender fuego a su ciudad, ni siquiera un Dragón. Sólo ÉL puede hacerlo.

El libro contiene todos los giros y chistes delirantes típicos de la factoría Pratchett, con una trama desternillante y una serie de momentos totalmente descacharrantes mientras deja caer alguna pincelada sobre la idealidad de cada tipo de forma de gobierno. Simplemente delicioso. Además, en este libro, Pratchett no cae en el que quizás sea uno de sus mayores errores, que es perderse en sus chistes absurdos haciendo gag tras gag mientras que la trama pierde sentido. En Guards! Guards! esto no ocurre. La trama se mantiene coherentemente y se desliza muy bien bajo un torrente de momentos desternillantes (este hecho se mantiene en toda la saga de la Guardia de la Ciudad, siendo para mí la mejor saga del Mundodisco).

Realmente, Pratchett apenas dedica unos momentos a presentarte a sus personajes, pero en apenas unas líneas, consigue dibujarte con mucha claridad a unos seres entrañables y carismáticos.

Sam Vimes: Capitán de la Guardia. En un primer momento es un borracho que no le encuentra el sentido a la vida. La aparición del dragón y la ruptura del orden establecido provoca que se vea obligado a tomar cartas en el asunto: ahora tiene un objetivo. Serio y taciturno, siempre tiene preparada una frase lapidaria para cada momento y desprecia cualquier autoridad por encima de la LEY. Es un hombre de la calle que adora resolver las cosas él mismo. No soporta que le traten como a un militar y se afana en diferenciar la función de un guardia con la de un soldado. Todo ello, sumado a su brutal sinceridad, a su humor incisivo y a su actitud defensora de enanos, trolls y no muertos pone muy nerviosa a la clase alta de la ciudad.

Sub-teniente Zanahoria: Es un humano hijo adoptivo de un clan de Reyes Enanos. Criado en las minas bajo los férreos estandartes de la educación enanil, su exageradamente optimista y enérgica forma de ver el mundo desconcierta a todos, pero al mismo tiempo consigue convencer a quién esté a su alrededor para esforzarse por mejorar y comportarse bien. Sus dos metros de altura de puro músculo también contribuyen a ello. Su nula capacidad para captar el sarcasmo y entender cualquier tipo de metáfora es una gran fuente de problemas y malentendidos.

Dragón: Es un dragón milenario, orgulloso y levemente malvado. No es cruel porque sí, simplemente tiene una tradición que mantener: debe dormir en lechos de oro (aunque sean incómodos), devorar mujeres vírgenes (aunque prefiere a los gordos) y todo el mundo debe temerle (porque para algo es un dragón). Está bastante malhumorado por que le han sacado del lugar donde reposaba tranquilamente y la ciudad de Ankh-Morpock será el objeto de su ira.

El libro mezcla momentos delirantes (la reunión de la cábala recuerda a los mejores momentos del Frente Judaico Popular) con otros de acción al estilo Pratchett (divertidamente exagerada, con sus buenas dosis de animaladas con estilo), manteniendo una trama coherente sobre la que articularse.

Lo he leído en lengua original, intentando captar (seguro que me he perdido muchos) la enorme cantidad de juegos lingüísticos que hay el los libros de Pratchett. En mi opinión el esfuerzo vale la pena, pues permite apreciar mucho más al autor. -Me estoy soltando con los libros en inglés :)-.

Desternillantemente divertida.

Nota: 8

domingo, 12 de febrero de 2012

El color Púrpura


He aquí el primer intento de Spielberg de hacer una película “seria”. He aquí una de las películas malditas de los Oscar. He aquí El color Púrpura.


La vida no es fácil para una mujer del sur de EEUU a principios del siglo XX. Menos aún si además eres negra, tu padre abusa de ti (y te embaraza dos veces) y luego además te vende en matrimonio a un hombre autoritario que está enamorado de tu hermana. Celie parece haber nacido para conocer el lado duro de la vida. Humillada, ultrajada y con una autoestima anulada desde la infancia, Celie comparte sus penas únicamente con Dios, manteniéndose firme gracias a una fortaleza inquebrantable. Con un tono casi cercano al documental, la película nos muestra todas las vicisitudes que pueblan la vida de Celie, desde que es apenas una chiquilla hasta ya cercana la vejez. Celie no solo sufre con su marido si no que es testigo de las injusticias que sufren sus amigas “Shug”Avery, una “pecadora” cantante de jazz que parece vivir una vida feliz debido a su éxito, aunque paga un gran precio por ello; y Sofía, una mujer con mucho carácter que no está dispuesta a dejarse pisar por nada ni por nadie.

Este drama de pañuelo cuenta una historia necesaria, que denuncia la situación de las mujeres en la sociedad del siglo XX, mostrando las desgracias que caen sobre tres mujeres de muy diferente carácter, sólo por el hecho de ser mujeres. La película Precious puede considerarse una versión actual de la misma historia (siendo bastante admirables las dos).

ACTORES: Spielberg sabe ser un gran director de actores y aquí se encuentra a tres actores en estado de gracia, que hacen probablemente las mejores actuaciones de sus vidas. Whoppi Goldberg, a la que nunca se le ha considerado una gran actriz, compone a una magnífica Celie, creíble en su humillación y en su personalidad anulada. Danny Glover, apenas conocido por otra cosa que sus papeles en Arma letal, nos muestra un retrato del típico hombre de principios del XX. Pusilánime y tímido, es un total don nadie que se muestra superior y dominante sobre el único ser que considera que “le pertenece”, la pobre Celie. Finalmente, la conocida Oprah Winfrey interpreta a la perfección a una mujer “moderna”, consciente de que no puede dejarse pisar por el propio hecho de ser mujer, pero incapaz de saber cuando esa valentía se torna inconsciencia.

DIRECTOR: Anteriormente ya había revolucionado la manera de hacer cine de entretenimiento (Tiburón, Encuentros en la tercera fase, Indiana Jones), pero de Spielberg nadie se esperaba que fuera a rodar un dramón de pañuelo con fuertes cargas de denuncia social. La película combina momentos realmente magníficos con otros de una carga sensiblera excesiva, mostrándose irregular. Además, al estar rodada de una manera tan fría, buscando profundizar en el realismo de las escenas, no se consigue (especialmente al inicio) empatizar demasiado con el personaje principal. La historia es algo lenta y pesada, pero está rodada con mucha seriedad y corrección. Spielberg maneja a unos actores en estado de gracia y consigue sacar algunos momentos de los que parten el alma y denuncian unos hechos que siguen teniendo plena vigencia. Toda la puesta en escena está muy trabajada y se plasma fantásticamente la crónica de una época y una forma de vida. Tanto la fotografía, como la música como el vestuario están muy bien realizados, realzando la valía de la misma.

GUIÓN: Si la película adolece de algo, es de un ritmo muy cansino. Todas las escenas son calmadas y lentas, para dar tiempo a que cada idea se asiente y deje poso, mientras que uno se puede recrear en lo correcto del encuadre y el color. Ello permite algunas escenas magníficas pero en otros momentos se puede volver algo pesado. No obstante, la historia es vibrante y te mantiene pegado al asiento si eres capaz de soportar el bajo ritmo de la misma. Por otro lado, las dos subtramas se encuentran perfectamente entrelazadas con la historia principal y le añaden profundidad y trascendencia a la historia. Como siempre, el happy ending obligatorio de Spielberg no puede faltar, aunque en este caso quede algo más forzado de la cuenta (la última escena es algo horrenda, pero qué se le va a hacer).

Quizás no es la mejor película de Spielberg, pero es su primer acercamiento a una temática seria (son mucho mejores Salvar al Soldado Ryan y La lista de Schindler). Teniendo en cuenta que se trata de un dramón de pañuelo que puede no gustar a todo el mundo, contiene escenas magistrales y momentos perfectamente disfrutables.

Es una cruda historia sobre la vejación, el "uso esclavizante" de la mujer, el maltrato y el abuso físico, la discriminación, la soledad y la separación de los seres queridos, pero por encima de todo es un relato de supervivencia en una sociedad raciste e hipócrita, un relato sobre el triunfo del amor y de la sangre a través de una conducta perseverante que no baja los brazos.  Es un film que celebra el hecho de poder seguir estando vivo, de mantener presente los lazos de sangre aunque sean distantes, de revelar al mundo una parte de la historia afro-americana que es desconocida por muchos. Es un film que habla sobre personas, sobre el amor, la comprensión y el crecimiento personal a pesar de las dificultades, sobre las crisis emocionales, el papel de la mujer en la vida y la “superioridad” del hombre sobre ella.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.4

Se llevó 11 nominaciones al Oscar (Película, director, actor, actriz, actriz secundaria, guión, vestuario, fotografía, banda sonora, canción, dirección artística y maquillaje), vamos, todo. Sin embargo, no se llevó nada, aunque esa avalancha de nominaciones indica que la película está bien hecha. Ese año triunfó Memorias de Africa, que tampoco es que sea muy superior.

sábado, 11 de febrero de 2012

El nombre del viento (Patrick Rothfuss)

Título: El nombre del viento
Autor: Patrick Rothfuss
Título original: The name of the wind


"He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí."

Quizás asustado por los pobres resultados de la última saga de fantasía best-seller que había leído (Erangon y continuaciones). Cogí este libro con ciertos reparos, a pesar de que me habían dado buenas referencias.

La historia empieza en un pueblo en ningún lugar. Nos enteramos de que el posadero fue antaño un gran héroe que decidió esconderse del mundo y que, ahora, decide contar su historia. ¿Cómo consiguió ser el héroe que fue? ¿Por qué decidió huir de todo y esconderse? Intrigados por sus misterios, empezamos a leer el libro…

Sin embargo, en vez de empezar una narración épica, nos encontramos con una crónica de la infancia de Kvothe. No responde ninguna de las dudas planteadas en el inicio del libro y simplemente nos cuenta su vida desde que es niño, criándose con su familia de feriantes hasta que entra en la universidad y supera los primeros cursos. La historia en sí es de lo más insulsa y no parece tener nada que llame la atención -las vicisitudes de un niño prodigio metomentodo-, sin embargo, el desarrollo de la misma es más que correcto. El ritmo de la narración es bestial, increíblemente fluído. No puedes parar de leer a no ser que tengas una voluntad férrea o que te quedes dormido después de una sesión maratoniana de lectura. Nada que no hayas podido leer en muchas otras novelas, pero Rothfuss ha sabido darle un toque tan personal que parece totalmente original.

En ningún momento te cuenta grandes historias ni mantiene una estructura compleja. Se podría describir más bien por una sucesión de pequeñas anécdotas que no ocupan más de tres o cuatro páginas, agrupadas por criterio cronológico. Esta manera de agrupar la historia a base de anécdotas invita a seguir leyendo unas poquitas páginas más a cada vez y, aunque la historia no avance apenas, le da un aire de frescura muy efectivo. Además, la manera que tiene Kvothe de contarte la historia pica a esas ganas de todo ser humano de saber los pensamientos más íntimos de alguien (que de hecho te los está contando), por lo que vicia aún un poco más.

Además, encontramos muchos detalles muy bien cuidados, Rothfuss crea un universo muy complejo y coherente, en el que las acciones tienen su porqué y sus consecuencias lógicas. Por si fuera poco, el autor se entretiene en multitud de detallitos (cogió esto o lo otro…) con mucha gracia ya que luego esas cosas tienen utilidad en un futuro (lo tenía en el bolsillo y lo usó, mostrando el atino al acordarse de recogerlo).

El personaje principal es el propio Kvothe. El resto de personajes está muy pobremente desarrollado, pero como la historia es contada desde el punto de vista exclusivo de Kvothe, sólo vemos lo que el capta o entiende del resto de personajes. Esto puede llegar a justificar mínimamente esa pobre caracterización.

Kvothe es joven, impulsivo y orgulloso. Analiza cada situación en la que se encuentra y toma decisiones instantáneas para arreglar los problemas en los que se encuentra, optando siempre por la solución más directa y fácil, sin importar en demasía las consecuencias que puedan acarrear sus acciones. A pesar de ser “el bueno”, muestra una gran indiferencia hacia las normas, saltándoselas cuando le conviene, ya que a él, que es el mejor, el más inteligente, guapo y molón, no se le deben aplicar (y lo hace sin ser pedante el jodío).

El otro personaje bien caracterizado es la misteriosa Denna, el amor de nuestro Kvothe. Seductora y bella, es un imán para los hombres, a los que seduce y abandona continuamente, no por maldad o diversión, sino por que es su naturaleza. El autor consigue dotarle de una personalidad voluble y veleidosa, cambiante como el viento, pero al mismo tiempo carismática y misteriosa.

El autor bebe mucho de los grandes y se aprecian muchas influencias Tolkenianas en las amplias descripciones que encontramos. Kvothe nos cuenta cualas son las peculiaridades de cada bar, clase, ley o costumbre de cada sitio que visita. Normalmente no aportan nada a la historia, pero el autor se esfuerza en respetar lo ya descrito sobre cada sitio, lo cual le añade mucha verosimilitud a la narración.

Además, se aprecia el hecho de que el autor seguro toca algún instrumento musical, viendo la pasión con la que describe las abundantes canciones que encontramos en el libro.

Informándome sobre Rothfuss descubro que es un autor muy joven (apenas 30 años), que normalmente es profesor en un instituto y escribió el libro en su tiempo libre. Vicioso de los juegos de rol, literatura fantástica y demás vicios saludables (es un friki con todas las letras), ha cumplido el sueño de muchos de escribir un libro (y con éxito además!).

Yo creo que el éxito de esta novela es que ha sabido reducir las dosis de fantasía al mínimo; lo suficiente para que cualquier aficionado al género se sienta satisfecho, pero permitiendo que las personas que normalmente no leen este tipo de literatura se sientan cómodas leyendo el libro. Además, el hecho de que el universo creado sea una fantasía más evolucionada de lo habitual (de época victoriana más que artúrica), hace que gane frescura y invite a devorar páginas, aunque en sí la historia no es que sea gran cosa.

Sin ser un libro magnífico, el mundo fantástico creado por Rothfuss es perfectamente creíble, apto para fanáticos y detractores del género. Declaro que he disfrutado devorando este libro y quedo a la espera de ver si la segunda parte mantiene el listón o se convierte en otro Eragon.

Nota: 7