miércoles, 9 de febrero de 2011

Mamma Mía

Porqué ya está bien de buenas películas (parece que dos seguidas es demasiado).


Mirándola con frialdad, Mamma mia es sin duda una de las películas más horteras, ingenuas, y cursis que se han visto en años, e incluso desprende un tufo amateur que se huele a kilómetros de distancia, pero entiendo que he ahí precisamente la gracia. Mas de uno que conozco dice cosas cómo... "no, si a mí me gusta ABBA, pero la película es una horterada". ¿No cómo el grupo, de tono sobrio y gusto exquisito, acaso?

Si hay algo en esta película capaz de transmitirte alegría y vitalidad (y lo hay) no es el guion, los diálogos o la fotografía (todo horroroso), sino ver a una señora de 60 años con 2 oscars a sus espaldas haciendo el ridículo como no lo ha hecho en su puta vida, y sentir que le da exactamente igual. Una sensación reforzada también por la hilarante puesta en escena de la película, en la que se aprecia la misma ausencia de miedo al ridículo (ridículo en el que por cierto cae constantemente). De hecho, como musical me parece que esta Mamma Mía tiene más razón de ser que ejercicios manieristas como Chicago o Dreamgirls, en los que realmente yo, si me paraba a pensar, no entendía por qué los actores se ponían a cantar de repente. Se supone que el acto de cantar representa una exaltación de los sentimientos, ¿no? ...bueno, pues aquí al menos sabes por qué cantan, y tiene sentido que lo hagan.

Y aunque los momentos sensiblero-dramático-románticos luego hundan la película por completo, porque ese tipo de sentimientos yo creo que hay que tratarlos de otra manera, a mí me parece que el grueso de Mamma mia es paroxismo consciente, una exhibición de buenas intenciones tan ufana e ingenua que precisamente por lo pedestre de su forma consigue desarmarte. Y todo ello haciendo justicia al material que adapta, porque precisamente viendo números musicales como el de Dancing Queen (You are the dancing queen, young and sweet, only seventeen [..] You can dance, you can jive, having the time of your life), me parece coherente la cursilería de la escena, con Meryl Streep saltando como una niña pequeña sobre la cama ( ...¡y a cámara lenta!...¡y con la imagen difuminada!...), y con el baile de todos los extras del pueblo, que de repente se ponen a dar brincos petardos con esa coreografía "espantosa". Simplemente, no creo que Mamma mia pretenda en ningún momento ser sofisticada...y tampoco es buena, claro (un 4 es una nota muy generosa), pero lo que intento decir es que sí es posible disfrutarla.

Quizás lo peor (junto a los momentos ¿serios? que cito antes) es la visión del mundo rancia a más no poder, con esos griegos pueblerinos y cómicos (aunque sin ninguna gracia) dignos de película de Pajares y Esteso, pero qué demonios, es el mismo mundo de colorines y purpurina que representa toda la película.


Ya está. Pasable y recomendable para las madres de más de 51 tacos, como la mía. A la que le encantó, por cierto. Mami, te quiero.

Nota: 3
Nota Filmaffinity: 5.2

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