jueves, 29 de diciembre de 2011

La apuesta perfecta


No siempre se acierta con las películas a ver, éste es uno de estos casos.


El cartel es sugerente ¿a que sí? Parece un thriller de estos en los que hay una historia confusa en la que todo está engarzado, todos son culpables y es necesario empezar a hacer cábalas para desmarañar el tejido que nos presentan. Pues nada de eso.

La película nos cuenta tres historias entrelazadas que tienen el juego (como vicio) en común. Una reputada novelista es ludópata, con las consecuencias que esto tiene para su trabajo y su vida. El hermano de una estrella del basket universitario debe demasiado dinero por culpa de las apuestas y intenta obligar a su hermano a amañar partidos, poniendo en peligro su carrera. Finalmente, los dueños de una casa de apuestas debaten sobre la ambición y el dinero que van a ganar timando a los pobres apostadores.

El inicio es prometedor, una acertada primera escena nos pone en situación para lo que parece un thriller en torno al juego. Sin embargo, el desarrollo es puramente de telefilm, ocupado en mostrarnos vidas rotas en torno al juego sin control. Las tres tramas apenas logran entrelazarse más que por un punto tangencial -pasan en el mismo sitio-, funcionando como historias independientes que se van intercambiando en pantalla. En ningún momento se logra empatizar con los personajes, la trama es muy plana y estúpida y no ayuda a captar la atención. Además, la moralina que desprende durante todo el rato “el juego es malo, nunca apuestes, a menos que hagas trampa” no es de lo más inspirado que uno se pueda encontrar.

ACTORES: A pesar de contar con un buen elenco de actores y mostrarse como una película coral, la película desaprovecha el talento que tiene entre manos. Grammer, Whitaker y deVito están muy descolocados, sin saber muy bien que hacer. Sólo Basinger tiene la suerte de gozar con algo parecido a un personaje coherente.

DIRECTOR: Mark Rydell es todo un veterano director de telefilms baratos al que, de vez en cuando, se le da la oportunidad de dirigir películas de más calibre. No obstante, la película naufraga en todos los aspectos y no consigue tener un mínimo de coherencia para mantener el sentido. A pesar de que había mimbres para hacer una película decente (un thriller de oficio, que dirían), no se aprovecha de ninguna manera. No hay ninguna escena aprovechable -aparte de la inicial- ni ningún sentido del ritmo, sorprende además una estética tan “cutre” en una película que se vende como “la película de apuestas definitiva”. Se supone que, viendo a los actores, dinero hay. ¿Cómo te lo gastas tan mal y haces escenas tan cutres todo rato? Las peleas, los partidos, el desenlace…

GUIÓN: A ver que tenemos… Personajes apenas perfilados, tres historias muy vistas y superficiales que no llegan ni a drama ni a thriller en las que esperamos ese giro argumental que no llega o no sabe llegar. El ritmo brilla por su ausencia y las incoherencias y los giros “molones” sin sentido abundan lo largo del metraje. No es que haya mucho hilo que cortar.

En resumen, a pesar de tener todas las mimbres necesarias para realizar una película decente, han hecho una película (para el cine) de las que cualquier persona con un mínimo sentido del gusto escapa al ver en la tele.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.1

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