miércoles, 30 de noviembre de 2011

Asesinos de élite


Los fans del cine de acción sin sentido han pasado muchos años disfrutando de las andanzas de Van Damme, Seagal, Norris… Pero la edad hace mella y algunos de ellos ya no están para muchos trotes. Era obvio que, con el tiempo, iba a aparecer algún sustituto para coger el testigo y hacer películas de acción sin más sentido que el de pegar unos buenos sopapos y una ensalada de tiros. Pues bien amigos, el sustituto ha llegado. Estamos hablando de Jason Statham.



En este caso, la excusa radica en que Statham es el mejor asesino a sueldo del mundo, pero se ha retirado para disfrutar de la vida (y de su rubia). Lamentablemente para los malos, debe volver a actuar para salvar a su antiguo compañero. Para ello deberá matar a tres miembros de las fuerzas de élite de las SAS mientras que un “agente contraterrorista” lo persigue.

Sí, el argumento es peregrino y previsible, pero bueno, estamos hablando de un mata-mata sin sentido en toda regla. No se necesitan más motivos para ponerse a disparar.

ACTORES: En la portada vemos a dos actores de relumbrón -deNiro y Owen- que nos invitan a pensar que la película pueda a valer la pena. Sin embargo, el film no intenta en ningún momento sacar partido de ello. Es una película realizada y dedicada para el lucimiento de Statham, en la que tiene todo el protagonismo y en la que nos deleita con su gran arsenal de caras y gestos: Statham serio, Statham enfadado, Statham repartiendo leña, Statham disparando, Statham matando… -Si no eres capaz de distinguirlos, mal vas-. A su alrededor, un Owen y un deNiro que no se sabe muy bien que hacen alrededor -aparte de servir de reclamos para el público-, un par de secuaces prescindibles y un montón de secundarios que no tienen otra cosa que hacer que saber morir en pantalla.

DIRECTOR: McKendry debuta con este engendro de película, haciendo lo que quizás es más fácil. Buscar la mejor pose posible para un tío que se dedica a repartir estopa durante toda la película. El guión tiene un buen número de incoherencias, las escenas de no-acción no tienen demasiado sentido y la dirección es bastante torpe. Hay bastantes escenas totalmente innecesarias y otras excesivamente adornadas. Todo ello provoca que la película haga huir rápidamente a todo aquel que no sea fan acérrimo de los mamporros. Las escenas de acción son correctas aunque algo escasas en número y las persecuciones no acaban de estar logradas, siendo demasiado cortas y faltas de emoción, pero hay que reconocer que ambas cumplen para entretener. Destacaría la pelea encima de la silla, muy lograda y emocionante-y fantasma-.

GUIÓN: La película es un pequeño compendio de los clichés típicos de estas películas: protagonistas envueltos en una trama dentro de una trama que no se explica ni tiene sentido -ni importa-, una novia inocente y angelical que, por supuesto, no sabe a que se dedica su hercúleo y esquivo novio, amistad y lealtad para con sus amigos e indiferencia total para matar al resto del mundo.
Es curioso como intenta añadir una pizca de sal a la mezcla añadiendo unos cuantos elementos de cine de espías a una película de mamporro limpio, pero la gran cantidad de incoherencias y agujeros en el guión hace que se quede en un “quiero y no puedo” entre los dos géneros. Éste es el mayor error del film, pues la divergencia de ritmos entre los dos formatos provoca irregularidades insalvables y hace que sea peor que muchas películas del género.

Entre las iluminaciones, destacaría:

-Una historia de amor metida con calzador (aunque la rubia tampoco está nada mal en su escaso papelito...)
- Las peleas entre Owen y Statham que no se las cree ni un niño de 3 años, a veces con un par de golpes dejan inconsciente a un hombre y otras veces golpes y lesiones que dejarían KO a cualquier ser humano al momento, no tienen ningún efecto.
-Escenas como las de la mujer que ve a Statham agarrado colgando del vacio, y él la amenaza con una pistola para que no grite, y la mujer grita... o es retrasada o estaba deseando que la mataran. 
-Nuestro protagonista, después de pasar bastantes minutos a puñetazo limpio, con lanzamiento de objetos de todo tipo, es atado a una silla donde le siguen golpeando, él sigue peleando en la silla, y a continuación salta por una ventana (atado a la silla) desde una considerable altura para caer sobre el techo de un camión y salir de todo esto sin apenas un rasguño y sin despeinarse. Igual no eran asesinos de elite, ¡sino de goma!. 

Aunque el intento de mezclar géneros no acaba de quedar bien, el resultado es una película mala, pero relativamente entretenidilla, con las acertadas dosis de adrenalina para hacer disfrutar a los habitualmente poco exigentes aficionados del género, en la que Statham hace gala de todas sus artes para postularse como acertado sustituto de Van Damme o Seagal en el pedestal de maestro del cine de acción sin sustancia. 

No digo que me haya aburrido, sino que la película es lo que es. Es de estas en las que empiezan a volar ostias y a los malos se les pone cara de aeropuerto.

Nota: 2
Nota filmaffiniy: 5.2

lunes, 28 de noviembre de 2011

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio


Se habían realizado muchas adaptaciones de la vida del reportero más famoso de Bélgica, incluyendo unos cuantos horrores de películas y una más que aceptable serie de dibujos. Sin embargo, ninguna adaptación hacía justicia al dibujo tan particular de Hergé, los actores no llegaban a adaptar (como mucho a caricaturizar) a los personajes y las versiones en dibujos quedaban relativamente pobres para los tiempos actuales.

Tuvo que llegar Peter Jackson, que, buscando un nuevo vehículo para lucir la técnica inventada por su productora para realizar a Gollum, se fijó en el intrépido reportero. Adaptar el cómic en la mezcla de imagen real-animación que consigue hacer Jackson podía ser justo lo que necesitaba Tintín para saltar a la gran pantalla con estilo. Sin embargo, cuando empezó a trabajar en el proyecto se encontró que los derechos de adaptación al cine pertenecían a Spielberg, que quizás no estuviera muy por la labor de facilitar la tarea. Por suerte para todos, nada más lejos de la realidad, Spielberg se mostró entusiasmado por el tema y participó activamente en la adaptación, llegando incluso a dirigir el montaje final de la misma. No obstante, después del último intento de cine de aventuras que había sido Indiana Jones 4, se podía temer que Spielberg o Jackson no estuvieran a la altura.

Y vaya si este par de genios han hecho un buen trabajo! Con una excelente fotografía, llena de una gama de colores y tonos perfecta, el filme adecua con maestría su poderío visual con un guión bien construido, con intriga y suspense y secuencias de acción completamente adrenalíticas y que beben, con gusto, no sólo de los cómics sino de la trilogía original de "Indiana Jones" del propio Spielberg. Tanto es, que se podría cambiar la profesión del protagonista, añadirle un látigo y no se notaría mucho la diferencia.

Después de unos adorables (para cualquier tintinólogo) títulos de crédito, las viñetas del cómic se empiezan a mover y te empiezan a contar la historia. Como adaptación, la cantidad de detalles para el fan es abrumadora (sí, el apartado técnico es una maravilla, pero es que además se usa con un fin artístico), la aventura es interesante y no deja momento para el reposo. Escenas como la huida de Bagghar, con un plano secuencia que quita el hipo y una batalla naval de estilo Piratas del Caribe en plena historia de Tintín son perfectas muestras de lo que es capaz de hacer Spielberg, que por algo es uno de los grandes.
Teniendo en cuenta que estás “leyendo” un cómic, con todos los defectos y licencias que ello conlleva, la historia está bien desarrollada y nos sumerge en una montaña rusa con una calidad técnica espectacular, habiendo sido la captura de movimiento la mejor elección posible. La mezcla entre animación por ordenador y acción real le sienta de auténtico lujo. Los personajes tienen unos unos rasgos caricaturescos, inconfundibles, calcados a los del cómic, cuyas las localizaciones están realmente bien realizadas. Un gran trabajo de Weta Digital. No obstante, esto no sería nada sin los actores debajo de ese maquillaje digital. Todos cumplen bien su función, pero el que se lleva la palma es Andy Serkis, que interpreta al Capitán Haddock. Es, sin duda, el mejor personaje de toda la película gracias a su expresiva interpretación (ya nos estamos acostumbrando a que, detrás de cada gran personaje digital, este hombre esté detrás) y a la estrambótica personalidad del personaje. Además, como la película es una sucesión de escenas de acción perfectamente coreografiadas, se convierte un no-parar espectacular y divertido, moderno pero con un punto añejo al más puro estilo de las buenas películas de nuestro arqueólogo favorito.

La animación en 3D está muy bien conseguida, con una sensación de volumen bien realizada, especialmente dentro del Karaboudjan, donde por momentos parece que estés viendo todo desde uno de los pasillos. A pesar de algunas escenas obvias y gratuitas para aprovechar el efecto (esos bastones que salen por que sí), hay escenas donde el juego con el 3D se consigue muy bien (la pelea en el Unicornio, con el reguero de pólvora, o la huída del pueblo marroquí), lo cual, unido a la espectacularidad intrínseca de las imágenes, compone un espectáculo fabuloso. Sin embargo, recomendaría su visionado en 2D, ya que está rodado en un ultra-HD (no sé a que animalada de resolución debe estar rodado, pero sobrepasa, y mucho, el HD) que permite distinguir cada mota de polvo y cada pelo o poro del cuerpo de los actores (que si, que es animación, pero se ven!). Este brutalidad de definición se pierde en el 3D, aunque es igualmente espectacular.

En cuanto a fallos, se le puede achacar que se haga un poco larga, no tanto por alargar la historia sino que algunas escenas podrían haberse hecho algo más cortas, consiguiendo una duración menor de la misma. Asimismo, la música no acaba de estar a la altura pese a ser de John Williams y le echo en falta un tema estilo Indy o Superman, icónico de los momentos estrella de la película. Además, la introducción de la Castafiore… quizás un poco demasiado calzador allí, ¿no?

En resumen: es una entretenida película de aventuras con el extra de la emoción de ver al gran Tintín en movimiento, con un aspecto humano casi inmejorable. Visualmente hermosa, con momentos en los que se podía ver que el jersey de lana de Haddock tenía bolillas, bolillas! Da exactamente lo que promete: Diversión (que no es poco).

Por cierto, el retratista que hace el cuadro de Tintín al inicio, es Hergé.

Nota: 7
Notafilmaffinity: 7.2

Este año va a estar durísimo el Oscar de animación ¿Cars 2? ¿Tintín? Difícil elección (asi da gusto).

domingo, 27 de noviembre de 2011

Alicia en el País de las Maravillas


La verdad es que en principio la película pinta bien. Con motivo de la recién re-inventada 3D en el cine, Disney encargó a Burton que hiciera su recreación de Alicia en el País de las Maravillas. Vía libre para su imaginación, con la condición de que abusara de lo que podía hacer el 3D. Todos sabemos de lo que es capaz Burton, así que podía salir algo MUY bonito.

La historia tiene lugar muchos años después de la Alicia original de Carroll. Alicia tiene veinte años y quieren obligarla casarse por  conveniencia. Mientras huye de la ceremonia de pedida, encuentra la puerta de entrada al País de las Maravillas, dónde están esperándola, pues su regreso está pronosticado para el día Gloricioso. Sin embargo, Alicia no recuerda haber estado allí, cree que todo fue un mal sueño y debe redescubrir todos los secretos del País de las Maravillas para poder derrocar a la Reina Roja, que ha establecido un imperio de Terror.

Al alejarse de la historia original Burton ha buscado evitar comparaciones con la obra original y así tener más carta blanca a la hora de crear escenas. Sin embargo, no consigue escapar de las comparaciones, que siguen haciéndose.

ACTORES: Quizás debido a lo histriónico y alocado de sus papeles, o de la falta de fuerza de muchos diálogos, pero la mayoría del elenco se encuentra relativamente descolocado en su actuación, especialmente Wasikowska (Alicia), demasiado sosa en su papel. Depp, en cambio, se encuentra como pez en el agua con su papel y compone un sombrerero notable.

DIRECTOR: Burton ha destacado siempre por su portentosa imaginación y por ser capaz de plasmar con una brillantez espectacular unos mundos visualmente poderosos, coloridos e inigualables. Ahora tiene el encargo de lucirse, hacer un País de las Maravillas único y que aproveche el 3D. Pues eso hace. En ese sentido, la película es espectacular, hay multitud de escenas que quitan el hipo, como el primer ataque del Magnapresa, la llegada al Castillo de la Reina Roja, la Ejecución del Sombrerero o el momento inicial de la Lucha en el Ajedrez. Alicia es una experiencia visual espectacular,  el mundo creado por Burton y sus colaboradores es riquísimo, detallado, mágico. Cada elemento está puesto en pantalla con una razón de ser, cada personaje está diseñado con gusto, el vestuario es perfecto. Incluso los efectos 3D, aún siendo "falsos 3D", son brillantes. Sin embargo, el resto de aspectos quedan para el olvido cuando lo que no importa es el poderío visual. Se ha centrado tanto en hacer que todo sea precioso que la obra resultante es floja y desmadejada. No ha sabido transmitir a los actores como tienen que comportarse y la trama aburre. Además, tanto el prólogo como el epílogo, ya fuera del País de las Maravillas, acaba dando un poco de vergüenza ajena.

GUIÓN: Con un Burton centrado en que todo quede bonito y espectacular, no quedaba mucho espacio para desarrollar un buen guión. La historia es una mera excusa para viajar al País de las Maravillas que intenta crear una trama de aventuras, pero cuya epicidad deja a las “Crónicas de Narnia” como el epítome de la trascendencia heroica al cuadrado. Aunque hay algunas escenas espectaculares y diversos diálogos delirantes y deliciosos (a cargo casi todos del Sombrerero), éstos se encuentran rodeados de escenas con poco sentido y menos gracia, haciendo que la película sea tremendamente irregular.

Mi impresión es que Burton quería quedarse a gusto, tenía unas cuantas escenas en mente para deslumbrar y se esforzó para que impactaran. Luego, le añadió algo parecido a una historia para que el conjunto pareciera una película y ya. Es un film de “momentos”. Sí, hay escenas magistrales, de una belleza que sólo Burton es capaz de crear. Pero esos momentos magníficos e hipnóticos están rodeados de dialogos ñoños y escenas aburridas. Aprovechando que debía abusar del 3D y los efectos digitales (con los que se queda a gusto), se olvida que una buena película debe tener un buen guión.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.1

Se llevó con todo merecimiento Oscar a Dirección Artística y al Vestuario, quedando nominado a los Efectos digitales. En ese apartado, la película es impresionante. Lástima que Burton no se molestara en añadirle una historia.

SPOILER: Tanto la lucha con el Galimatazo como el épílogo son grotescos. ¿Es que Burton ya se había hartado de la película?

jueves, 24 de noviembre de 2011

Munich


La calma de los Juegos Olímpicos de Munich’72 se rompió cuando un grupo de palestinos irrumpió en la villa olímpica y secuestró a once atletas del equipo israelí. Cuando las autoridades alemanas realizan un intento de rescate, mueren todos. En respuesta a estos actos, el servicio secreto israelí decide enviar a un comando secreto que debe ejecutar a los once responsables del secuestro. Una vez empezada la misión, vamos siguiendo todos y cada uno de los pasos de los asesinos para llevar a cabo su sangrienta misión. Lo que en un principio es una misión casi sagrada, pronto se convierte en una cacería en la que los fines se empiezan a confundir, mientras los agentes empiezan a dudar de lo adecuado de su venganza.

Spielberg se aleja de su edulcorado estilo para ofrecernos una película oscura y violenta. Nos encontramos con un thriller duro y contundente que empieza con mucha fuerza recreando el secuestro de Munich con todo detalle. Posteriormente, al empezar la misión, se torna una película ciertamente lúgubre y atormentada. Los asesinos empiezan a tener remordimientos de conciencia y empiezan a dudar de que su camino sea el correcto. Sin embargo, han llegado a una situación en que no pueden dejar las cosas sin más, deben acabar el trabajo, aunque ello les destruya por completo. Ahí reside la gracia de la película, pues hay un gran trabajo de estructuración dramática para plantear un dilema moral sobre el círculo vicioso que conlleva la violencia y la sed de venganza.

ACTORES: A pesar de que Eric Bana ya había sido un convincente héroe en Troya, no es un actor al que pueda ver en un papel de asesino, tiene demasiada cara de boy scout como para hacer de agente implacable. Quizás esta sensación provoque cierta extrañeza en el inicio de la película, en el que le veo demasiado encartonado. Sin embargo, a medida que su humanidad se va destruyendo y se va desquiciando, compone un papel mucho más convincente y efectivo. Daniel Craig es el más sanguinario del grupo y, será por haberlo visto como Bond, me parece mucho más efectivo y contundente. Destacaría el papel de Geoffrey Rush, que a pesar de ser un secundario, sabe ser tan desapasionadamente desalmado como su personaje le pide, poniendo los pelos de punta en algunos momentos. A grandes rasgos, todos cumplen con su papel con suficiencia. La mayoría no tiene papeles fáciles y no desentonan en absoluto.

DIRECTOR: El Rey Midas de Hollywood decide pasar de su mercantilismo habitual y se desmarca con un thriller con claros tintes políticos. Se sumerge en un tema bastante peligroso y consigue realizar una película con una solidez narrativa más que notable, en la que, sin olvidarse de la trama en ningún momento, deja clara cual es su posición sobre la espiral de violencia del conflicto judio-palestino. El trabajo de fotografía es notable y la composición de escenas es magnífica durante toda la película: el atentado del telefono, el piso franco en Grecia, el dormir en el armario, el detenerse en un escaparate suspirando por una vida perdida… escenas que son toda una declaración de principios, que recuerdan que estamos viendo el trabajo de uno de los grandes. Técnicamente es impecable, está explicado con todo detalle y sin asomo de la sensiblería típica del autor. Spielberg ha rodado este filme sobre la barbarie con una contención excepcional y un pulso narrativo que alcanza a lo largo de las dos horas y media que dura la proyección cotas casi documentales. Lejos de efectismos, que podría tenerlos y muchos, “Munich” es una crónica pausada y oscura donde la violencia está filmada a raudales, de una manera realista y conmovedora. Spielberg ha decidido ser objetivo por esta vez y no se implica en la historia, dejando hablar y moverse a los personajes con total libertad.
Además, el ritmo es exageradamente pausado y reposado, para que tengas tiempo de captar las ideas que Spielberg ha dejado caer, se posen y puedas pensar sobre ello mientras transcurre la siguiente escena. Sin embargo, esta lentitud que al inicio se agradece, se torna muy exasperante en el tramo final de la película, en el que todas las acciones se desencadenan sin que se gane en agilidad, continuando igual de impersonal y reposada, haciéndose agónicamente pesada en su desenlace.

GUIÓN: El guión es realmente magnífico en sus primeras dos terceras partes. El esquema inicial es perfecto, el desarrollo ético por el cual los israelíes toman la decisión de vengarse hasta las últimas consecuencias está suficientemente argumentado y sopesado. Las coreografías de los atentados, que deben ser lo más limpios posibles -al principio- están muy trabajadas y pensadas. Y sobretodo, ese trasfondo moral que supura por toda la película. Cuando Israel decide emprender la senda de la venganza, empieza la cacería. Se identifican once objetivos que deben ser eliminados y se asigna a un grupo de agentes para ello. Ninguno de ellos es realmente un soldado, no han matado, pero no dudan en cumplir su deber. Están obligados a convertirse en asesinos por amor a su patria. Spielberg recrea con su precisión y minuciosidad habituales unos momentos en los que el mundo se detuvo y provocó una serie de carnicerías surgidos del odio exacerbado entre israelíes y palestinos. Pero, por encima de todo, sobrevuela la idea de haber convertido a hombres corrientes en criminales, aprendiendo el arte de matar. Tienen miedo, vacilan al disparar, al activar el control remoto, sienten compasión, pero deben eliminarla antes de apretar el botón. Y se hunden mientras la ruina moral, el desgaste por la tensión, el deterioro psíquico y los remordimientos los van consumiendo. Porque la misión es mucho más dura de lo que habían previsto, y cada vez que eliminan a algún cargo, aparece alguien aún peor al que también deben eliminar mientras que ellos empiezan a estar en el punto de mira.
Durante sus dos primeras terceras partes, el tratamiento es perfecto, sin embargo, a partir de la muerte de la chica, la película empieza a desarrollar su desenlace y ahí algo falla. Será porque Spielberg quiere dejar claro, remarcar y destacar su mensaje para que no haya asomo de duda, error o confusión en lo que dice, pero la película se transforma en una insistente disertación sobre la inutilidad del camino de la venganza y el odio, que conduce a la devastación interior y al aumento del dolor mientras que en la película no hay ya nada para contar y sólo estás esperando que acabe. Pero no se acaba y sigue dándole vueltas durante tres cuartos de hora totalmente innecesarios que aburren y, para mi gusto, deslucen mucho el magnífico trabajo anterior (no digo que no sea cierto lo que se defiende, sino que la película se vuelve muy pestosa). Además, tiene tres (¡) epílogos. Y no son cortos.

Munich pertenece al cine “serio” que Spielberg hace de vez en cuando. Es un thriller con un trabajo técnico magnífico y un guión espectacular en su parte inicial. Spielberg no se casa con nadie, enfurece a todos los implicados y realiza una obra tan “imparcial” como conservadora. Sin ahondar mucho en el pasado de un conflicto que cada vez más parece que no tendrá un final claro y cercano, resulta ser un filme necesario para levantar polémicas y asperezas. A ninguno de los implicados no les debe gustar mucho la verdad o una parte de la misma. Sin embargo, la hora final de sus exageradas tres horas de metraje se convierte en una agonía inacabable que amenaza con echar abajo, como película, el gran trabajo inicial. Hacía tiempo que una película no me hacía estar tan pendiente del reloj, y menos después de dos horas tan buenas.

Nota: 5 (aunque la película exhale calidad, el desenlace es demasiado horrendo. Lo siento, no le puedo poner mejor nota)
Nota filmaffinity: 7.2

Nominada a mejor película, director, guión, banda sonora y montaje que premian su espectacular trabajo técnico. No se llevó nada en un año MUY flojo, probablemente debido al bajón provocado por su desenlace inacabable.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Pintxos. Nuevos cuentos vascos


No suelo ser un visitante asiduo de relatos cortos, pues tiendo a preferir una “buena” novela con una trama compleja. Sin embargo, me gusta visitar de vez en cuando la extraña magia que se encuentra en los microcosmos creados por un relato corto. Mientras que en una novela te ves obligado a seguir una serie de normas, un relato corto habita en ese pequeño punto unidimensional en que realismo, magia y trampas literarias se confunden y entremezclan. En ellos, todo y nada es posible. Por ello, de vez en cuando, disfruto sumergiéndome en sus extraños universos en los que la realidad se encuentra levemente pervertida. Me gusta jugar a descubrir, con apenas retazos de información e indicios, dónde, cuando y qué ocurre; jugar a conocer a un nuevo desconocido personaje al que puedes llegar a amar, odiar y olvidar en apenas unas pocas páginas; jugar a otear un nuevo horizonte, un plano de existencia ajeno, en el que el autor ha decidido introducirte por unos minutos.



Título: Pintxos. Nuevos cuentos vascos

Pintxos es un pequeño compendio de relatos cortos a cargo de diversos autores vascos que escriben en vasco (es una traducción al castellano, que el euskera no lo domino demasiado). Con algunos autores, como Atxaga o Sarrionandia, ya había pasado buenos ratos en sus interesantes relatos. Otros han sido agradables descubrimientos, aunque como ocurre siempre en estos compendios, no siempre se aguanta el nivel y hay alguno más flojo. Pero a grandes rasgos, es un pequeño librito a disfrutar, modesto y sin pretensiones, que nos recuerda que no todo está escrito y que, aunque no lo parezca, sigue habiendo “jóvenes autores” con talento perfectamente disfrutables en pequeñas dosis.

Con la fugacidad propia de los relatos, como pequeño intermedio entre otros libros, a modo de descanso entre actividades, es un ligero, ameno y agradable para leer.

Nota: 6

PD: Un Bookring bien escogido ^^. 

sábado, 19 de noviembre de 2011

Número 9


Esta película la vi por primera vez en el cine un dia de tormenta -como hoy-. Estábamos en un centro comercial sin paraguas, así que, o nos mojábamos o esperábamos un poco. Decidimos ir al cine y ésta era la única película que parecía decente. Resultó ser mucho mejor de lo esperado. Nos divertimos un rato y luego había dejado de diluviar.

Un pequeño muñeco de trapo, llamado 9, despierta en una habitación de una casa en ruinas. No sabe quién es ni de donde viene. Al salir a la calle se encuentra en un mundo humano totalmente devastado. Deambula sin rumbo hasta que se encuentra con 2, otro muñeco como él, que le guía hasta un refugio seguro, pues una bestia robótica se dedica a perseguirlos. ¿Qué desea esa bestia y por qué les quiere exterminar? ¿Qué ha sido de los humanos, que, sin duda, habitaron el lugar?

Aunque la propuesta puede parecer relativamente infantil, sobretodo en su argumento, visualmente es una autentica gozada. El tratamiento de los colores y las formas son originales y logrados, plagados de miles de detalles en un movimiento vertiginoso, recreando un mundo post-apocalíptico, hostil y, sobretodo, desolado, consiguiendo captar fantásticamente una agobiante sensación de derrota y desesperanza.
Aunque a estas alturas ya es difícil sorprender, el acabado técnico del film es impecable. Ante todo, la película entra por los ojos. A pesar de estar un paso por detrás de las intocables, nada tiene que envidiarles en lo que al apartado artístico se refiere. Rescatando la belleza entre las ruinas y el óxido, Número 9 recrea un mundo a medio camino entre las distopías de Terminator/Matrix Revolutions y una ficción histórica moderna. No es de extrañar que Acker se inspirara en las ciudades arrasadas por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial para ambientar el desalentador futuro de su film, aunque también hay aquí unas buenas dosis de Steampunk y videojuegos, una influencia recíproca si se piensa en los Sackboys de LittleBigPlanet.

El mundo creado es increíble y la animación de los muñecos es magnífica. Aunque son simples muñecos de trapo, es de destacar la calidad y la fluidez de los movimientos, junto a la expresividad de los personajes, bien caracterizados, a pesar de ser algo tópicos en su diseño. Las abundantes escenas de acción están muy bien animadas y coreografiadas, mostrando una gran abundancia de objetos y interacciones espectaculares en pantalla.

Lamentablemente, la historia no acaba de estar a la altura y peca de excesivamente simple. No sabemos qué ha ocurrido, no se explica porqué deben destruir a la máquina ni cuál es el motivo de la creación de los muñecos. No obstante, al ser una película de apenas ochenta minutos que no dejan respiro, en ningún momento deja sensación de momentos sobrantes ni alargados. En algunos momentos echaría en falta algunos diálogos entre los personajes para llegar a creerme sus motivaciones. Básicamente la película consiste en una serie de pruebas con gracia que los muñecos deben superar sólo el director sabe para qué.

En definitiva, es una película entretenida, interesante y muy bien animada, pero en modo alguno se convertirá en la película de vuestra vida. Su preciosa estética y su vibrante vaivén de montaña rusa sirven perfectamente para disfrazar la falta de profundidad y de alma de la misma conformando un agradable divertimento de ochenta minutos.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.4

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Siete mesas de billar francés


Hacía tiempo que no caía una de buen cine español, que también hay cosas buenas (mas de las que muchos se piensan).



¿Qué nos ofrece esta película? Ángela se ve obligada realizar un viaje relámpago a Madrid, ya que su padre se muere. Cuando llega, no sólo se entera de que ya ha fallecido, sino que también su marido la abandona por otra. Más por desesperación que por voluntad, decide reabrir el bar de billares que tenía su padre e intentar recuperar el equipo profesional del mismo. Sin embargo, la vida no es fácil para nadie y cada persona tiene una historia y se haya en unos momentos de naufragio vital. El aparente imposible de reflotar un negocio ya caduco se convierte en una posible tabla de salvación a la que todos se aferran.

Es curioso como, en un primer momento, al contemplar las desventuras de Ángela, la película se presente como un simple drama de superación personal. Al pasar unos minutos y aparecer la voluntad de rehacer el equipo de billar, la película parece convertirse por momentos en una película de deportes en un ambiente algo duro, lo cual la convertiría en peligrosamente insulsa. El billar no es que tenga mucho tirón, y menos el billar francés (el de carambolas), pero es un simple espejismo. Apenas en un par de pinceladas, el paisaje cambia y se torna un drama existencialista sobre la vida de todos los participantes del equipo, siendo el billar simplemente el hilo por el que se desliza la película. Ahí es donde reside la gracia de la misma, una vez vas conociendo a los siete personajes, puedes acercarte a sus problemas y sus traumas, sintiendo seguramente algunos de ellos como tuyos y así contemplar como, en una suerte de canto del cisne, todos intentan salir a flote.

ACTORES: Una película intimista como ésta necesita de un buen elenco actoral y en este caso, se tiene. Todos colaboran para componer unos personajes altamente realistas y creíbles, muy cercanos y con los que es fácil identificarse. Maribel Verdú y Blanca Portillo se olvidan de petarderías y nos dejan dos grandes actuaciones en dos papeles ciertamente difíciles, sufridores y luchadores, que además evolucionan a lo largo de la película. Amparo Baró da otra muestra de su buen hacer como madre de Portillo y, en los pocos minutos que tiene, nos muestra al personaje más lúcido -a su manera- de la película. El elenco masculino no destaca tanto, pero cumplen perfectamente.

DIRECTOR: Gracia Querejeta ya había dado muestras en Héctor de su calidad para mostrar dramas intimistas y personales. Siguiendo su estela, Siete mesas es una obra continuista en la que se nos muestra, con muy buenas dosis de realismo, sin sentimentalismos ni efectismos, un retablo de las vidas de siete perdedores a los que la vida ha tratado mal. Todas las historias están bien caracterizadas y rezuman autenticidad, buscando el lado humano de unas historias llevadas al límite sin perder humanidad. Historias como la de Ángela, Charo, Evelyn, o la de Baró -tan terca como siempre- son historias muy cercanas, con mucho cuerpo y consistencia. A lo largo de toda la película, las escenas están bien rodadas, sin estridencias ni acrobacias visuales o narrativas. Como debe ser en una película que busca una óptica realista.

GUIÓN: El guión (a cargo también de Querejeta) destaca por su equilibrio en todas las historias. Todas están muy bien cuidadas y caracterizadas, fluyendo bastante bien unas con otras. Se puede ver esa necesidad de encontrar segundas oportunades en la vida, el saber tragar tu orgullo para pedir ayuda, la voluntad de seguir luchando, de ser pacientes y leales… Todos los personajes arrastran un pasado que les influye en sus decisiones y en sus reacciones y marcan su lucha por seguir hacia adelante. Pese a este gran trabajo, hay que reconocer que el ritmo de la película es muy lento, esto ayuda a presentar las situaciones con más claridad y acierto, pero puede hacerse un poco pesado para muchos, especialmente en su parte inicial, en la que le cuesta un poco arrancar. 

Es una película que hay que ver con ánimo de identificarse con unos personajes y unas historias duras y trágicas, pero muy realistas.  Si lo que deseas es una aventura vibrante, evidentemente, ésta no es tu película. Es adecuada para aquel que busca historias humanas, bien contadas e interpretadas, aunque tenga un ritmo quizás demasiado lento que obliga a cierto esfuerzo de atención.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 6.3

La película triunfó en San Sebastián y se llevó además dos Goyas a Actriz (Verdú) y Actriz de Reparto (Baró), totalmente justificados. Ambas actuaciones son estupendas. Emilia –Baró– es una anciana tan aguda como sabia que pregunta «¿para qué sirve una vieja?»; y Ángela es otra mujer fuerte, una “madre coraje” que tiene que crecerse ante la desgracia y que también tendrá que curar una herida emocional de la infancia.

martes, 15 de noviembre de 2011

Corazón de lobo (Richard A. Knaak)


Título: Corazón de Lobo
Autor: Richard A. Knaak
Título Original: Wolfheart

No pongo el texto de la contraportada, porqué no coincide demasiado (nada) con el argumento del libro. Curioso.

Devastación: Preludio al Cataclismo  era entretenido, pero me dejó la sensación de que fácilmente se podía aprovechar mucho mejor la historia. Me recomendaron a Knaak como el escritor de calidad de la franquicia, así que decidí comprobar si era verdad y me agencié uno de sus libros, que justamente servía de continuación a Devastación.

Han pasado unos meses desde que Garrosh tomara el poder de la Horda. El Cataclismo ha estallado, destruyendo gran cantidad de ciudades y el Señor de los dragones Alamuerte vuelve a estar suelto por el mundo. Corren tiempos difíciles para la Alianza, ya que hay disturbios y escaramuzas por la supervivencia a lo largo del mundo. La nación humana de los Huargen (Gilneas) pasa por muchos problemas y solicita su reintegramiento en la Alianza, que abandonaron en los momentos más duros de la guerra contra Kel’thuzad. Para debatirlo, todas las naciones de la Alianza se reúnen en Darnassus. El Rey de Ventormenta no les ha perdonado su deserción y no está dispuesto a abrirles los brazos. Mientras tanto, una serie de asesinatos perturba la habitual calma de Darnassus. Además, la Horda no se está quieta y Garrosh empieza a llevar a cabo sus planes para la conquista del territorio elfo de Vallefresno, muy cerca de Darnassus.

A primera vista, los hechos que suceden en el libro tienen menos importancia que los de Devastación, son mucho más “domésticos” y no está en juego el destino del mundo. Sin embargo, al estar escritos por otro autor, éstos tienen mucha más gracia y tensión. El estilo es fácil, directo y ameno, las escenas de acción son mucho más vibrantes y las intrigas cortesanas están mucho mejor escritas. Las tramas son sencillas, pero están bien llevadas. En resumen, el libro invita mucho más a seguir leyendo unas páginas extras que Devastación, el cual era más sosote.

En cuanto a los personajes, el protagonismo recae mucho en Varian Wrynn y Garrosh, ya aparecidos en Devastación. Varian empieza a comprender que sus accesos de ira no son adecuados para un gobernante y intenta mejorar, mientras tanto, Garrosh hace lo que cree mejor para la Horda, siendo tan impulsivo e implacable como siempre. Ambos son personajes muy carismáticos y su protagonismo está más que justificado.

Del resto, se destacaría:

Genn Cringris: Rey de los Huargen. En un acto de arrogancia, dejó tirada a Ventormenta veinte años atrás. Ahora, su pueblo ha sucumbido a la maldición de Arugal  y necesita ayuda desesperadamente. Es consciente de sus errores de juventud y no desea otra cosa que una oportunidad de redención, tragándose su orgullo y humillándose ante los que consideró sus inferiores.

Jarod y Maiev Cantosombrío: Jarod vuelve a Darnassus después de unos siglos (es un elfo) de ausencia. Su hermana Maiev ha sido la capitana de la Guardia durante ese tiempo, tras ser torturada por el demonio Illidan. Indudablemente, Maiev no perdona la deserción de su hermano y saltarán chispas entre ambos mientras investigan quién está eliminando a los Altonato.

Este libro sí es lo que se esperaría (y más) de un libro basado en el Universo de World of Warcraft: buenas aventuras, personajes carismáticos y unas tramas entretenidas. Es un agradable libro para disfrutar y devorar, francamente entretenido y sencillo.
La mayor pega es que en ningún momento te presenta a los personajes ni te da indicaciones de quién es quién. Se da por supuesto que conoces el juego y/o la imaginería del mismo, obligándote a saber bien el trasfondo de todos los personajes. Por ello, a pesar de ser un libro bastante entretenido, no es para profanos en la franquicia.

Nota friki: 7 (A pesar de su sencillez, vibrante y entretenido). 

lunes, 14 de noviembre de 2011

Olympo I: La guerra (Dan Simmons)


Y por fín -con que ganas se ha leído- he acabado Olympo: la guerra, la 2º parte (bueno, 2.1) de la saga de Ilión. Si bien la primera parte era un prodigio de mezcla de géneros, aquí la historia se convierte en dos tramas épicas llenas de acción con ciertos toques de terror en algunos momentos.

La historia se sitúa 8 meses después de finalizar el anterior libro. La guerra griegos-dioses ha llegado a un punto muerto tras las primeras masacres provocadas por los héroes griegos. Mientras Aquiles piensa únicamente en matar y aniquilar a los dioses, las mentes pensantes de los dos ejércitos griegos -Ulises y Héctor- se van dando cuenta de que la guerra contra los dioses no se va a ganar y empiezan a conspirar uno contra el otro mientras los dioses intentan meter cizaña entre los dos bandos griegos.
Mientras tanto, en la Tierra, los pocos humanos supervivientes han empezado a armarse ya que ha empezado una guerra contra los voynix, sin embargo, su inexperiencia guerrera es un lastre muy pesado. Por otro lado, unos hechos acaecidos en Crater-Paris llevan a Daeman a sospechar que algo muy oscuro está libre en la Tierra: Calibán ha sobrevivido. Tiene sed de venganza, y Daeman es su presa…
Los moravecs, que han asistido de espectadores a la guerra del Olympo, construyen una nave para viajar a la Tierra y salvar a los humanos, pidiendo a Hockenberry ayuda para reunir todo lo que necesitan.

Las dos tramas principales del anterior libro (humanos y griegos) cogen fuerza durante el libro y van realmente a fondo. Es un no parar de momentos épicos e interés realmente divertidos con pequeños impass por parte de los moravecs, que ven lo que ocurre y dan su “versión” de las cosas.
Encontramos dos fantásticas tramas de acción con la aparición maestra de una sub-trama de terror a cargo de Daeman. Simplemente espectaculares.

Es muy curioso de ver como muchos de los personajes -especialmente los humanos- van evolucionando a lo largo del libro:

Daeman: ya no queda ni rastro del pijo niño guapo de la historia inicial. El enfrentamiento cara a cara con la muerte le ha curtido y poco a poco se ha ido convirtiendo en un veterano combatiente, con arrestros para enfrentarse a lo que le pongan por delante.

Harman: el anterior sabiondo empieza a notar la responsabilidad de ser el más listo y el líder de los humanos. Con abundantes dudas sobre la corrección de sus actos y frecuentemente abrumado por los sucesos, hace lo que puede para conseguir que los humanos sobrevivan.

Hockenberry: a pesar de perder importancia, poco a poco va dejando de ser el cobardica que era y empieza a hacer más cosas. Siempre es el que pone un punto de sensatez a los hechos que ocurren en Marte.

Aquiles: Si antes era una picadora de carne, ahora está sediento de sangre. Más peligroso y desequilibrado que nunca, se ha convertido en un berserker enloquecido que sólo busca matar a los dioses Olímpicos.

Ulises: Sirve de contrapunto a Aquiles, astuto, rastrero, arrogante y pragmático, se le odia o se le adora dependiendo del momento en que estemos. Coge protagonismo y tiene toda la pinta de que va a ser importante en la historia (¿para qué? No idea).

En los primeros libros se le destacaba una prodigiosa mezcla de registros y un estilo vibrante y sumamente adictivo. En éste, el nivel se mantiene, pero con unas tramas ya lanzadas entrando a matar. El libro sigue estando lleno de momentos espectaculares.
En Marte, la guerra contra los dioses tiene una epicidad intrínseca que la hace impactante, y todas las batallas, luchas y conspiraciones tienen mucha clase y resultan muy atractivas y carismáticas, ¡que se están pegando contra dioses!
En la Tierra, la trama está bien hilvanada en un crescendo lleno de epicidad, cuando ves a todos los humanos intentando mejorar para sobrevivir. Además, el relato de terror a cargo de Daeman tiene las dosis de intriga y tensión suficiente como para querer ver que ocurre.
Simmons sigue usando a los moravecs para reflexiones ético-filosóficas con abundantes referencias literarias que sirven de agradable descanso entre las animaladas que suceden a su alrededor.
Encima, encontramos buenas dosis de ciencia-ficción cuando intenta explicar científicamente lo que ocurre, encontrando incluso una explicación “lógica” al hecho de que las tres tramas están ocurriendo realmente en el mismo universo y al mismo tiempo. Sin embargo, al abusar de tecnicismos, hay alguna que otra contradicción//error de traducción que puede hacerlo un pelín difícil de seguir.

No obstante, son 500 páginas que pasan en un suspiro.

Eso sí, adolece del mismo problema que la primera parte de Ilión: es un libro cortado por la mitad, las tramas no quedan en suspenso, simplemente, están cortadas a la espera del desenlace (que se quiere ya!!!).

Lo dicho, a la espera de leer su desenlace, es una saga altamente recomendable.

Nota: 9

domingo, 13 de noviembre de 2011

X-Men: Orígenes de Lobezno


La triogía de X-Men fue todo un exitazo. Era por tanto evidente que seguirían apareciendo más productos para aprovechar el tirón de la misma. Por fortuna, el universo de los X-Men es sobradamente amplio y permite gustoso la realización de bastantes historias con gancho. De entre las primeras acciones, es quizás obvio aprovechar al personaje con más tirón de la saga, tanto en el comic como en la película: Lobezno.

En X-Men, Lobezno es un hombre sin pasado. Ni él mismo conoce dónde nació, donde vivió o cómo llegó al sur de Canadá. La película se centra en explicar sus orígenes,  conocemos como Logan y su hermano Victor se convierten en Lobezno y Dientes de Sable, respectivamente, y nos enteramos de porqué se odian a muerte. Antes de que los mutantes sean conocidos, ellos son de los pocos elegidos con poderes. Una organización secreta trata de estudiarlos y controlarlos para construir el Arma X: Un mutante superpoderoso destinado a ser usado como el arma militar definitiva.

ACTOR: En X-Men, Jackman construye a un Lobezno soberbiamente carismático y arrogante. Ahora, en una película dedicada totalmente a su lucimiento, se dedica a repetir papel con un buen arsenal de muecas y gestos de tío duro mientras derrocha músculos (¡atentas chicas!) y testosterona por todos lados. Enfrente tiene a un Schreiber que, inesperadamente, decide tomarse en serio el engendro que es la película y compone a un Dientes de Sable sólido y creíble que sirve de acertado contrapunto a Jackman, convirtiendo la película en una competición de “a ver quién es mas macho” muy bien lograda, lo que añade un poco de gracia a la misma. El resto de secundarios se dedican a decir el par de frases que les ha tocado en suerte sin esforzarse demasiado.

DIRECTOR: Como Brian Singer (director de la trilogía original) se estaba dedicando a otras cosas y no tenía mucho interés en el tema, los productores decidieron encargar el proyecto de exprimir a la gallina de los huevos de oro a Gavin Hood, un director sudafricano que había hecho un par de peliculillas de acción con cierta solvencia. Baratito y eficaz. Y es que Hood se dedica a hacer lo que sabe hacer: escenas de acción bien coreografiadas, buen aprovechamiento de los efectos especiales y un ritmo bastante entretenido con el que no hay tiempo para aburrirse. En los momentos de tranquilidad -pocos- flojea un poco, pero pronto Jackman vuelve a sacar músculo y mostrar todo lo que tiene.
Se nota la pasta invertida, el acabado es muy limpio. Tan limpio, tan limpio, que el pelo de Lobezno permanece impoluto. Es que ni se moja al salir de un estanque de agua...

GUIÓN: El guión corre a cargo de Benioff, guionista de películas como Troya o la serie 24 horas, por tanto podemos esperar una historia simple pero eficaz. Evidentemente, no esperéis diálogos profundos ni tramas complejas, pero sí un guión fácil de seguir, que evita que perdamos el interés. La historia es una excusa para dar sentido a cien minutos de buena acción y entretenimiento sencillo. ¿Qué tiene multitud de errores, gazapos y lagunas de lógica? Pues sí, ¿y qué? Lo importante es hacer un buen espectáculo pirotécnico que llene bien las salas y los bolsillos de los productores, cosa que se consigue sobradamente.

El personaje da para hacer una trama compleja y profunda. No obstante, es mucho más fácil y rentable hacer una película llena de acción y zarpazos entretenida y eficaz, que probablemente es lo que esperaban los fans y buenos músculos, que es lo que esperaban las fans del “chico malo” de los X-men.
En resumen, una película de acción muy entretenida, con un Jackman haciendo de si mismo y un Schreiber inesperadamente a la altura.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.1

Como curiosidad, a pesar de que en castellano, Wolverine es Lobezno, en realidad la traducción es incorrecta, ya que un Wolverine es un animal típico de las Rocosas feroz y imprevisible, pero que no existe en Europa y que en castellano tiene el asustante nombre de “glotón”, obviamente, había que buscar un nombre más carismático.


Aquí tenéis al bicho en cuestión: 


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Enredados


Después de muchos intentos por parte de Disney de hacer algo de CGI decente, por fin consiguen dar en la diana. Con ésta adaptación del cuento de Rapunzel, Disney ha decidido romper con muchos clichés propios de la franquicia siguiendo la estela de Shrek, dando un buen salto de calidad en comparación con las pobres películas a las que nos venía acostumbrando. Parece que el ser fagocitada por Pixar le ha venido bien.


Doy por supuesto que la historia de Rapunzel (uno de los pocos cuentos de los hermanos Grimm que Disney aún no había cogido por banda) es bien conocida. Rapunzel es la princesa de un reino cuyo cabello tiene propiedades mágicas, pero que si es cortado, las pierde. Es secuestrada por una bruja que la tiene presa en lo alto de una torre, a la que sólo se puede acceder si Rapunzel descuelga su larga melena por la ventana. Una vez Rapunzel ha crecido, no desea otra cosa que explorar el mundo, y la aparición inesperada de un simpático ladrón le permitirá cumplir sus sueños.

Está claro que Disney ha decidido poner toda la carne en el asador para conseguir una película brillante y eso se nota en la animación. La calidad de imagen, la abrumadora cantidad de detalles en pantalla y la suave y cuidada animación es buena prueba de ello. El trabajo visual es mayúsculo, lo cual, unido a un gran diseño artístico es una de las bazas exitosas del film. Las películas de animación no dejan de sorprenderme (para bien) cuando contemplo cuánto han evolucionado y cómo se pueden hacer ahora si el dinero lo permite. La tarea de animar la melena de Rapunzel es descomunal y consiguen que les quede fantástico. Como extra, las escenas para lucimiento del 3D están bien integradas dentro de la película, en vez de ser pegotes de guión.

En cuanto al guión, se ve lastrado por un inicio muy edulcorado y cargante. La historia de Rapunzel es para un público infantil de 5-6 años y, claro, el planteamiento de la historia chirría mucho. Sin embargo, a partir del momento en que Rapunzel sale de su torre, la película se sale de lo que serían los cánones establecidos y, durante unos 50 minutos, destila frescura, agilidad y carisma. Una vez la película se pone a tono, empieza una sucesión de divertidas escenas que rompen con el estilo clásico de Disney, con ciertas dosis de parodia de los cuentos clásicos -sin ser tan irreverente como Shrek, pero quizás con más cariño-. Escenas como la de la presa, las sartenes, los ataques bipolares de Rapunzel o el absurdo bar de los ladrones son refrescantes momentos que recuerdan al gran Disney de los 90 (Aladdin, Rey León, Bella y Bestia…) y que se agradecen de ver.
Además, la presencia de unos -ésta vez si- graciosos secundarios como son Maximus y el camaleón ayuda en gran medida a conseguir un mayor disfrute, especialmente Maximus, muy inesperado -su lucha a espada es ciertamente divertida-. El tener unos antagonistas inteligentes y coherentemente construidos le añade un punto de interés extra. Debo reconocer que me gustó la construcción del personaje malvado de Gothel, su manejo psicológico de "tu mamá sabe lo que es bueno" y su buena habilidad para manipular y tergiversar las situaciones.
Lamentablemente, después de saber ser original y rompedora durante el tramo central del metraje, la película desemboca en un final típico y tópico happy-Disney  bien azucarado y meloso. Es un final algo abrupto, pero guarda coherencia con la historia y encantará a los más pequeños de la casa -y provocará problemas de diabetes a los más crecidos-.

Como es habitual en los clásicos Disney, las canciones tienen un fuerte peso en la historia, aunque en ningún momento destacan negativamente. Si acaso las primeras pueden resultar algo infantiles para la mayoría, pero luego su inclusión es más que correcta.

Se agradece que Disney haya conseguido dar el paso y realizar una película que guste a todo el mundo sin renunciar a su estilo Disney tan característico. A pesar de su muy indigesto prólogo, una vez la película empieza, es perfectamente disfrutable.
Sí, es inferior a los monumentos que hace Pixar, pero es un salto de calidad muy divertido con respecto a lo que nos tenía acostumbrado Disney. Espero que siga así en posteriores producciones.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.0

Nominada al Oscar por sus canciones. Se lo quedó la muy superior Toy Story 3.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Gran Torino


 La película tiene una trama argumental muy corta: Kowalski es un hombre duro, inflexible y desagradable, pero que valora la integridad y la decencia por encima de todo. Lamentablemente para él, su barrio se ha llenado de inmigrantes, a los que no considera dignos de aprecio -bárbaros sin educar-. Su eterno mal humor le ha granjeado la enemistad de su familia y, al morir su mujer -inicio del film-, Walt se queda sólo, sin nadie que le soporte. Sus vecinos vietnamitas se convierten en las únicas personas que desean estar con él y, al comprobar que son íntegros y educados, Walt poco a poco empieza a derribar sus barreras ante lo diferente.


ACTORES: Eastwood nos presenta el retrato de un inadaptado, de un hombre torturado que lo ha dado todo por EEUU, pero que se ha quedado anclado en un pasado que no va a volver jamás. Walt es un hombre lleno de odio hacia lo que no comprende, ya que ha hecho desaparecer todas las cosas que conocía y provoca que no le guste el mundo que contempla. Este maleducado y malhumorado Eastwood nos recuerda mucho al eterno personaje de Harry el Sucio entrado en años, cruel y violento, pero con un código de honor férreo e inquebrantable, por el que daría la vida mientras hace lo que considera que es correcto. Su actuación es magnífica. Probablemente no hay nadie mejor para ese papel que él mismo. Lamentablemente, el resto de actores no están precisamente a la altura. No es que lo hagan mal, pero claro, a su lado, su papel queda bastante deslucido.

DIRECTOR: Nuestro adorado Clint no necesita pirotecnia, no necesita explosiones ni historias épicas. Viejo y achacoso y con una historia muy íntima y personal es suficiente para mostrar su talento. En esta película consigue una mezcla imposible, hay momentos de comedia de corte racial simplemente magníficos unidos a un dramón sobre el sueño americano que te deja con mal cuerpo. ¿Es fácil conseguir esa mezcla? Para nada. ¿Consigue un buen resultado? Magnífico. Especialmente en su parte inicial, que es toda una muestra magistral de cómo construir escenas. Realmente, este hombre sabe como construir escenas con una fuerza y una contundencia enormes con una simpleza y una maestría abrumadoras.
Es difícil retratar tan bien lo que es el paso del tiempo, el poco respeto a las tradiciones y la falta de comunicación intrafamiliar como sucede en la escena del entierro. Este inicio de la película es espectacular, cada mirada, cada silencio y cada palabra es perfecto.  Los primeros cuarenta minutos son ciertamente poderosos, un planteamiento espectacular, creando a un personaje fantástico, esas sacadas de pistola, esas miradas que fulminan, esos silencios que imponen… Desde un punto de vista visual, mantiene el aspecto sobrio típico de Eastwood, sin errores ni fisuras. Sin embargo, se echa en falta que haya alguien que pueda darle réplica, no hay ningún otro personaje que haga un papel digno en la misma, lo que le resta cierta fuerza. Lo cual, unido a la topicidad de la historia y la poca fuerza de su parte central, la convierte en une película menor de este fabuloso director. Eso sí, ya querrían muchos tener “obras menores” como ésta.

GUIÓN: La película es un perfecto reflejo de las inquietudes de Eastwood sobre los temas que últimamente le interesan: la familia, el paso del tiempo, los puentes entre culturas, el respeto a las tradiciones y el sentido de lo correcto. Sin embargo, la historia es muy simple y  manida, es un simple hombre mayor conoce a adolescente inseguro y le hace de guía. Cosa bastante vista y repetida, pero oye, qué bien contada. Las escenas iniciales son una magnífica tarjeta de presentación que contiene unos diálogos contundentes e impagables. Una vez transcurrido el planteamiento, el desarrollo transcurre por terrenos conocidos, sin ningún asomo de fuerza, que desembocan en un final apoteósico. A pesar de sus grandes diálogos, su invitación a la reflexión y su gran desenlace, esos baches en su parte central desluce lo que podría haber sido un resultado maestro, quedándo sólo en “muy muy bueno”. Una historia amarga, sin nada extraordinario, pero con un tratamiento conmovedor.

El papel de Eastwood, de los de entrecejo fruncido y ojos como ranuras, es columna central de la película. Parece el típico fascista xenófobo con arsenal casero, partidario de un gobierno de hierro y capaz, en una ventolera, de perpetrar una matanza desde una azotea.
Los diálogos son muy parcos, como si el guionista tuviese que pagar él un tanto por palabra. Pero en los silencios y sobreentendidos aparece de cuando en cuando un gesto mínimo, contradictorio con la imagen del personaje. La intriga creada en el espectador, acerca de la verdadera naturaleza y evolución del personaje tras la máscara, tira con fuerza del desarrollo.
Es película sobria, concisa, sin el empaste melodramático y por momentos efectista de otras cintas recientes del director

Nota: 8
Nota filmaffinity: 8.2

Muchas voces se quejan de que ni la actuación ni la dirección de la película llamaran la atención de la Academia en los Oscars. El mayor motivo es que se estrenó justo después del momento de las nominaciones y claro, al año siguiente, cuando le habría tocado su turno, nadie se acordaba de ella. Una nominación a actor no hubiera quedado mal, pero las fechas fallaron.

Debo reconocer que estos personajes constantemente cabreados, racistas, patriotas, malhablados, desagradables, pero férreos, incorruptibles, honorables y extrañamente entrañables me resultan muy atractivos. Ya sea Walt Kowalski, Ibram Gaunt, Harry Callahan… Me encantan. Quizás sea porqué me recuerdan mucho a mi difunto abuelo, duro, huraño y adorable al mismo tiempo. Se te tiene cariño.


SPOILER: Kowalski sabe por sus toses sanguinolentas que está listo. Concibe una autoinmolación que servirá para que caiga la justicia sobre los pandilleros, y sea lavada con cárcel la afrenta sufrida por su joven amiga. Al caer de espaldas, acribillado, queda con los brazos en cruz. La figura es mostrada en plano cenital.

Memorable